En noviembre de 1919 tiene lugar la II Asamblea Nazonalista de las Irmandades da Fala en Santiago de Compostela, acordando celebrar esta fecha anualmente a partir de 1920. El modelo político y geográfico del país estaba colapsando debido a la ineficacia del modelo de la II Restauración Borbónica, que concedía al monarca plenos poderes ejecutivos y postergaba las Cortes Constituyentes a un mero órgano consultivo. La confianza en el modelo del turno pacífico era cada vez menor, y mientras en 1910 la UGT contaba con unos 40 000 afiliados, en 1920 eran más de 200 000, llegando a convocar 1 060 huelgas en todo el país. En 1919, Antonio Maura genera el descontento popular debido a su deficiente gestión económica y a la campaña nacional-católica que culmina en la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Ya bajo el gobierno de Juan de la Cierva, en 1920 continúan los fracasos coloniales al caer derrotado el ejército español frente a las modestas tropas rifeñas de Abd-el-Krim. Las burguesías periféricas, que vieron peligrar sus intereses, comenzaron a reclamar de forma contundente la independencia a partir de 1923, mediante los partidos de Acció Catalana, la Comunión Nacionalista Vasca y la Irmandade Nazonalista Galega. La dictadura de Primo de Rivera (1923-1931) y la de Francisco Franco (1939-1975) prohibieron la celebración de este día al considerarlo un atentado contra la unión de España. El Día Nacional da Galiza nace en un contexto de lucha popular y obrera, pero es la burguesía quien se encargó de darle el estatus de festividad oficial reconocida. Una vez más, asistimos a una apropiación de un sentimiento popular por parte de la clase opresora para proteger sus intereses.
Tras la muerte de Francisco Franco, la Asamblea Nacional-Popular Galega (AN-PG) y el Bloque Nacional-Popular Galego (BN-PG) intentan volver a celebrar la fecha con normalidad, pero las políticas de la falsa transición no lo permitirán hasta mediados de los años ochenta. Hoy en día, en esta fecha se entregan las medallas de Galicia, otorgadas por la Xunta de Galicia por “méritos al servicio de Galiza”. Entre los ganadores figuran Juan Carlos I (1985), Citroën Hispania, S. A. (1997), Caixa Galicia (2001), Deportivo da Coruña (2002) o Manuel Fraga Iribarne (2009). La burguesía está introduciendo en el canon de la identidad gallega personalidades y entidades que atentan contra la integridad del pueblo gallego.
En este contexto de alienación cultural, la burguesía sale ganando año tras año. Es hora de devolver el Día Nacional da Galiza a su legítimo protagonista: la clase obrera. ¡Fuera la burguesía y la Iglesia del patrimonio cultural! ¡Por un Día Nacional da Galiza popular, plurinacionalista, internacionalista, antiimperialista y antifascista! ¡Por una república socialista confederal!
Comunistas da Galiza – PCPE
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