El tribunal Constitucional pretende años después de interpuesto el recurso del partido Popular erigirse en juez y parte contra el derecho a decidir de las mujeres, se abre viejos y nuevos debates, pretenden seguir decidiendo sobre nuestro cuerpo y nuestra respuesta es la misma a nivel mundial: Aborto Libre, Seguro y Gratuito.
Aunque esta ley ha favorecido ciertos supuestos el ejercicio del derecho al aborto está muy lejos de garantizar una libertad plena y el derecho a decidir y unos derechos reproductivos y sexuales para las mujeres y en especial aquellas con menos recursos.
Las largas listas de espera de la asfixiada seguridad social, el protocolo, que te obliga a recapacitar sobre “la dura decisión”, como si las mujeres no pudiéramos tener las ideas claras y ver el aborto como algo no traumático, sino como una decisión consciente y consecuente, y la burocracia establecida que más que facilitar parece ideada para hacerte desistir de tu decisión, suelen conllevar que las mujeres se someten a un IVE aborten en un 90% en clínicas privadas, bien pagando la seguridad social o bien pagando ellas mismas. Son algunos ejemplos de sus limitaciones, que dejan claro que en el capitalismo el aborto es solo un negocio más.
Y esta situación empeora cada vez más, a medida que empeora nuestro sistema sanitario y social a causa de los recortes en los presupuestos, que se destinan a gastos en defensa de los intereses de los que más tienen.
Otra limitación fundamental es que se han abandonado por completo el resto de los aspectos de la ley, que nació y sigue sin ficha presupuestaria, por lo que apenas se invierte en un sistema educativo que conlleve una educación afectivo sexual tanto en el ámbito formal como en el informal, que permita crecer en igualdad, libertad y diversidad. No se implanta a nivel público la necesaria coeducación que conlleva la desaparición de los estereotipos de género, tan perjudiciales para nosotras o cualquiera que no quiera cumplirlos y que obligan a vivir dentro de unos cánones que no nos pertenecen.
Una educación que nos permita conocer la libertad sexual, abierta y libre de prejuicios, que nos permita decidir sobre nuestros cuerpos, sobre nuestros derechos, sobre la construcción de nuestra identidad y en definitiva de nuestra vida.
Es necesaria una lucha constante a favor de nuestros derechos, daremos la batalla en las calles no solo a la pretensión de tumbar la vigente ley de plazos, sino para que se aborde de forma integral el derecho al aborto.
Organizarnos contra el tandem capitalismo-patriarcado que continúa explotándonos y oprimiéndonos y decide en su propio interés, solo así podremos decidir sobre nuestro propio cuerpo, sobre nuestra propia vida.
Aborto libre, seguro y gratuito, garantizado en la sanidad pública.
Educación afectiva sexual por y para el pueblo.
Patriarcado y Capital, Alianza Criminal.
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