Llega la fecha donde se publican estudios y estadísticas sobre las condiciones laborales y de vida de las mujeres del pueblo trabajador. De quienes no vivimos en una burbuja, sino que vivimos diariamente la explotación y la discriminación en la decadente sociedad capitalista en crisis general.
Con una brecha salarial cercana al 37% que se incrementa con la edad, con pensiones que no alcanzan para subsistir o con 1.410 violaciones “denunciadas” hasta el tercer trimestre de 2019 (73 de ellas grupales) no necesitamos que hablen por nosotras, todos los días enfrentamos la explotación y la opresión.
La norma es la desigualdad laboral de las trabajadoras, con una menor tasa de actividad, una menor tasa de empleo, mayor tasa de paro, mayor tasa de temporalidad y mayores tasas de parcialidad, que se traducen en una desigualdad salarial y mayor vulnerabilidad social. Las brechas de desigualdad crecen año tras año, la pobreza también. Sufrimos violencia estructural por el hecho de ser mujeres, que abarca no sólo las muertes, sino también la explotación sexual, la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler, explotación laboral, matrimonios forzados, adopciones ilegales, aborto selectivo o el abandono de las niñas, mendicidad forzada, acoso sexual y laboral, violaciones.
El Partido Comunista de lo Pueblos de España exige en lo inmediato, pues las discriminaciones de género se intensifican, una serie de medidas para acabar con la explotación y la opresión a las mujeres trabajadoras:
a) “A igual trabajo, igual salario” e imposición de éste principio con mecanismos efectivos en el ámbito de las relaciones laborales.
b) Reorganización de la jornada laboral y flexibilidad en los horarios, para hombres y mujeres, con el fin de garantizar el reparto igualitario de tareas y responsabilidades familiares.
c) Recursos públicos basados en la colectivización de actividades cotidianas básicas. Red de escuelas infantiles públicas, comedores populares, espacios públicos lúdicos, centros de día y residencias para personas con dependencia.
d) Reducción de la jornada laboral semanal a 35 horas sin disminución salarial.
e) Planes específicos de empleo seguro y estable. Reconocimiento de pensiones dignas a trabajadoras en edad de jubilación de 1.200 €.
f) Reconocimiento de derechos básicos a través de una prestación económica (maternidad, excedencia…) a mujeres trabajadoras autónomas que, por la especificidad de su estatus, se ven imposibilitadas para disfrutarlos en igualdad de condiciones con el resto de trabajadoras.
a) Permiso por paternidad obligatoria y con la misma duración para ambos progenitores.
g) Ampliación del permiso por nacimiento de hijo o hija a un año, con opción a dos años.
Las anteriores medidas, aun mejorando nuestras circunstancias actuales, no son suficientes. En una sociedad dividida en clases, donde la alianza entre patriarcado y capital es natural pues comparten la opresión como base ideológica, necesitamos cambiar toda la sociedad y no parcelitas de la misma. Igualmente la destrucción del modo de producción capitalista no supone mecánicamente la supresión del patriarcado, es necesario desarrollar, al mismo tiempo, un proceso que tenga como finalidad la destrucción de todo un aparato ideológico que establece la supremacía masculina frente a la inferioridad femenina como algo natural.
Conscientes de nuestra opresión de género y clase, es el momento de iniciar el camino para acabar con el capitalismo y derrotar al patriarcado, como única manera de lograr una vida libre de toda explotación.
Llamamos a las mujeres del pueblo trabajador a la construcción de un FRENTE OBRERO Y POPULAR POR EL SOCIALISMO, que ha de sembrar las bases para una nueva sociedad.
¡TRABAJADORA: TU LUCHA DECIDE!
¡DERROTEMOS AL PATRIARCADO! ¡ACABEMOS CON EL CAPITALISMO!
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