En las últimas semanas estamos asistiendo a un asqueroso espectáculo en la ría de Ferrol, en la cual la represión de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se ceba con el colectivo de mariscadores llamados «furtivos». Los elementos policiales protagonizan estos días las más despreciables escenas de represión mediante agresiones con porras, disparos con pelotas de gomas, amenazas la punta de pistola, pisoteando las nociones más básicas de la dignidad humana.
Desde Comunistas de la Galiza-PCPE queremos mostrar nuestra más sincera solidaridad con los mariscadores, que en este clima de brutal crisis capitalista sufren una desenfrenada escalada represiva por intentar darle de comer a sus hijos. Y que, como rezaba una de sus pancartas mostradas en la concentración de protesta, son «furtivos por obligación, no por devoción.»
La situación de desempleo en la comarca afecta a más de quince mil personas, lo que, con la falta de perspectivas de trabajo, empuja muchos desempleados a volver a coger la rañoa y echarse a la marea.
No son delincuentes, son trabajadores que, empujados por la necesidad, luchan por sacar a sus familias adelante. La Xunta de Galicia, en lugar de buscar soluciones y crear empleo, golpea con mano dura lo que no es más que una consecuencia de esta crisis capitalista.
Desde Comunistas de la Galiza-PCPE exigimos:
– Fin inmediato de la persecución policial de estos trabajadores y trabajadoras.
– Retirada de todas las multas.
– Devolución de las pertenencias confiscadas: herramientas, neoprenos y demás cosas confiscadas.
– Regularización de su situación.
El mar es de todos y todas, el mar es de quien precise trabajarlo para dar de comer a sus hijos e hijas.
Animamos todos estos trabajadores y trabajadoras de la marea a continuar con su ejemplar lucha, con organización y unidad.
Ellos y ellas saben mejor que nadie que nos les han regalar nada, que todo se consigue con esfuerzo, decisión y lucha.
Asimismo, llamamos el conjunto de trabajadores y trabajadoras de la comarca de Ferrol a mostrar su solidaridad, pues esta lucha es de todos y todas las que no tenemos más que nuestras manos, nuestra fuerza de trabajo, para nuestra propia supervivencia.
Sólo uniendo las luchas estaremos en condiciones de organizar victorias.
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