Con tristeza y enfado, la Iniciativa Comunista Europea condena los criminales atentados de los denominados “yihadistas” en Francia.
Más allá de la obvia denuncia de estos atentados, el pueblo debería reflexionar sobre el asunto en su globalidad. Las redes y mecanismos concretos que ejecutaron estos ataques están vinculadas a los intereses que se benefician de su actividad asesina y provocadora. Los “yihadistas” son creación del imperialismo; fueron apoyados y utilizados para aplicar los planes de los EEUU, la OTAN y la UE en la región del Mediterráneo Oriental y Oriente Medio. Es bien sabido que estos grupos fueron financiados, entrenados y armados en el pasado por los EEUU, la UE, la OTAN, sus Estados miembros y sus aliados. Son estas potencias las que tienen una enorme responsabilidad por lo que está pasando hoy.
La campaña que se está lanzando por la UE, la OTAN y sus gobiernos, de la mano de los medios de masas burgueses y otros centros, intenta promover la posición de que “todos debemos estar unidos” en la “lucha contra el terrorismo”. Quienes son protagonistas de la creación y fortalecimiento de los yihadistas, quienes masacran a los pueblos mediante guerras imperialistas, ni están ni pueden estar “unidos” a los pueblos. Quienes están desmantelando todos los derechos laborales, populares y democráticos que quedan no pueden estar “unidos” a los pueblos. Quienes, sistemáticamente, utilizan la actividad de tales mecanismos para fomentar la discriminación religiosa y de otro tipo entre los pueblos, no pueden estar “unidos” a ellos. El sistema capitalista, el sistema al que todos sirven, es lo que alimenta y reproduce el fascismo y sus organizaciones. La discusión sobre la inmigración ilegal es útil a la línea anti-inmigración de la UE, que abre y cierra las fronteras según las necesidades del capital y que, vía FRONTEX y el programa “TRITON” de la UE, conduce al ahogamiento masivo de inmigrantes y refugiados, víctimas de las intervenciones imperialistas.
Los pueblos conocen la experiencia del 11 de septiembre, por la que se pagó un muy alto precio a través de guerras, intervenciones imperialistas, represión bárbara, restricción de libertades populares y la aplicación de bárbaras medidas anti-obreras en nombre de la “seguridad contra el terrorismo”, mientras los grupos empresariales hacían una fortuna.
Esta nueva ofensiva contra los pueblos pretende silenciar las luchas obreras en un período de medidas anti-populares, al evitar que los pueblos organicen sus luchas y al hacerles aceptar las actuales cadenas y que vivan en pobreza y miseria.
La Iniciativa Comunista Europea expresa su solidaridad con el pueblo francés y señala que los pueblos de Europa pueden rechazar los falsos e hipócritas “llamamientos a la unidad” de la burguesía y organizar su lucha sin demora. Ellos mismos pueden evitar estos nuevos planes anti-populares con su lucha, rechazar los intentos de intimidarles y jugar un papel dirigente en la lucha contra la UE y la OTAN, derrocar el sistema de explotación e imponer su propia vía de desarrollo en la que tendrán el poder de hacerlo.
28 de enero de 2015
Comentarios recientes