Si como situaba en uno de sus informes la 131 Asamblea del Consejo de Naciones Unidas celebrada en 2014, “es hora de reducir la espiral de los gastos militares e invertir en soluciones que vayan a las raíces de los conflictos” corresponde ponernos en marcha y acabar con la situación de guerra generalizada que padece el mundo y reducir al máximo los presupuestos militares.
Con la propuesta de incrementar en más de 2.000 millones de € los 11.064 millones gastados en Defensa en 2016 y la promesa realizada a Trump de alcanzar el 2% de los PGE en 2025 incluyendo el gasto de 120 millones de € por cada uno de los 60 F-35 comprometidos para renovar la “envejecida” flota de F-18 y Harrier, España, junto al resto de países de la OTAN, toma el camino contrario al indicado por las Naciones Unidas. La lógica del negocio de la guerra se impone a las necesidades de la Humanidad. El interés de las grandes multinacionales y las potencias militares por el control de las materias primas y las rutas de transporte, no solo causa muerte, destrucción y más de 65 millones de personas refugiadas, sino que, además, es responsable también del despilfarro permanente de recursos necesarios para el mantenimiento del imprescindible gasto social en educación, sanidad, cultura, dependencia…
A pesar de la mentira repetida millones de veces de la recuperación económica, la clase trabajadora de este país sabe por experiencia propia que, junto a salarios de miseria que impiden llegar a fin de mes, siguen los recortes en todo tipo de prestaciones sociales. Miseria y falta de futuro fuerzan a la emigración a cientos de miles de jóvenes cada año, mientras crecen los beneficios de las grandes empresas y el Reino de España aumenta su gasto militar y la presencia de tropas y armamento en el extranjero. La UE y la OTAN exigen y nuestras necesidades quedan en un segundo plano.
Mandan los oligarcas de siempre.
Un mínimo de conciencia y de ética nos obliga a rebelarnos contra esta situación que no solo destruye países y arruina la vida a cientos de millones de personas, sino que, además de con la lapidación de recursos necesarios para generar empleos y prestar servicios sociales, nos afecta en nuestro día a día con un incremento constante de la inseguridad y el riesgo permanente de que la guerra global llegue a nuestras casas.
La guerra sólo les beneficia a ellos, los pueblos del mundo necesitamos la Paz. Es hora de unirnos en un amplio frente de lucha contra la guerra imperialista en el que la amplísima mayoría social interesada en este objetivo le pongamos cerco a la locura de la guerra y el incremento del gasto militar.
Esa es la propuesta del Partido Comunista de los Pueblos de España y sus Juventudes; un llamamiento a la organización y la lucha de la clase obrera y el pueblo contra la guerra, el paro y la explotación.
Exigimos la Salida de la OTAN, el cierre de las bases militares extranjeras en suelo español, el retorno inmediato de todas las tropas militares en el extranjero y la reducción drástica de los gastos militares. España no debe estar en guerra con ningún pueblo, nuestros únicos enemigos son quienes nos explotan.
¡Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases!
¡Teníamos razón: OTAN fuera, bases no!
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