El 21 de octubre de 2017, los Poderes fácticos del Estado Español, al dictado de la burguesía heredera del fascismo franquista, han decidido encargar al Gobierno de Rajoy la aplicación del ya tristemente célebre articulo 155 de la Constitución.
La España monárquica, la España de las tinieblas, la España que algunos creían ya olvidada y superada, entre ellos, los mismos nacionalistas burgueses del PdeCat, los cuáles firmaron el Pacto de la Transición y la Constitución, ha resurgido, ha vuelto a arañar, por enésima vez en su historio, los derechos y libertades del pueblo de Catalunya.
Eso, combinado con el encarcelamiento por motivos políticos, hace unos días, de los líderes de Òmnium Cultural y de la Assemblea Nacional Catalana (los conocidos como Jordis). Estos se añaden a la larga lista de presos políticos, damnificados y reprimidos por la Monarquía desde 1977, silenciados y ocultados estos hechos, entre otros, por los mismos partidos burgueses nacionalistas catalanes que hoy se echan las manos en la cabeza. No, no son los primeros presos políticos que tenemos en Catalunya ni en España desde 1977.
La España monárquica de las oligarquías, del IBEX35, de la banca, de la iglesia y sus sectas asociadas; de las multinacionales patrias malvendidas a empresarios afines al régimen; la España del ladrillo y del turismo… ha ordenado a sus gestores del PP en connivencia con PSOE y Ciudadanos impedir como sea la secesión de Catalunya, iniciada por una pequeña y mediana burguesía y algunos sectores de la oligarquía catalana gestionados por el conglomerado Junts pel Si y las entidades satélites, pero con un amplio apoyo popular. Se ha desatado la represión, los golpes más o menos comedidos al Referéndum (20 de septiembre); se han dado golpes nada comedidos (1 de octubre); se ha amenazado con el Rey al frente y finalmente se ha aplicado el 155. Todo con el beneplácito de la UE, que parece haber apostado, de momento, por el Estado.
El ataque al autogobierno, el ataque a las instituciones, las anunciadas intervenciones de medios públicos (CCMA) deben ser detenidos, el pueblo se debe movilizar masivamente con la su clase obrera al frente, por tal de revertir la involución democrática del Estado. Un Estado que nos muestra una vez más como la crisis sistémica que padece está estallando por la cuestión nacional, y es por aquí por donde se agudizará esta crisis terminal, y que -cuidado!- lo hace terriblemente peligroso.
La clase obrera de Catalunya y de los pueblos de España están sufriendo en su piel una grave crisis estructural del sistema capitalista. Crisis económica y de modelo de estado, que impulsa, por su dureza, la movilización de las masas. La involución antidemocrática del Estado monárquico no es la respuesta a las penurias de los trabajadores y a las aspiraciones nacionales. Los derechos de nuestros pueblos y trabajadores se deben unir históricamente, de forma necesaria, con el proyecto de la República.
El PCPC anima y llama a impulsar asambleas democráticas de trabajadores y trabajadoras que luchen tanto por los derechos nacionales como por los derechos de clase. El PCPC ya se encuentra inmerso de lleno en esta tarea. Somos un partido consecuente con lo que decimos.
Asambleas verdaderamente abiertas en los barrios obreros, que recojan posiciones clasistas, comités obreros en los centros de trabajo y mecanismos populares de defensa de la República de los Trabajadores. Porque no lo olvidamos, esta es una lucha de clases. Las estructuras del Estado que quieren crear las fuerzas implicadas en el proceso están plenamente insertadas en el sistema capitalista, en el imperialismo de la OTAN y la Unión Europea, en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario Internacional… es decir, en la explotación de los trabajadores y trabajadoras en un nuevo estado burgués paraíso financiero y de las multinacionales. Tanto una opción como la otra son contrarias a los intereses de la clase obrera, pero ante la involución del Estado no podemos permitir ningún tipo de retroceso histórico y social.
El PCPC llama al conjunto de la clase obrera del Estado a luchar, a movilizarse alrededor de su partido hermano en el Estado español, el PCPE, para aglutinar fuerzas e impulsar un proceso constituyente que empuje hacia la República Socialista con la cual la futura República Socialista Catalana pueda libremente unirse si así lo cree conveniente y participar de un proyecto común para la clase obrera. El PCPC denuncia, asimismo, la triste y pusilánime posición de la dirección de los partidos de las “izquierdas del cambio (Unidos Podemos)” en España, que con su inacción total con el compromiso republicano, demuestran -una vez más- que son parte del sistema, que son parte de la represión, que son rehenes y herederos de la monarquía borbónica (“que cambie todo para que no cambie nada”).
¡LIBERTAD PARA LOS PRESOS POLÍTICOS!
¡VIVA LA REPÚBLICA SOCIALISTA CATALANA!
¡VIVA LA REPUBLICA, SOCIALISTA Y CONFEDERAL!
Comitè Central del Partit Comunista del Poble de Catalunya
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