El Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Venezuela (PCV), Carolus Wimmer, ante los resultados del balotaje de este domingo en Brasil expresa que la victoria electoral del ultraderechista Jair Bolsonaro no significa “como quiere señalar la contrarrevolución burguesa la confirmación de un nuevo ciclo neoliberal en América Latina”.
“Por el contrario, el advenimiento del fascismo en una economía emergente, perteneciente a los BRICS, determina el inicio de la agudización de la lucha de clases en nuestro continente”, enfatizó.
Muy lejos de lo que señalan los análisis de la intelectualidad reaccionaria, Bolsonaro no representa un nuevo liderazgo populista que surge como respuesta al supuesto fracaso de la izquierda. Su elección es una grave amenaza a la democracia financiada por el empresariado apátrida y las trasnacionales que buscan desmantelar el Estado nación para saquear la riqueza y el patrimonio de los pueblos, considera Wimmer.
“También nos da una lección a las fuerzas revolucionarias y nos indica que debemos retomar los métodos de lucha clasistas para enfrentar a este poderoso enemigo. La historia es clara: solo el socialismo, solo la organización y la formación de la clase obrera, ha podido derrotar al fascismo en todas sus manifestaciones”, prosigue el dirigente comunista.
El triunfo de Bolsonaro además representa la institucionalización del golpe de Estado contra Dilma Rouseff. Para Wimmer, es momento de evaluar y analizar, de dar respuestas, para evitar que los grupos económicos manipulen las herramientas de la democracia burguesa, incluyendo los medios de comunicación – más allá de la gran prensa, hablamos de las redes sociales y las nuevas tecnologías- para construir escenarios favorables a la restauración neoliberal neofascista en la América Latina impulsada por las oligarquías locales, las trasnacionales y la administración Trump.
“No olvidemos el importante rol que cumplió Steve Bannon, ex Jefe de Estrategia de la Casa Blanca, en la campaña de posicionamiento de Bolsonaro como “líder” de los descontentos y en la imposición del “populismo de derecha” y del lema “capitalismo para todos” como opción para el electorado brasileño decepcionado con la práctica política de la socialdemocracia”, destaca el analista.
El error de los sectores revolucionarios fue considerar que el Estado burgués permite hacer cambios de poder a través de elecciones manipuladas por el mismo sistema.
Por otra parte, a su juicio, la izquierda en funciones de gobierno debe internalizar de una vez por todas que la práctica política va más allá de mejoras sociales al pueblo, la tarea es darle a los trabajadores del campo y de la ciudad el verdadero poder político para inicia una autentica transformación de la sociedad. Esto se logra con formación ideológica y organización revolucionaria.
“Ante esta nueva realidad, más que resistir, la consigna es luchar por la construcción de una nueva correlación de fuerzas favorable a la toma de espacios de poder por la clase trabajadora y los sectores populares”, recalca Wimmer.
“La consigna en este momento es: trabajadores y trabajadoras de América Latina y del mundo hoy más que nunca unidos frente a la amenaza fascista”, concluyó.
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