Los pueblos del mundo enfrentan una etapa marcada por el acelerado proceso de agotamiento del capitalismo internacional –imperialismo, como formación sociohistórica, y la violencia que este sistema necesita desarrollar para intentar contrarrestar las fuerzas históricas que lo empujan hacia su desaparición y sustitución por una nueva forma de organización social; el inicio de la construcción de la sociedad socialista.
Esa violencia desesperada. Impulsada por los grandes oligopolios internacionales, para mantener la lógica de su sistema ante semejante coyuntura, convierte a la guerra imperialista en un recurso imprescindible para, a través del ejercicio de la máxima violencia, tratar de dar continuidad a la actual dictadura del capital, que garantice el proceso de reproducción ampliada del capital, y la ganancia capitalista.
La guerra imperialista se constituye hoy en una maquinaria de violencia sistémica que penetra todas las esferas de la sociedad humana internacional. Las nuevas formas de la guerra se extienden a todos los ámbitos de la actividad humana.
Una estructura altamente integrada de servicios secretos, sistemas de espionaje, manipulación de los medios de comunicación e información, acciones de masas de falsa bandera, instrumentalización de organizaciones terroristas diversas, bloqueos, uso de tecnologías avanzadas para tumbar los sistemas productivos de los países situados en su diana, uso de maquinarias de guerra de la más alta letalidad, robots militares, satélites, etc. Todo ello constituye la actual maquinaria de guerra del imperialismo, que juega un imprescindible papel auxiliar al proceso de extracción de la plusvalía y a la acumulación capitalista. Todas las guerras actuales responden a esta matriz capitalista.
En la actualidad más reciente se sitúa la intervención provocadora del imperialismo yanki en Europa, con el pretexto de la supuesta invasión rusa de Ucrania. El objetivo del Presidente Joe Biden no es otro que tratar de que la UE no desarrolle acuerdos económicos, especialmente en materia de energía, con Rusia. El imperialismo yanki tiene el objetivo de mantener a Europa sujeta en un sistema de relaciones económicas sumisas con los EE UU. Es decir, continúa con su línea de las últimas décadas de imponer a la UE un sistema de soberanía limitada y sometimiento a la lógica prioritaria yanki, línea política que cuenta con la colaboración sumisa de determinados miembros de la misma UE. En esta ocasión, el riesgo de confrontación entre potencias equipadas de armas nucleares, añade una gravedad especial al conflicto.
El Gobierno español, de POSE+UP, no tiene ninguna duda a la hora de someterse, sin ninguna discusión, a quienes necesitan que sea el caballo ganador en esta batalla: los EE UU. Así se apresuran, una vez más, a enviar tropas, barcos y aviones al posible escenario de conflicto, como expresión de su confiabilidad, y su sometimiento al dictado de Washington. A cambio Pedro Sánchez espera que Biden flexibilice su posición en el Sáhara Occidental, y no apoye a Marruecos en sus pretensiones expansionistas más radicales.
Ese Gobierno se dispone a suscribir, en el próximo mes de mayo, el convenio de renovación de permanencia de las Bases yankis de Morón y Rota en nuestro país, sin ningún tipo de discusión. A sabiendas de que esas Bases forman parte del sistema agresivo de guerra imperialista yanki, que ya han sido utilizadas en múltiples ocasiones anteriores para la agresión a otros países, y que las convierte en potenciales objetivos militares por parte de los países agredidos. Pero también estas bases son una violación de la soberanía española, pues su protocolo establece la discrecional utilización de las mismas por parte de los EE UU, en cualquier escenario. El VIII Pleno del Comité Central del PCPE rechaza la firma de este nuevo acuerdo, y denuncia la complicidad de PSOE+UP con las estrategias de la guerra imperialista, y con la vulneración de nuestra soberanía como país.
Es el mismo Gobierno progresista que no reconoce la guerra en el Sáhara Occidental, que enfrenta a la dictadura marroquí con el Ejército Popular de Liberación Saharaui. Con esta actitud, España, una vez más, traiciona al pueblo saharaui, tanto su actual gobierno como la monarquía de los Borbones.
Esa guerra imperialista, contra toda la Humanidad, se desarrolla también en Asia y África, y a su paso va destruyendo países y arrasando pueblos. Afganistán, Siria, Yemen, Irak, Palestina, Burkina Faso, Mali, etc. son escenarios donde hoy el imperialismo recurre a la guerra más despiadada para llevar a esos países a su inviabilidad, facilitando con ello el saqueo de sus riquezas y la explotación esclavista de sus poblaciones, que se ven forzadas a una migración desesperada para intentar buscar otras condiciones de vida. Una situación singular es la larga y heroica lucha del pueblo palestino, por la recuperación de la soberanía sobre los territorios de toda la Palestina histórica, con capital en Jerusalén, que se ha convertido en un símbolo internacional de las luchas de liberación nacional contra el imperialismo y contra el sionismo. Objetivo que el PCPE apoya de forma incondicional.
En América Latina sus pueblos combaten con firme determinación, y se levantan una y otra vez ante las dictaduras más crueles. El imperialismo recurre a golpes de Estado, grupos terroristas, subversión de grupos mercenarios manipulados, y todo tipo de bloqueos y chantajes económicos. A pesar de ello los pueblos vuelven a alcanzar nuevas victorias. Colombia es hoy el principal bastión de la guerra imperialista en América Latina, pero la monarquía española no tiene reparo en condecorar con la más alta distinción a su sanguinario Presidente.
Es la lógica de la guerra y el terror, como último recurso del capitalismo en su intento de perpetuarse a pesar de su caducidad histórica como sistema.
En este escenario de decadencia sistémica imparable, el Gobierno del PSOE+UP, se somete a la lógica de la guerra, y acepta la celebración de la Cumbre de la OTAN en el mes de junio en Madrid. Una Cumbre cuyo objetivo principal es el de actualizar y coordinar las estrategias terroristas de esta organización criminal para tratar de mantener la feroz dictadura mundial de los grandes monopolios. Así los principales fabricantes de armas como Lockheed Martin, Boeing, Raytheon,Northrop Grumman,General Dynamics, Navantia, Santa Bárbara, Indra, etc, son los principales promotores de esta Cumbre, junto a JP Morgan, Exxon Mobile, Total, Thyssenkrupp, BBVA, Santander, Endesa, Movistar, etc. Ese Gobierno, presidido por Pedro Sánchez, actúa como el colaborador necesario de los crímenes y las guerras que se planificarán desde la Cumbre de la OTAN en Madrid, asumiendo disciplinadamente la obediencia a los intereses del capital monopolista español y transnacional. Esa Cumbre, por tanto, es una amenaza directa a la democracia, a las libertades y al mismo futuro de la especie humana.
Por todo ello el Comité Central del PCPE llama a la clase obrera, y al movimiento popular de todo el Estado, a sumarse a las más amplias iniciativas que se desarrollarán en los próximos meses contra esa Cumbre, y contra la guerra imperialista en todas sus formas, y cualquiera que sea el escenario donde ésta se desarrolle. Hoy es necesaria la unidad internacional de todas las fuerzas de la lucha por la libertad y la justicia social, en un amplio Frente Mundial Antiimperialista, que organice las más amplias movilizaciones contra la guerra, por el desarme y por la paz.
El PCPE defiende firmemente que la lucha por la salida de la OTAN y de la UE es parte fundamental de la lucha general contra la guerra imperialista, por la recuperación de la soberanía y por un futuro de hermandad entre los pueblos.
El PCPE hace un llamamiento a la clase obrera para su más activa participación en este proceso, para iniciar el camino hacia la sociedad socialista y el comunismo. Cambio histórico que llevará a la Humanidad desde la actual barbarie a la civilización de productores libres, que garantizará un futuro de paz para todos los pueblos, y el final de la guerra como estrategia de opresión y dominación.
Este llamamiento, en lo inmediato, se concreta en apoyar y participar en las próximas actividades contra la Cumbre de la OTAN, pero también en la más rápida y masiva respuesta a cualquier desarrollo de la guerra imperialista en Europa ante las tensiones actuales.
Resolución aprobada por el VII pleno del Comité Central del Partido Comunista de los Pueblos de España
12 y 13 febrero 2022
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