Los episodios concatenados en los últimos meses por el imperialismo norteamericano están alcanzando un vértigo cuyo desenlace resulta inesperado por el desquiciado comportamiento que expresa sus permanentes dinámicas belicistas y criminales.
Algunos análisis sobre la acción militar de Rusia en Ucrania, advertían que, sobrepasado este frente, el objetivo era la República Popular China. Impedido el avance del imperialismo por la legítima Operación militar rusa, la acción va directa al corazón del propósito.
La provocación de Nancy Pelosy, Presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, visitando oficialmente el territorio de Taiwán con un avión militar, incide en la guerra como única vía de los EE.UU y la OTAN para sostener su decadente hegemonía económica, política y militar.
Taiwán es el refugio de los anticomunistas del Kuomitang que encontraron en la isla el lugar donde establecerse con el amparo y protección norteamericana. La política del Partido Comunista de China con respecto a Taiwán se ha basado en el diálogo y en la solución pacífica para recuperar la total soberanía territorial del estado chino. Pero las constantes tensiones y provocaciones que se están produciendo por parte de los EE.UU actúan como acicates que convierten a la guerra en el instrumento dominante en las relaciones internacionales. .
El Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) apuesta por el reconocimiento de la soberanía territorial de la República Popular China de Taiwán, que legítimamente le corresponde según todos los tratados internacionales.
El PCPE condena esta nueva provocación de EEUU, que vuelve a mostrar la belicosidad tradicional de las administraciones demócratas y expresa la voluntad de romper la unidad territorial de China, generando conflictos a tal fin no solo en Taiwan, sino también en Xinjiang o el Tibet. La realidad expresa el nivel de traición que alcanza esa llamada izquierda que se felicitó por el triunfo de Biden y se saca fotos con Bernie Sanders.
El PCPE saluda la firmeza y a la vez mesura, en la respuesta de Xi Jinping como Presidente de la República Popular China, además de secretario general del PC Chino, y presidente de la Comisión Militar Central, haciendo una apuesta decidida por el cumplimiento de los acuerdos internacionales firmados por EE.UU y China, pero dejando muy claro que cualquier violación de la Soberanía e Independencia de China será respondida como merece.
Desde 1949, China ya no es el escenario de las injerencias coloniales que se mostraron con suma violencia en las dos Guerras del Opio que dieron pie al genocidio occidental y japonés sobre China. Tras la Revolución, bajo la dirección del PCCh, ya China nunca más volverá a ser una colonia de nadie. Hoy el pueblo chino está ocupando el papel estelar que la Historia ha deparado en su conjunto a la clase obrera.
Comité Ejecutivo
Madrid, 3 de agosto de 2022
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