Ahora es Ourense, ayer fueron Madrid, Álava, Cantabria, Cádiz, donde la clase obrera del sector del metal se viene poniendo en pie de guerra reivindicando unas subidas de salarios que les permita afrontar la galopante inflación que desde hace meses la golpea cruelmente. En un escenario donde el precio de la cesta de la compra, la luz y los combustibles están disparados, ya son bienes de lujo, los alquileres impagables, el precio de las viviendas inalcanzables para la gran mayoría de la población trabajadora, los servicios públicos cada vez en peores condiciones y en vía de desmantelamiento y/o privatización, el sistema público de pensiones está siendo privatizado. El salario a sido situado por debajo de su valor, lo que hace imposible que obreras y obreros puedan cubrir sus necesidades vitales.
Desde el siglo XIX, obreras y obreros han venido recurriendo a la huelga con el fin de doblegar a la patronal y conseguir mejorar sus condiciones de vida. Unas veces han alcanzado grandes victorias, como la jornada de 8 horas, los servicios públicos al servicio de las masas obreras. Todas las luchas obreras son criminalizadas inmediatamente por (la patronal) clase capitalista. Obreros y obreras son sacados a la luz pública, a través de los medios de comunicación de la burguesía, como delincuentes, alborotadores, incendiarios y mil calificativos más. Las fuerzas represivas del sistema se ceban en apalear a los y las huelguistas; los “agentes sociales”, hoy por hoy, CCOO y UGT, acuden raudos a apagar el incendio de la legítima rebelión de quienes todo lo producen, sentándose con la patronal para urdir acuerdos que salven los beneficios de aquella y dejen a la clase obrera como estaba, es decir, en la miseria. Acuerdos que son presentados hipócritamente ante las masas trabajadoras como “acuerdos sensatos” o como el “menor de los males” y que a todos y a todas nos ha dejado un amargo sabor de boca y la sensación de que nos han tomado el pelo una vez más.
Ante este escenario de ofensiva del capital contra los intereses de la clase obrera, desde el Partido Comunista de los Pueblos de España hacemos un llamamiento a la clase obrera del sector del metal de todo el estado español a convocar una HUELGA GENERAL DEL SECTOR DEL METAL para reivindicar convenios con subidas salariales que recojan el IPC real como punto de partida, así como otras mejoras de carácter social y laboral.
Sin lucha no se consigue nada. La llamada “paz social” no existe, pues la lucha de clases no tiene descansos ni treguas. El pacto social tan utilizado por los gobiernos de turno del capital, la patronal, CCOO y UGT solo sirve para desmovilizarnos y mantenernos dentro de los márgenes de sumisión que la burguesía necesita para seguir explotándonos y sangrándonos. ¡BASTA YA de esta tutela odiosa!
Compañeros y compañeras del sector del metal de todo el estado español, vayamos a la convocatoria de una HUELGA GENERAL DEL SECTOR, en defensa de nuestros legítimos intereses. No nos queda otra opción. Hagamos frente a la guerra que nos tiene declarada la patronal y reclamemos lo que es nuestro. No vamos a vender nuestra fuerza de trabajo, único bien que tiene la clase obrera, por la miseria que nos ofrece la patronal. Paremos la producción, que es lo que más miedo les da a esos parásitos.
Organicémonos en las fábricas y los tajos. Hagamos Cajas de Resistencia que nos permitan soportar el impacto económico de la huelga.
¡A LA HUELGA GENERAL DEL SECTOR DEL METAL YA!
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