Llegó la barbarie, luchemos por el socialismo

Oct 23, 2024 | Comite Central

RESOLUCIÓN GENERAL DEL XIX PLENO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PCPE

Entre las dificultades de la realidad y la necesidad de superarlas, la primera tarea en este momento de la vanguardia política ´- del Partido Comunista-, es abrir paso a la intervención organizada y protagónica del movimiento obrero y popular.

No hay otro camino en el necesario proceso de acumulación de fuerzas que exige cualquier propósito de transformación revolucionaria de la sociedad; del conjunto de circunstancias que determinan la existencia de las masas explotadas y oprimidas por la sociedad capitalista y su dictadura burguesa.

Huyendo de atajos y del voluntarismo y el derrotismo que incapacita la acción revolucionaria, el XIX Pleno del CC del PCPE, hace esta declaración de principios con el firme propósito de transformar la sociedad partiendo del contexto actual, de la realidad material de la clase trabajadora y el conjunto de sectores populares y no de posiciones idealistas tergiversadas que, al fin y al cabo, como demuestran los hechos, son tan perniciosas como las que directamente están instrumentalizadas por el Estado. Ambas, conscientemente o no, están al servicio de la clase dominante y son un importante obstáculo para el desarrollo de la lucha revolucionaria y la transformación socialista de la sociedad.

Partimos de un enfoque riguroso, que situándose en categorías marxistas-leninistas y valorando el nivel de conciencia actual de las diversas clases sociales y su subjetividad, busca promover la participación consciente de la totalidad de sujetos sociales y políticos que, objetivamente, tienen que protagonizar la contraofensiva obrera y popular anticapitalista. Sin la participación activa de las masas, porque interpretan que les beneficia, en este proceso político y social de acumulación de fuerzas del campo obrero y popular, no hay ningún proceso de cambio social posible.

Una posición, por tanto, que, desde el conocimiento de la complejidad de la tarea que se enfrenta y la consideración de la totalidad de factores que configuran el marco actual de la explotación y la opresión que afecta a la clase trabajadora y los sectores populares, se centra en la doble valoración de las tareas que debe desarrollar la militancia comunista y el papel que le corresponde jugar a las masas.

EVIDENCIAS.

La crisis general del capitalismo lo determina todo. ¿Crisis, qué crisis? La que se oculta por todos los medios de propaganda, pero está en la base de cada uno de los hechos que afectan negativamente la realidad de la mayoría social y la soberanía de los pueblos.

 Capitalismo globalizado, universal: Imperialismo. Capitalismo parasitario, crecientemente financiarizado y en descomposición porque sus propias leyes de desarrollo y acumulación le marcan el límite de su tasa de ganancia. Capitalismo concentrado (1% de los más ricos posee la misma riqueza que el 95% de la población mundial) que, no solo se contradice con la creciente socialización de la producción, sino que marca los propios límites históricos de su existencia y es un tapón para la evolución social. Capitalismo depredador de recursos que convierte todo en mercancía y destruye la Naturaleza, poniendo en riesgo la continuidad del ciclo de la vida. Capitalismo violento para el que la dominación y la guerra no son más que medios para superar la crisis y defender su hegemonía. Capitalismo sin límites éticos en el que todos los derechos están sometidos a la preponderancia de la ley del valor por encima de cualquier consideración.

Este es el Capitalismo del Siglo XXI, el único posible y el que, si sostiene su hegemonía mundial, solo agudizará en el tiempo sus contradicciones y todos los factores de explotación, violencia y destrucción que de forma orgánica conforman su existencia.

Es falso, como dicen algunas voces interesadas, que volvamos al siglo XIX. Para nada, solo estamos empezando a conocer la verdadera cara del Imperialismo del siglo XXI.

Ese es el mensaje que con claridad se necesita trasladar a las masas para que, progresivamente, modifiquen su nivel de conciencia y participación en la defensa de sus derechos e intereses.

Del análisis de la realidad internacional, es necesario afirmar que Yugoslavia, Libia, Siria, Palestina, Líbano, Iraq, Irán, Bielorrusia, Cuba, Nicaragua, Rusia, Venezuela, China, RPD Korea, Yemen, Mali, Sahara Occidental, Níger, Burkina Faso…, cada a país a su nivel y con muy diferentes consecuencias para sus habitantes, son los verdaderos rostros de las sanciones, bloqueos y guerras que por doquier expande por el orbe el imperialismo. Un imperialismo que, liderado por los EE. UU. y nucleado en torno a la OTAN, pretende normalizar la guerra y los genocidios para, contra toda lógica de desarrollo económico y social, tratar de sostener su hegemonía mundial.

 Sin la menor duda, el imperialismo es el principal enemigo de la Humanidad y, consecuentemente, la articulación de un amplio y complejo Frente Antiimperialista Mundial es una absoluta prioridad. La lucha por la PAZ desde la firmeza del apoyo a la Resistencia de los pueblos, indiscutiblemente, es el principal frente de lucha para enfrentar al imperialismo a todos los niveles.

Ante el riesgo de una conflagración mundial de alcance insospechable por su posible magnitud nuclear, el primer propósito político de toda la militancia comunista tiene que orientarse a organizar la lucha política en defensa de la Paz incorporando a las más amplias masas a ese propósito con consignas muy concretas y claras en el sentido de que la guerra está ya aquí y ahora afectando a su vida. Como en 1914, cuando la alternativa del imperialismo era la guerra, la del movimiento obrero y las fuerzas revolucionarias tiene que ser la paz

Igualmente y con una mirada más cercana a nuestra realidad más inmediata, tanto en el Estado español, como en la propia UE, afirmamos con rotundidad, que es la crisis general del capitalismo y no la “guerra de Putin”, ni ninguna de las falsas excusas que usa el Poder, lo que de verdad determina negativamente la vida del pueblo trabajador.

Factores como el progresivo desmantelamiento de los servicios públicos conquistados a la burguesía durante décadas de lucha – incluido el ataque al Sistema Público de Pensiones-, el aumento del presupuesto militar, la prioridad del pago de la deuda por encima de necesidades sociales, el avance del fascismo, mayores tasas objetivas de explotación y precariedad que se traducen en una creciente desvalorización de la fuerza de trabajo, cierres de fronteras responsables de la muerte diaria de cientos de personas en el Mediterráneo y el Atlántico, un crecimiento imparable de la pobreza que, más allá de las colas del hambre, se traduce en la imposibilidad del acceso a la vivienda para millones de trabajadores, especialmente migrantes, mujeres y jóvenes, y en la incapacidad práctica de reproducir en condiciones su fuerza de trabajo…, demuestran con claridad que el capitalismo ya no tiene nada positivo que ofrecer a la Humanidad y es absolutamente prioritaria su superación histórica porque también en estas cosas, nos va la Vida en ello.

Son datos que identifican el problema y que, más allá de la dominación ideológica que aliena a amplios sectores de la sociedad impidiéndoles interpretar certeramente cuáles son sus verdaderos intereses y necesidades, están allí de forma objetiva construyendo una sociedad crecientemente polarizada entre la exigua minoría que lo tiene todo y las grandes mayorías que todo lo producen, pero cada vez viven más empobrecidas. Una contradicción que, como queda demostrada por la gestión de los diversos gobiernos de la socialdemocracia a lo largo de estas últimas décadas, es absolutamente insuperable en el seno del capitalismo y solo se resolverá, en el contexto de la toma del poder por la clase obrera, desposeyendo al gran capital de su dominación absoluta y quebrando radicalmente su ya cuestionada hegemonía.

Es por ello que este es un llamamiento a la participación, a la lucha consciente del pueblo en defensa de sus intereses y necesidades.

Son las grandes masas organizadas las que, aprendiendo de las experiencias de lucha del pasado, tienen que asumir el timón de su presente y futuro para sacarlo del espiral de destrucción ética y social que el imperialismo impone al conjunto de la Humanidad y a la Naturaleza. Una realidad de creciente explotación y saqueo en el que, por encima de cualquier otra consideración de sostenibilidad, todo se mercantiliza y se somete a la ley del valor para tratar de mantener la tasa de ganancia a costa de lo que sea, es absolutamente inviable e indeseable para la mayoría social.

Igualmente, y por ser un factor de absoluta prioridad social, es necesario situar la incompatibilidad absoluta del desarrollo capitalista con todas las formas de sociabilidad construidas a lo largo de siglos de vida en comunidad. La imposición social del individualismo como parte de la estrategia de dominación capitalista, se dirige a romper el vínculo de clase y las diferentes estructuras de resistencia formadas por generaciones que, desde su realidad material, han luchado por sus derechos y un futuro mejor libre de explotación y opresiones.

En definitiva, en este momento absolutamente crucial para el desarrollo de la Humanidad, esta realidad extremadamente compleja que enfrenta la clase trabajadora, requiere la decisión colectiva de la militancia comunista para enfrentarla y transformarla mediante una creciente intervención política de masas. Una intervención que, no solo ayude a identificar a los verdaderos enemigos del pueblo, sino que, al mismo tiempo, vaya construyendo una clara referencialidad de la militancia comunista entre quienes desde su propia experiencia de organización y lucha, vayan asumiendo como propios los análisis y consignas revolucionarias.

Es, por tanto, ahora – cuando la dicotomía entre Socialismo o Barbarie ya es más que evidente que nunca-, cuando solo cabe asumir la responsabilidad y prepararse para llevar a cabo esta imprescindible tarea de dirección política a la que llamamos a incorporarse a todos los y las comunistas.

UN CONGRESO PARA ELLO

El XII Congreso del PCPE, a desarrollar en la primavera del 2025, será un espacio fundamental para dar un paso cualitativo y cuantitativo en todos y cada uno de los propósitos marcados en esta Resolución del XIX Pleno del CC.

Corresponde a la militancia del Partido y la Juventud estar a la altura de las exigencias y redoblar su compromiso haciendo que el doble objetivo de intervenir en los frentes de masas y transmitir la ideología revolucionaria a los elementos más conscientes de estas, sea una realidad palpable fundamentada en hechos concretos que logren ser trascendentes en el desarrollo de la lucha de clases.

Pero también y más allá de los propios límites de nuestra realidad partidaria, corresponde a todos los y las comunistas asumir este objetivo saliendo de las dinámicas endogámicas absolutamente paralizantes en las que se encuentran cómodamente instalados una buena parte de ellos viendo como les pasa por delante el tren de la Historia.

A 19 y 20 de octubre de 2024.

¡Ni paz entre clases, ni guerra entre pueblos!

¡Viva la Resistencia de los pueblos!

¡Viva el XII Congreso del PCPE!