El pasado sábado 9 de noviembre, organizaciones sociales, políticas y ciudadanos afectados unieron fuerzas en una protesta de condena de la gestión criminal de la DANA. Miles de personas en distintas ciudades: Valencia, Castellón, Alicante y Elx del País Valencià y fuera de él en Madrid, salieron a la calle para denunciar la gestión de la DANA por parte de las autoridades autonómicas, estatales y las élites empresariales.
Las consignas resonaron con fuerza durante las manifestaciones, se corearon consignas como “¡Vuestras ganancias, nuestra miseria!” , “ ¡qué viva la lucha de la clase obrera! “o “¡vuestros beneficios, nuestros muertos !” entre otras.
En los distintos bloques de las manifestaciones en las que participamos la militancia del PCPE y la JCPE tuvieron en común la denuncia del oportunismo político de aquellos que intentan desviar las críticas y evitar señalar a los verdaderos responsables del modelo de desarrollo especulativo que, ha priorizado los intereses de promotores inmobiliarios y eventos millonarios sobre la seguridad de la población. Durante décadas, planes de obras hidráulicas preventivas fueron descartados por “afear el paisaje” de una “región europea” orientada al turismo, relegando las necesidades de protección de la clase trabajadora y sus viviendas. “Ese asfalto y esos edificios se han convertido en nuestras tumbas, y el capitalismo es responsable de nuestros muertos “.
Además de exigir la dimisión del gobierno autonómico en bloque, el PCPE y la JCPE demandamos medidas concretas para proteger los derechos de la clase trabajadora en el proceso de recuperación. Entre estas demandas se encuentra la creación de una bolsa de trabajo para los afectados por la DANA, la intervención de los precios de vivienda y alquiler en las zonas devastadas, y la implementación de ayudas directas a los trabajadores y trabajadoras sin demoras burocráticas.
Nuestro mensaje resalta que la recuperación no debe ser a costa de la clase trabajadora ni de recortes en derechos sociales. Pedimos que el sector de alimentación logística, industria pesada y textil, construcción y alojamiento turísticos al servicio de los afectados; Igualmente reclamamos la regeneración y reconstrucción de las comarcas afectadas con todos los recursos públicos disponibles, en esa misma línea que las empresas reconstruidas con fondos públicos pasen a manos de los trabajadores y pedimos redirigir el presupuesto militar de la OTAN hacia las necesidades de quienes han perdido todo.
La jornada culminó con una llamada a la solidaridad y la organización obrera, recordando que la verdadera fuerza está en la unidad de los trabajadores. Con la firme convicción de que la recuperación y reconstrucción deben ser lideradas y controladas por quienes verdaderamente generamos la riqueza, dicho en otras palabras “La producción al servicio del pueblo y no el pueblo al servicio de la producción”.
Así mismo alertamos sobre el auge de grupos fascistas que buscan aprovecharse de la tragedia para frenar la espontánea organización popular.
La jornada culminó con un llamado a fortalecer la auto organización obrera y consolidar las estructuras de solidaridad que han surgido en esta crisis. “La clase obrera siempre responde, su solidaridad es el más grande que existe”.
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