8 de marzo de 2016
En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la Iniciativa Comunista Europea envía calurosos saludos militantes a todas las trabajadoras, paradas, despedidas, pensionistas, autónomas, agricultoras y ganaderas, a las mujeres jóvenes, especialmente de los sectores populares pobres que se encuentran estudiando y trabajando al mismo tiempo, a las mujeres discapacitadas y a las madres de niños con discapacidad.
La Iniciativa expresa, en particular, su plena solidaridad con las refugiadas e inmigrantes, con todas las madres refugiadas que están siendo duramente puestas a prueba.
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora tiene sus raíces históricas en las huelgas de las costureras de Nueva York, en las sangrientas luchas de las mujeres de la clase obrera y los sectores populares. Hoy señala la necesidad de reforzar la lucha de las mujeres por la abolición de la desigualdad femenina, así como del sistema capitalista que la crea y la alimenta.
La desigualdad de género es inherente a la sociedad capitalista. La sufren mujeres de todas las edades, particularmente las de la clase obrera y otros sectores populares pobres. Esta desigualdad no sólo se refleja en los niveles salariales, de salud, de bienestar y educación, así como el acceso gratuito a esos servicios. La línea política de la UE y sus gobiernos, las duras medidas anti-obreras, golpean de forma bárbara a las mujeres de la clase obrera y los sectores populares pobres.
La crisis del capitalismo, que continúa profundizándose, exacerba la explotación de las mujeres y la desigualdad. En este contexto es importante no olvidar la doble opresión a la que están sometidas, predominantemente, mujeres que, aparte de ser explotadas en el mercado de trabajo capitalista, también se enfrentan a la carga del trabajo doméstico, ello bajo las coacciones del sistema capitalista, de la “tradición” y de visiones anacrónicas.
Además, la ofensiva contra los derechos de las mujeres no sólo la llevan a cabo las fuerzas de la reacción, sino también las fuerzas denominadas “progresistas” liberales, que desvían a las mujeres de participar en la lucha de clases. Estas fuerzas se centran en asuntos que tienen que ver con las actitudes de los hombres hacia las mujeres y exculpan a la desigual sociedad de clases. Buscan impedir la participación de las mujeres en la lucha contra las causas básicas de sus sufrimientos.
El objetivo de las clases burguesas y sus organizaciones imperialistas como la UE es particularmente peligroso, esto es, pretenden que las guerras imperialistas sean promovidas como “guerras de caridad” para supuestamente “mejorar las condiciones de los pueblos y las mujeres”, por ejemplo en Siria o Afganistán, mientras en realidad afectan a las mujeres y los pueblos de la peor forma posible. Además crean flujos de refugiados y refugiadas que están siendo perseguidos y perseguidas por la barbarie capitalista y las intervenciones imperialistas de los EEUU, la UE y la OTAN por todo el mundo.
La Iniciativa Comunista Europea y los Partidos Comunistas que forman parte de la misma seguirán intensificando su lucha a favor de todos los derechos de la mujer de la clase obrera y los sectores populares, a favor de la emancipación de las mujeres, que está indisolublemente unida a la lucha contra la desigualdad de las mujeres y la explotación capitalista que la provoca.
La emancipación de las mujeres no puede alcanzarse sin una firme lucha contra el capitalismo.
Ninguna lucha femenina sin lucha de clases – ninguna lucha de clases sin lucha femenina.
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