El pasado 28 de enero, la Audiencia Nacional comunicó al rapero Pablo Hasél que deberá ingresar en prisión en el plazo de diez días por el delito de enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona e injurias a las instituciones del Estado. Teniendo en cuenta otros procesos judiciales que el compañero tiene aún abiertos, puede llegar a acumular 20 años en las prisiones del estado, convirtiéndose así el primer rapero encarcelado en Europa.
La represión sobre Pablo Hasél es un aviso a navegantes, para que nadie que pretenda ejercer libremente sus “derechos formales democráticos” bajo este sistema criminal piense que no le puede pasar exactamente lo mismo.
En un momento como el actual, donde la crisis de sobreproducción del capitalismo viene agudizada por la crisis sanitaria de la COVID-19, la oligarquía de este país lo tiene bien claro. La acumulación de ganancias está por encima de la salud y de los derechos de la clase obrera y las capas populares. Cualquier atisbo de resistencia contra el proceso de acumulación de capital será criminalizado.
En este caso, el “delito” del compañero ha sido denunciar el robo sistemático al que nos someten los Borbones, algo que ni es nuevo ni es secreto. Juan Carlos I “el exiliado” se encuentra en su idílico retiro de Abu Dabi. Y mientras el “emérito” se encuentra plácidamente con los amigos que le “gratificaron” por “sus servicios”, no se hace el menor movimiento para proceder contra él, no ocurriendo lo mismo con aquel que denuncia lo que se ha demostrado, teniendo que entrar en prisión por el simple hecho de relatar en sus canciones lo acontecido.
Queda claro que la “sacrosanta” institución de la Monarquía es la piedra angular sobre la que se construye el bloque dominante en el estado español. Cualquier crítica contra la arcaica institución es reprimida de manera ejemplar como ya pasó con el secuestro de la revista “El Jueves”, Arnaldo Otegui o con el rapero Valtonyc. La libertad de expresión en el reino borbónico está muy maltrecha y, si tiene que ver con la monarquía, es inexistente. Quien pretenda ejercerla se verá ante los tribunales, en la cárcel o en el exilio.
El actual gobierno de la socialdemocracia de PSOE/UP seguirá vendiendo a su pueblo, a las obreras y obreros, a las trabajadoras y trabajadores, a los mismos opresores y asesinos de siempre, pues por más que se disfracen de izquierda, siguen siendo herramientas en manos del Capital, y cuando antes se declaraban antimonárquicos, ahora no dudan en inclinarse ante sus reyes y hacer oídos sordos a sus delitos, mientras legitiman la encarcelación de presos políticos y le niegan al pueblo la libertad de expresión. Porque hoy es la libertad de expresión, pero mañana será la libertad de reunión, pasado el derecho a la huelga y, finalmente, la persecución sistemática. Derechos todos ellos ya bastante mediatizados en dictadura del capital, derechos formales y limitados en su ejercicio, y derechos que día a día se van restringiendo. Contra el represor y opresor capitalismo español sólo hay una respuesta: organizarse y luchar.
Desde el Partido Comunista de los Pueblos de España queremos mostrar nuestra máxima solidaridad con Pablo Hasél, exigiendo la inmediata retirada de todos los cargos y archivo de los procesos pendientes contra el compañero, así como la anulación de las causas que motivan su ingreso en prisión y hacemos un llamamiento a la lucha para impedir este encarcelamiento que sentará precedente y abrirá un camino que no dudarán en seguir con cualquiera que ose levantar la cabeza contra el terror y la represión del bloque monárquico-burgués del estado español.
¡PABLO HASÉL LIBERTAD!
¡AMNISTÍA Y LIBERTAD PARA TODAS Y TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS!
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