El movimiento obrero debe romper con la lógica capitalista, nada se puede esperar de este sistema de robo, miseria y explotación
Empeoran nuestras condiciones de vida y trabajo.
El 8 de septiembre marca el inicio del curso político en Asturies con más de 83.000 parados, un 17,15 % de desempleo reconocido. Continúa la destrucción del tejido productivo en la industria, la construcción, el comercio y la hostelería, situándose la tasa de actividad en un preocupante 52,22 %. La juventud y la mujer trabajadora sufren especialmente las consecuencias de una crisis que hace estragos en las condiciones de vida y trabajo de nuestro pueblo. Las trabajadoras perciben un salario un 30% inferior al de los trabajadores y los jóvenes un 42 % más bajo que la media. Con un contrato temporal se percibe un 35 % menos que con un contrato indefinido. Durante el último año, más de 25.000 trabajadores y trabajadoras han tenido que salir de Asturias en busca de un empleo, en su inmensa mayoría aceptando ofertas esclavistas realizadas por Empresas de Trabajo Temporal.
La contrarreforma laboral ha cumplido sus objetivos: abaratar el precio de la fuerza de trabajo, facilitar el despido, incrementar la vulnerabilidad y el desarraigo de la población obrera. Y todo ello para mantener los beneficios empresariales a costa del sufrimiento del pueblo, que se agravará con la pérdida de derechos que conlleva la reforma de la negociación colectiva, la reforma de las pensiones y las medidas aprobadas recientemente por el Gobierno para permitir el encadenamiento indefinido de contratos temporales y el recurso indiscriminado a los contratos de formación.
La izquierda plural ha preparado el terreno a la derecha.
Este es el resultado de las políticas aplicadas en Asturias por el Gobierno IU – PSOE – BA, que ejecutó disciplinadamente la política de recortes dictada por la oligarquía, en sintonía con el gobierno estatal, tratando de amortiguar la lucha de clases con una demagogia “de izquierdas”. PSOE e IU allanaron el camino para la victoria electoral de la derecha representada por Álvarez – Cascos (FAC) y por el PP, cuya división se basa exclusivamente en la falta de acuerdo en el seno de la clase dominante sobre el reparto del botín extraído de la explotación de la mano de obra, de la destrucción de nuestro patrimonio natural y del saqueo de este paraíso de la corrupción en que han convertido Asturies.
Se incrementa la represión contra quienes luchan.
Las clases dominantes y su aparatado estatal ejercen su dictadura con una violencia creciente. Se desata una campaña represiva, sin precedentes desde el franquismo, que ha colocado como uno de sus objetivos a los y las comunistas, lo que alcanza su punto álgido con la falsa acusación por terrorismo a cinco militantes del PCPE y los CJC. Una causa abierta contra nuestra organización, y posteriormente archivada, fraguada en las cloacas de la Brigada de Información, con la complicidad de la Delegación del Gobierno, que demuestra la tendencia reaccionaria de un sistema capitalista agotado y en descomposición.
Los empresarios mueven ficha, la FADE piden más.
La Federación Asturiana de Empresarios, ha planteado abiertamente su intención de buscar nuevos beneficios a costa de los derechos sociales del pueblo, reclamando un gobierno “fuerte y con mano dura”, al estilo de lo que sucede en Cataluña. El gobierno de Cascos se prepara para imponer nuevos recortes y atacar el carácter público de la educación y la sanidad, ante lo que el movimiento obrero y popular debe preparar su respuesta y determinar los pasos a seguir para frenar la nueva embestida de la patronal y su gobierno.
La vía del pacto social ata de pies y manos al movimiento obrero.
La reciente reunión entre CCOO y UGT y el Gobierno asturiano continúa la lógica del pacto social, que tan trágicas consecuencias está teniendo para la mayoría trabajadora. Cascos se ha apresurado a prometer que respetará el Acuerdo para la Competitividad, el Empleo y el Bienestar de Asturias, en vigor hasta final de año, y se muestra partidario de alcanzar un nuevo acuerdo para el periodo 2012 – 2015. La vía de la conciliación de clases y de la paz social defendida por los sectores reformistas debe ser derrotada, pues ha contribuido determinantemente a que sea la clase obrera quien pague la crisis capitalista.
El movimiento obrero y sindical debe reaccionar a la ofensiva.
Numerosas empresas están preparando nuevos planes de despido, nuevos Expedientes de Regulación, nuevas imposiciones a sus plantillas. La historia reciente ha demostrado que el movimiento obrero es débil cuando lucha de manera aislada, empresa a empresa, cada cual en su centro de trabajo y cuando le toca. Se deben unificar las luchas, es el momento de presentar un frente común de los obreros y de los sectores populares contra el frente común de la FADE, el Gobierno y sus cómplices. Es el momento de la solidaridad y de la unidad de clase, de la organización y el debate en los centros de trabajo para iniciar el reagrupamiento del movimiento sindical clasista en Comités de Unidad Obrera.
El movimiento obrero debe organizar una dura contraofensiva contra la FADE y sus exigencias. El gobierno debe saber que si sigue el camino dictado por la patronal se encontrará con una dura respuesta de masas que conducirá a la convocatoria de una huelga general.
La crisis capitalista demuestra día a día que no hay futuro bajo las condiciones de la esclavitud asalariada. No vendrán tiempos mejores sin la lucha organizada contra los explotadores. El movimiento obrero debe romper con la lógica capitalista, nada se puede esperar de este sistema de robo, miseria y explotación. Solo el socialismo garantizará la satisfacción de nuestras necesidades, la clase obrera no debe hacer concesiones, es el momento de intensificar la lucha de clase contra la patronal y su gobierno.
Comentarios recientes