El 6 de diciembre de 1978, con la aprobación en referéndum del proyecto de Constitución, se consolidó el nuevo marco de dominación del bloque oligárquico-burgués, pasando del fascismo a la monarquía parlamentaria, como nueva forma histórica concreta de la dictadura del capital en el Estado español.
Solo fue eso, nada de democracia, ni recuperación de la soberanía popular, como se sigue situando desde los órganos de propaganda del poder burgués. Ese día, únicamente vio la luz el nuevo marco de dominación necesario para la incorporación de los monopolios españoles al mercado europeo a través de la posterior entrada en la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea), y a la alianza militar y terrorista de la OTAN.
Décadas después, una somera evaluación de lo que ha supuesto este proceso de internacionalización del capitalismo español, y su nueva participación en el proceso de división internacional del trabajo, bajo la disciplina de los intereses y necesidades del gran capital europeo y norteamericano, deja un rastro de desindustrialización, privatizaciones, penetración del capital extranjero y destrucción del territorio que, unida a la presencia de las bases USA y la pérdida de la soberanía monetaria, convierten al Estado español en un apéndice de los verdaderos centros de poder en Washington y Bruselas que son los que realmente dictan las líneas generales y estratégicas del desarrollo económico, social, cultural y territorial.
Aquellos “padres de la Constitución” que, durante la llamada “Transición” (curiosa denominación para lo que en realidad fue la Segunda Restauración Monárquica, diseñada a imagen y semejanza de la Primera Restauración de 1874 a 1931), asumieron la responsabilidad de elaborar el marco legitimador para un nuevo ciclo de dominación del capital en el Estado español, lo hicieron exactamente bajo los mismos intereses de clase de quienes promovieron el golpe de estado fascista el 18 de julio en 1936.
Con el pretexto de abrirse a un nuevo periodo histórico “modernizador”, además de ahogar en sangre la lucha obrera y popular antifascista, las luchas de liberación nacional, no solo intentaron poner punto final a la memoria republicana, antifascista, de resistencia y liberación nacional de los pueblos y naciones oprimidas del Estado español, sino que decretaron una amplísima amnistía a favor de todos los asesinos y torturadores del período de la dictadura franquista y la llamada “Transición”.
Igualmente, y en la misma línea de atentado a los intereses obreros y populares, no se puede olvidar que el 6 de diciembre de 1978, se revalidó la sucesión en la Jefatura del Estado decidida e impuesta por el dictador fascista en un pleno de las Cortes franquistas el 22 de Junio de 1969.
Toda una ignominia sin precedentes históricos, que equivaldría a que la presidencia de la República alemana la ostentara alguien ungido por Hitler para esa responsabilidad.
La monarquía, constituida como piedra angular sobre la que se sostiene todo el aparato del estado centralista y burgués, e institución que agrupa a los diferentes sectores de la oligarquía (incluidos sectores de las burguesías vasca y catalana) en el “proyecto común” que es el Reino de España, adquiere en la Constitución de 1978 un valor determinante.
Una monarquía que es el reflejo de los valores “patrios” de una oligarquía parasitaria, cuya ignorancia carpetovetónica, desde un profundo odio de clase e ideología imperialista, desprecia cualquier otra lengua, cultura o forma de ser que no sea la que le resulta más favorable para la perpetuación de su dominación de clase. El nacional-catolicismo chauvinista y misógino que se forja bajo las mentiras históricas de aquel genocida “Imperio español en el que no se ponía el Sol”, sigue siendo su referente.
Los herederos sanguíneos de Felipe V y el Decreto de Nueva Planta que impuso un modelo de estado centralista que conformó a España en una verdadera cárcel de pueblos y perpetró un genocidio cultural, son legitimados por esta Constitución. ¿Algo que celebrar? ¡En absoluto!
Por todo ello es que, desde el Encuentro Internacionalista, consideramos que solo la lucha constante de los pueblos y naciones que en la actualidad conforman el Estado español, en defensa de sus intereses, es la que puede derrotar esta dominación secular que, en medio de la crisis general del capitalismo agónico y de guerra permanente contra la Humanidad del imperialismo anglo-ianqui-sionista, adquiere una dimensión más opresora y reaccionaria.
En consecuencia, la exigencia histórica para acabar con la monarquía y el poder burgués que defiende la Constitución de 1978, pasa necesariamente por la defensa del Derecho a la libre Autodeterminación – en el sentido leninista de derecho a optar por la Independencia- del conjunto de pueblos y naciones que en la actualidad conforman el Estado español.
Una exigencia necesaria para superar la realidad de opresión nacional y, desde el poder obrero que necesariamente será la base material que la haga efectiva, avanzar desde su Soberanía, hacia un nuevo proyecto histórico, liderado por la clase obrera, que abra una etapa de cambios revolucionarios que llevarán a la superación de aquellos determinantes históricos que el período histórico de dominación de la burguesía nunca tuvo la capacidad de resolver.
No hay otra alternativa, el Reino de España está determinado por una historia de represión a sangre y fuego contra sus propios pueblos y naciones, y no tiene ninguna capacidad de cambiar ese determinante estructural. Esta cuestión vincula a los dos grandes gestores del capital en el Estado español: PP y PSOE/UP, con diferentes formas de parchear el conflicto, pero compartiendo la negación al libre ejercicio del derecho a la autodeterminación. En este momento el debate sobre la amnistía es un claro ejemplo de ello.
Es una responsabilidad histórica de las organizaciones comunistas y revolucionarias comprometernos en la construcción de un proyecto que, desde su reconocimiento, sitúe a las diferentes realidades nacionales oprimidas por el Reino de España, como sujetos políticos activos y soberanos y no como un elemento pasivo y secundario del proyecto revolucionario.
El Encuentro Internacionalista hace una llamada a la movilización este próximo 6 de diciembre contra la Monarquía española y la Constitución de 1978. Una llamada a la acción en forma de reivindicación del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos y naciones del Estado español, de solidaridad con los pueblos agredidos por el imperialismo de los EE. UU., la UE y el estado sionista de Israel, contra las bases militares de los EE.UU y de demanda de verdad, justicia y reparación por las víctimas del franquismo.
Todo ello como un paso más en el proceso de acumulación de fuerzas necesario para el inicio del camino hacia ese nuevo proyecto histórico liberador y emancipador, para organizar las Revoluciones Socialistas en nuestras respectivas formaciones sociales.
AGORA GALIZA – UNIDADE POPULAR
COORDINACIÓN DE NÚCLEOS COMUNISTAS
PARTIT COMUNISTA DEL POBLE DE CATALUNYA
PARTIDO COMUNISTA DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA
Comentarios recientes