En este empiece de año 2017 ha habido dos mujeres asesinadas por sus respectivas parejas la primera el día 28 de Enero en la urbanización del Quiñón de Seseña en la localidad de Seseña (Toledo) con 40 años de edad y la otra mujer el día 5 de Febrero en la localidad de Mora (Toledo) con 38 años de edad.
Desde el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) y el Colectivo de Jóvenes Comunistas (CJC) de Toledo queremos, en primer lugar, enviar nuestras condolencias y solidaridad con la familia y amigos de la fallecida. Y en segundo lugar recordar que la violencia de género es una de las más infames lacras que provoca el capitalismo. Un sistema en el que la mujer se encuentra doblemente oprimida: explotada como trabajadora y oprimida por su condición de género.
Son las mujeres trabajadoras las que se ven expuestas a las situaciones de mayor violencia: sobreexplotadas, teniendo que trabajar 88 días más al año – según los últimos datos disponibles – para cobrar lo mismo que un compañero varón; oprimidas por un sistema que las relega a ocuparse de las tareas domésticas, que las expulsa del mercado laboral y las posterga a situaciones de indefensión que tienen su más dramático y violento reflejo en la violencia machista.
Plantarse contra la violencia de machista significa hacer todo lo posible, desde ya mismo, para evitar los crímenes de violencia de género, implementado todas las medidas y recursos que sean necesarios para asegurar la integridad de las mujeres maltratadas para concienciar sobre esta lacra, cueste lo que cueste. Pero plantarse contra la violencia machista ha de significar también plantarse contra el sistema que origina la actual situación de opresión de la mujer, y luchar por que las mujeres trabajadoras se organicen para su defensa en todos los ámbitos sociales.
Basta ya de violencia machista, y basta ya del sistema que la origina.
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