Contribución del PCPE al 17 EIPCO

Nov 2, 2015 | Internacional

Texto presentado por el camarada Ástor García, responsable del Área Internacional del PCPE, ante los participantes en el 17 Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros celebrado en Estambul entre el 30 de octubre y el 1 de noviembre.

 

Estimados camaradas del Partido Comunista, Turquía,
Estimados camaradas:

En nombre del Comité Central del Partido Comunista de los Pueblos de España quiero trasladar a todos los partidos hermanos presentes un fraternal saludo internacionalista. A los partidos que no han podido venir a Estambul les enviamos igualmente nuestros más calurosos saludos y nuestros deseos de éxito en las luchas que llevan a cabo.

El tema de este 17 Encuentro Internacional nos obliga a reflexionar sobre las tareas de los Partidos Comunistas y Obreros para fortalecer la lucha de la clase obrera en todos los ámbitos. Para nuestro Partido es una ocasión muy adecuada para expresar nuestras opiniones sobre los asuntos que nos parecen esenciales en el Movimiento Comunista Internacional.

Como seguramente saben, en menos de dos meses se celebran en España unas elecciones generales muy importantes. Nuestro Partido está preparando el trabajo a desarrollar en esa campaña electoral con un objetivo fundamental: incrementar la influencia del PCPE entre las masas trabajadoras para poder elevar el nivel de conciencia revolucionaria y así favorecer la maduración del factor subjetivo revolucionario en nuestro país.

Como hemos señalado en numerosos documentos, consideramos que en España las condiciones objetivas para el tránsito revolucionario al socialismo ya existen. La riqueza que produce la clase obrera española, con una planificación centralizada de la economía, serviría para satisfacer ampliamente las necesidades de toda la población. Pero el factor subjetivo no está lo suficientemente maduro: no existe todavía una conciencia revolucionaria desarrollada entre las masas.

A pesar de que, en los últimos años, la clase obrera y los sectores populares de España han podido vivir y experimentar cuáles son los límites del sistema capitalista, desde hace dos años venimos viendo cómo se desarrolla una campaña dirigida a promocionar a nuevos partidos políticos de refresco que pueden sustituir a los socialdemócratas o a los conservadores que han gestionado la crisis capitalista y llevan gestionando el capitalismo español en los últimos 30 años.

Esta operación, dirigida desde medios de comunicación vinculados a sectores oligárquicos, no es más que un nuevo paso en la maniobra de distracción que se inició en mayo de 2011 con el movimiento de las plazas, los “indignados”. Tiene como objetivo mantener a la clase obrera y a los sectores populares dentro del marco de gestión capitalista, confiando en hipotéticas reformas que seguirán sin resolver el problema fundamental de toda sociedad capitalista: la contradicción entre capital y trabajo.

La única alternativa, camaradas, pasa por el fortalecimiento del Partido Comunista y de la elaboración de una política que, buscando ampliar las alianzas de la clase obrera, se dirija fundamentalmente hacia la clase obrera. Respetando otras posiciones políticas de sectores sociales cercanos a la clase obrera pero sin ponerse jamás detrás de esas posiciones políticas ajenas. Para poder lograr ese objetivo, lo esencial es que el Partido Comunista esté presente en los centros de trabajo, allí donde se ve con absoluta claridad esa contradicción entre capital y trabajo.

Sin presencia organizada de los y las comunistas en los centros de trabajo no hay fortalecimiento posible del proyecto comunista y la conquista del poder político seguirá estando lejana.

Por ello, en nuestro próximo X Congreso, que se celebrará en junio de 2016, el PCPE va a discutir con absoluta seriedad cómo debemos dar los pasos para ser más fuertes en el seno del movimiento obrero y sindical, cómo podemos construir nuestra organización en los centros de trabajo, mientras nuestra juventud se fortalece en el movimiento estudiantil y juvenil en general. Como decía Pedro Checa, secretario de organización del Partido Comunista durante nuestra Guerra Nacional Revolucionaria, la fortaleza del Partido se encuentra en las fábricas, ahí es donde debe trabajar la célula del Partido, siguiendo las palabras de Lenin cuando señalaba que “la fuerza principal del movimiento reside en las organizaciones de los obreros en la grandes fabricas y talleres, porque estas agrupan la parte predominante de la clase obrera, no sólo por su numero, sino por su influencia, su desarrollo y por su capacidad de lucha”. Por ese camino debemos transitar para fortalecer los partidos comunistas y obreros, complementándolo con una lucha incansable contra la influencia de la ideología burguesa entre las masas trabajadoras.

A nivel general, el trabajo comunista debe ser complementado con una valoración adecuada sobre la situación internacional y los efectos que ella tiene para el trabajo de los partidos comunistas y obreros.

Es evidente el agotamiento de la formación socio-histórica capitalista. El capitalismo monopolista, el imperialismo, es un sistema que, para sobrevivir como sistema, necesita destruir fuerzas productivas, necesita arrasar las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera, llevando a millones de trabajadores y trabajadoras a una situación de esclavitud asalariada.

El imperialismo está socializando el trabajo hasta límites increíbles. Los monopolios de cualquier país están más cerca que nunca de poder explotar a la clase obrera de cualquier otro país o, dicho de otra forma, toda la clase obrera mundial puede ser objeto de explotación por parte de los capitalistas de todos los países. Por ello el internacionalismo es hoy uno de los elementos clave en el trabajo de los y las comunistas, elevando la lucha económica de la clase a lucha política, lo que implica una concepción general de los procesos de explotación capitalista a escala mundial.

Las contradicciones entre las principales potencias capitalistas se han agudizado exponencialmente y ello genera un muy alto grado de inestabilidad y grandes peligros para la clase obrera mundial. Esta agudización es un fenómeno acelerado desde el triunfo de la contrarrevolución en la Unión Soviética y el campo socialista europeo.

La escasez de recursos, agravada por la anarquía en la producción que reina en el capitalismo, la creciente importancia de sus rutas de transporte y la necesidad de mercados, multiplican los enfrentamientos entre grupos monopolistas y sus estructuras político-militares, lo que acerca el peligro de que cualquier chispa desate una contienda de grandes dimensiones.

La guerra es un elemento intrínseco al desarrollo capitalista en la fase actual imperialista y es necesaria para mantener la tasa de beneficio de los monopolios. La guerra es una herramienta del imperialismo y por ello la lucha contra la guerra imperialista debe ser uno de los ejes centrales de trabajo de los partidos comunistas y obreros, partiendo de la base de que la lucha contra la guerra imperialista es inseparable de la lucha contra el sistema que la genera.

Actualmente, vemos cómo la guerra ha destrozado países como Siria, Libia o Irak; también comprobamos cómo sufre el pueblo palestino; asistimos cada cierto tiempo a agresiones al pueblo libanés y ataques contra los sectores progresistas de Turquía. A todos estos pueblos queremos expresar nuestra más profunda solidaridad internacionalista.

Camaradas, en el marco de las pugnas interimperialistas que se agudizan, los y las comunistas tenemos la obligación de no caer en la trampa de favorecer a uno u otro imperialismo. Tenemos que luchar sin descanso contra las potencias y las estructuras imperialistas en las que nuestros países participan. En el caso de España, está muy claro que se trata de la UE y de la OTAN, principalmente. Pero además consideramos que es necesario afrontar con firmeza el debate sobre el papel de unas y otras potencias en el escenario mundial actual y combatir teorías como la de la multipolaridad, que ignoran los análisis leninistas sobre el Estado y el imperialismo.

Partiendo de la base de que, ante cada agresión, nuestra acción debe estar marcada siempre por la denuncia de la potencia agresora, tampoco debemos confundir la oposición, coyuntural o sostenida en el tiempo por parte de otras potencias, a las maniobras concretas de una potencia imperialista, con el discurso y las posiciones antiimperialistas consecuentes. Una confusión de tal envergadura conduciría a la clase obrera y los pueblos del mundo a nuevas situaciones indeseables en las que se convertirían en carne de cañón a mayor gloria de los capitalistas respectivos.

Solicitamos formalmente a los participantes en este Encuentro Internacional que, en las próximas ediciones, se aborden de forma sistemática algunos temas como la caracterización del imperialismo y las alianzas estatales imperialistas, que nos parece un asunto central en la elaboración de una táctica conjunta para el MCI.

Camaradas, esperamos que los trabajos en este Encuentro sean fructíferos y que nuestros debates aquí ayuden al desarrollo de todos los partidos comunistas y obreros en sus luchas.

Muchas gracias por su atención.