Es mucho más que el típico lema electoral que nos promete mejoras ilusionantes por volver a votar a los de siempre que, por cierto, hasta ahora nunca han dejado de hacer lo mismo y esta vez tampoco van a dejar de hacerlo.
No os pedimos que votéis con ilusión como esos que reparten sonrisas al mismo ritmo que aplausos a Zelenski. Para nada, solo os instamos a que lo hagáis de forma consciente y coherente con vuestra posición social, con vuestra clase. Tampoco que lo hagáis con el criterio del mal menor y la nariz tapada, porque no vale la pena volver a darle carta blanca a quienes incumplen sus promesas y gobiernan para el capital. Recuerda que, entre otras muchas cosas, seguimos con las reformas laborales y la Ley Mordaza.
Por eso, la nuestra, es una doble llamada a, por una parte, ser consciente de la realidad que nos determina como miembros de una clase cada día más explotada, que ve como progresivamente se hunde en la pobreza y pierde todos los derechos conquistados durante largos años de lucha obrera y, por otro, a organizarse y a ser protagonistas del cambio histórico que el momento requiere y que las diversas caras de la socialdemocracia, una y otra vez, vuelve a taponar.
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