Centenares de trabajadores/as y sindicalistas imputados por luchar, para quienes la justicia del capital pide cientos de años de prisión. En particular, el derecho al servicio de la patronal, persigue con saña los piquetes informativos , única garantía real de la paralización efectiva de la producción, que es el objetivo de la huelga como herramienta de lucha de la clase obrera.
La patronal no quiere ni puede ceder. Sobreexplotar, arrojar al paro y a la miseria a millones de familias obreras, liquidar las pensiones y los convenios, arrasar con todo derecho, privatizar y liquidar todo servicio público son necesidades de los monopolios para poner a salvo sus beneficios multimillonarios.
Criminalizar los piquetes, contratar rompehuelgas y esquiroles, desactivar la huelga mediante servicios mínimos abusivos, abrir listas negras, practicar el despido político y el juicio político y declarar “salvaje” toda huelga que consiga sus propósitos, que reduzca los beneficios del capitalista, que sirva para el desarrollo de la conciencia de clase, la acumulación de fuerzas y como escuela de lucha, ha sido una forma clásica de ejercicio de la dictadura burguesa y lo es más hoy cuando este sistema de explotación está descompuesto y ya no tiene nada que ofrecer al pueblo trabajador más que el endurecimiento de la esclavitud y la represión.
El derecho de huelga peligra, el golpe definitivo se lo pretenden asestar en la OIT los monopolios y sus representantes. Pero ya desde el nacimiento del capitalismo, el Estado y el Derecho Burgués, vienen declarando ilegales y reprimiendo salvajemente todas las formas de organización y lucha desarrolladas por la clase obrera para defenderse de la explotación y el abuso patronal.
La lucha de clases, el desarrollo de poderosas organizaciones internacionales clasistas, de los Sindicatos y los Partidos obreros en todos los países, las importantes victorias alcanzadas por la clase obrera y sus Partidos Comunistas en el Siglo XX y el ejemplo de los países socialistas (semana laboral de 5 días, vacaciones pagadas, permisos de maternidad, cobertura sanitaria universal, normativa de seguridad laboral) obligaron a algunos Estados capitalistas a integrar en su sistema jurídico instituciones, principios y derechos laborales y sindicales como el derecho de huelga y sindicación, la Negociación Colectiva, la responsabilidad objetiva patronal en los accidentes de trabajo, el SMI, la jornada de 8 horas, la indemnización por despido, el descanso semanal, las vacaciones anuales, los derechos de seguridad e higiene en el trabajo, o los derechos jubilatorios.
El Derecho de huelga que hoy quieren liquidar los monopolios y sus administradores, es una conquista histórica de la clase obrera.
Los procesos penales contra sindicalistas y trabajadores no son “un hecho sin precedentes en nuestra democracia”, por la razón siguiente: nosotros no tenemos ninguna democracia. Tenemos y padecemos la dictadura brutal de los monopolios, de su Estado y su justicia clasista. Las causas contra huelguistas son violencia organizada contra la clase obrera, guerra abierta contra el pueblo trabajador, sus organizaciones obreras y sus dirigentes.
Las peticiones de la Fiscalía y el golpe de gracia que los patronos y los gobiernos capitalistas quieren asestar al derecho de Huelga en la OIT pretenden intimidar y desarmar a la clase obrera en un escenario de intensificación de su lucha contra la liquidación de sus derechos laborales, contra los cierres patronales, contra el paro la miseria y el endurecimiento de la tasa de explotación. Esto lo necesitan los gobiernos de los monopolios para intentar recuperarse de su crisis y del agotamiento histórico del modo de producción capitalista, descargando sus consecuencias sobre las espaldas de trabajadores y trabajadoras.
El derecho depende de la correlación de fuerzas, de si estamos movilizados o no. La justicia obrera no podemos esperarla de nada ni de nadie que no sea de nuestra unidad construyendo el frente único de la clase obrera capaz de unir todas las luchas en una sola lucha estratégica, para romper con los monopolios y su criminal dictadura de clase.
Y no basta con echar a Rajoy y encumbrar a un nuevo administrador de la pobreza, la propiedad capitalista y sus privilegios. ¡Basta de falsas ilusiones!
Tendremos un Derecho obrero y socialista, cuando decidamos quienes producimos, cuando el Poder sea de quienes trabajamos.
Por eso este 18 de Febrero los/as comunistas no nos dirigimos a los ciudadanos invitándoles a regenerar la democracia burguesa y las libertades formales que consagra la Constitución burguesa. Nos dirigimos a nuestra propia clase para llamarla a defender el derecho de huelga, que sólo gracias a nuestra lucha organizada hemos conquistado y sólo gracias a nuestra lucha organizada podremos impedir que nos lo arrebaten.
Sólo la lucha unida y sostenida de la clase obrera en la perspectiva de la conquista de su propio Poder pondrá fin a la violencia represiva de la patronal, los monopolios y su Estado.
Llamamos a las organizaciones obreras y populares a apoyar a los trabajadores encausados. Y hacemos un llamamiento a toda la clase obrera a agruparse, a fortalecer sus Sindicatos, sus Asambleas en los centros de trabajo y sus Comités para la Unidad Obrera (CUO) para levantar el frente clasista unido que ponga fin a los juicios políticos encaminados a liquidar el derecho de huelga, conquista histórica de la lucha de la clase obrera, y a la persecución y criminalización de sus organizaciones y dirigentes.
HUELGA NO ES DELITO
NO SON 300, SOMOS MILLONES
VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA
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