Las guerras provocan devastadores efectos en la vida de las mujeres, por eso las mujeres siempre se han colocado en primera fila en la lucha por la paz y en la denuncia de la violencia que las guerras desencadenan contra ellas y sus hijos e hijas.
Las mujeres han sido y siguen siendo protagonistas en la lucha antimilitarista y en la defensa de la paz.
Este 8 de marzo debe ser un día para construir la paz. Un día de lucha contra la exclusión social, contra la violencia sexual como arma de guerra, contra los desplazamientos forzados, contra la feminización de la pobreza.
Este 8 de marzo es un día para poner en valor la resistencia y la tenacidad de las mujeres construyendo la justicia y la paz, un día para manifestar el rechazo a las guerras y un día más para luchar por la erradicación de la violencia sistemática que las mujeres sufren en los conflictos armados.

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