Un saludo fraternal a todos los Partidos asistentes en nombre del Partido Comunista de los Pueblos de España, de su Comité Central y de su Secretario General, el camarada Carmelo Suárez.
Reiteramos nuestro agradecimiento a los anfitriones por sus atenciones en este 20 Encuentro, que ya habíamos expresado en la reunión del Grupo de Trabajo.
El PCPE ha presentado por escrito su contribución a los debates de este Encuentro, que necesariamente expresa posiciones generales y resumidas, por la extensión limitada en las normas de la convocatoria.
Por ello el PCPE quiere aprovechar esta tribuna para desarrollar algún aspecto concreto de su ponencia, con un mayor detalle y un desarrollo más amplio.
La crisis del sistema capitalista es analizada y compartida de una forma amplia por una diversidad de organizaciones. También hay coincidencias sobre la evolución autoritaria y violenta del capitalismo mundial, que va liquidando progresivamente sus formalidades democrático-burguesas. El incremento del gasto militar y la guerra imperialista como parte intrínseca del proceso de acumulación en esta etapa es igualmente un análisis compartido. El incremento de los riesgos de guerra va acompañado de un resurgir de las expresiones fascistas y de ultraderecha. El deterioro medioambiental no tiene freno, y los recursos naturales son destruidos en la desesperada lógica de acumulación de capitales. Los valores más reaccionarios son promovidos por los centros intelectuales del imperialismo: el racismo, la xenofobia, la misoginia y el patriarcado, la ignorancia, y otros factores más, con el fin de implementar una alienación de las masas como estrategia de dominación de las mismas por parte del capital.
Ante una situación de tales características la esperanza de la Humanidad es, ha de ser, el Movimiento Comunista Internacional.
Esta es una dura batalla ideológica en la que hoy llevan ventaja las fuerzas del capital, que hacen del anticomunismo una bandera constante de sometimiento y alienación de las masas.
Es imprescindible que las organizaciones del Movimiento Comunista Internacional analicemos esta situación con rigor y con todo detalle, para concluir términos concretos de nuestra intervención política revolucionaria.
La política es una categoría de la práctica, y como tal ha de concretarse en pautas de intervención que se ajusten a las demandas de las masas, a los desarrollos de la lucha de clases y al combate más concreto que cada día tienen que enfrentar las trabajadoras y los trabajadores. Fuera de cualquier posición retórica las organizaciones revolucionarias tenemos que hacer nuestro trabajo siguiendo la idea leninista de “fusión del Partido con las masas”. Esta idea central define no sólo un tipo de Partido, guiado por el marxismo-leninismo, sino que define una forma de articulación dialéctica entre masas y Partido, un tipo de militante y un tipo de liderazgos de amplio reconocimiento.
Los liderazgos en la lucha revolucionaria juegan un papel fundamental en la lucha por la revolución socialista, mujeres y hombres en lucha por la revolución interviniendo en todo lugar donde se expresa el conflicto de clases.
Para hacer realidad este paradigma es necesario que la conciencia de clase sea el cimiento sólido de la organización partidaria. Una fuerte conciencia de clase, impregnada en toda la militancia y en todos los cuadros de Partido, que tenga la capacidad de dar todo el protagonismo a la clase obrera en el proceso revolucionario, y sobre la cual se construya la más alta ética revolucionaria para que el reconocimiento de los liderazgos comunistas se corresponda con las garantías de la fidelidad a los principios revolucionarios.
Decía Lenin “no se engaña a la clase obrera”. Y, desgraciadamente, hay quienes en el Movimiento Comunista Internacional confunden la táctica con el engaño, adoptan una posición paternalista con respecto a la clase obrera, y terminan robando a la clase obrera el protagonismo que le corresponde en la revolución socialista. A partir de ahí aparecen concepciones patrimoniales, que sitúan al Partido a distancia de las masas, y que legitiman prácticas que violan la ética revolucionaria y que desprestigian a las ideas revolucionarias y las mismas organizaciones que se reclaman de la clase obrera.
Hoy es una urgencia inaplazable que el Movimiento Comunista Internacional se refuerce guiado por los más altos principios de la ética revolucionaria. Hoy la clase obrera internacional necesita de partidos revolucionarios con toda la disposición a asumir una práctica consecuente en la lucha de masas y a aceptar que son las masas las protagonistas de la revolución socialista.
Esta ética revolucionaria también ha de guiar la relación entre Partidos, con una lealtad absoluta, y una práctica coherente con los principios ideológicos que nos inspiran.
El PCPE no tiene ninguna duda de que el Movimiento Comunista Internacional ganará esta batalla, y que serán las masas obreras y populares un factor determinante que nos ayudará a corregir los errores y las desviaciones que se puedan producir en toda ocasión.
Las exigencias del desarrollo de la lucha de clases son hoy especialmente grandes. Es necesario que pongamos todas nuestras energías en la realización de nuestras responsabilidades revolucionarias. El PCPE se compromete con todas sus capacidades en este objetivo.
Dentro de 2 días, volveremos a reafirmar la vigencia del pensamiento de un gran líder de nuestro tiempo, que nos ha aportado relevantes anàlisis y reflexiones: “Ningún minuto de la Historia es igual a otro; ninguna idea o acontecimiento humano, puede ser juzgado fuera de su propia época” (Fidel Castro Ruz).
Muchas gracias.
Atenas 23-25 de noviembre de 2018
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