El nuevo gesto del reformismo consiste en convocar un falso referéndum meramente consultivo sin consecuencias legales para que los pueblos del Estado español se pronuncien sobre su preferencia hacia el modelo de Estado: república o monarquía. Esta convocatoria, a pesar de no haber contado con un aparato agitativo demasiado ruidoso, ha sido capaz de comprometer a ciertos sectores de la clase obrera y de las capas populares que, con muy buena voluntad, han volcado sus fuerzas para hacerla posible.
Sin embargo, aunque a simple vista pueda parecer una iniciativa interesante, solo se ha tratado de una jugada del oportunismo para venderse como algo diferente a la coalición PSOE-UP. El carácter antiobrero de este gobierno ha ido quedando evidente a lo largo de estos años, especialmente tras la «no-reforma» laboral presentada por Yolanda Díaz. Los agentes del oportunismo saben que deben desmarcarse de su línea de cara a las elecciones generales de 2023 si no quieren perder el espacio parlamentario ganado. Esta convocatoria no es más que un intento de justificación sin valor ante las masas y su propia militancia del refuerzo permanente de este gobierno a la monarquía (corrupción, especulación, inviolabilidad, parodia de transparencia, incremento de su presupuesto, etc.). Tampoco parece pretender organizar al pueblo hacia ningún objetivo, habida cuenta de que no ha generado ningún tipo de iniciativa política perdurable en el tiempo.
¿Pero en qué puede beneficiar a la clase obrera esta triquiñuela? En el PCPE tenemos la convicción de que un simple cambio de monarquía a república no va a solucionar el problema del paro, la precariedad laboral, la desigualdad de género, el problema ambiental, los conflictos imperialistas, etc. En definitiva, una república que no sea socialista no tendrá la capacidad de mejorar las condiciones de la clase trabajadora. Más bien al contrario, porque lavaría la imagen la dictadura del capital en el Estado español, liberándola del lastre de la monarquía y dándole una apariencia democrática que no le es propia.
¿Y qué sucedería si ganase la monarquía? Por un lado, se le daría mucho oxígeno. La monarquía es uno de los pilares más débiles del capitalismo en este Estado, debido a que el movimiento popular y revolucionario es fundamental y lógicamente republicano. Si una consulta liderada por un partido político que contenga en sus siglas la palabra «comunista» da como ganadora a la monarquía, podría producirse una desmovilización generalizada. Por otro lado, se va a dar argumentos a la oligarquía más reaccionaria para reforzar sus posicionamientos antidemocráticos, crecer en el espectro parlamentario y aumentar su presencia en los movimientos sociales. Es muy curiosa la pasividad de las fuerzas del capital ante la celebración de esta votación, que irremediablemente evoca el referéndum de independencia de Cataluña de 2017. ¿Por qué el Estado reprimió e impidió el referéndum de 2017 y este no? Seguramente, porque en este caso la burguesía central no tiene nada que perder, ni siquiera la facción más puramente reaccionaria.
Desde el PCPE denunciamos esta iniciativa, propuesta principalmente por la directiva oportunista del PCE, contra la clase obrera y las capas populares. Ninguna jugada política que parta de la igualdad entre la clase explotadora y la clase explotada será una verdadera alternativa al modelo de dominación capitalista. Solo un proceso de movilización protagonizado por la clase obrera y el pueblo trabajador hacia la República Socialista de carácter Confederal podrá garantizar una ruptura con el actual bloque de dominación. Basta ya de tutela odiosa.
¡Por la Ruptura. Por el poder obrero y popular!
¡Viva la República Socialista de carácter Confederal!
Comentarios recientes