El 1 de octubre comenzó una huelga indefinida en la planta de Johnson Controls en Alagón, en contra de los 50 despidos aprobados por la patronal y que suponen una constante en la destrucción de empleo que está aplicando la dirección en la factoría.
El 1 de octubre comenzó una huelga indefinida en la planta de Johnson Controls en Alagón, en contra de los 50 despidos aprobados por la patronal y que suponen una constante en la destrucción de empleo que está aplicando la dirección en la factoría.
El PCPE y los CJC estuvimos presentes, junto a los trabajadores, en los piquetes organizados en el turno de noches y el turno de mañanas del 1 de octubre, que agruparon a más de 100 trabajadores. El paro en ambos turnos fue del 100% en producción, únicamente entraron a trabajar en el turno de oficinas los esquiroles que se dedican al trabajo administrativo, que tienen unas condiciones pésimas de trabajo pero sostienen el látigo con el que la empresa golpea a la plantilla.
Para evidenciar el modus operandi de los capitalistas de Jonhson Controls, totalmente autoritario, hay que decir que por su orden retuvieron durante casi media hora a varios autobuses llenos de trabajadores que querían llegar a la fábrica. De hecho, en el turno de las 6 de la mañana, con la colaboración de la Guardia Civil, introdujeron el autobús hasta dentro de la planta y cerraron las compuertas, pensando que quienes acudirían a trabajar serían esquiroles. Pero todos los viajeros se sumaron al piquete, para sorpresa de los vigilantes de seguridad y de la propia Guardia Civil.
Horas antes de la huelga la patronal había retirado la propuesta de despidos para sustituirlos por despidos voluntarios, sin especificar claramente las condiciones y amenazando a los sindicalistas por haber convocado la huelga. No obstante, estos sindicalistas del comité de empresa, con mayoría de UGT-CCOO-OSTA, plegados a la negociación sin ninguna intención de movilizar a la plantilla, terminaron pactando el fin de la huelga y la aceptación de un ERE de unos 50 días para toda la plantilla.
Como Partido Comunista, con unos análisis desde la perspectiva de clase, observamos que todas estas medidas se enmarcan dentro del contexto de crisis estructural del capitalismo, en la cual los capitalistas pretenden destruir empleo y empeorar las condiciones de venta de la fuerza de trabajo para mantener la tasa de ganancia a toda costa, sin ningún interés en lo que supone para la mayoría trabajadora. Un ERE temporal o incluso un despido de una parte de la plantilla, supone la destrucción progresiva de una fábrica, lo cual conlleva la progresiva reducción de la fuerza de los trabajadores, tanto numérica como cualitativa.
Desde el PCPE llamamos a formar Comités de Unidad Obrera en las fábricas para crear cauces de trabajo común entre los trabajadores comprometidos con la lucha obrera, sin ilusiones en el Pacto Social, independientemente de la afiliación sindical y como forma de superar la traición de las direcciones de los grandes sindicatos colaboracionistas.
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