Discurso de Giorgos Marinos, miembro del Buró Político del CC del KKE, en el cierre del Encuentro Comunista Europeo celebrado el 1 y 2 de octubre en Bruselas.
“Agradecemos a los Partidos Comunistas que han participado en este Encuentro organizado por el KKE, y a los camaradas que contribuyeron en el debate y compartieron su experiencia de la lucha de clases en sus países, contra la ofensiva del capital y de las fuerzas políticas que sirven a sus intereses.
Sabemos que los problemas son complejos, que hay diferentes aproximaciones en cuestiones muy serias, en asuntos de importancia estratégica, que el movimiento comunista en Europa y en general tiene grandes dificultades, pero insistiremos. La elaboración de una estrategia revolucionaria y de tácticas que correspondan a esta es un asunto difícil y a la vez inevitable.
Es la herramienta insustituible que creará una base sólida para la lucha ideológica, política y de masas y contribuirá a la agrupación y preparación de fuerzas obreras y populares en el conflicto con el capital, sus partidos y las uniones imperialistas, para derrocar la barbarie capitalista.
Esta es una causa de los comunistas. Es una causa de los partidos comunistas que se oponen a la erosión oportunista y defienden la lucha clasista hasta el final, que luchan por la perspectiva socialista. Esto sirve los intereses de la clase obrera y de las fuerzas populares. El régimen de explotación del hombre por el hombre genera y agudiza los problemas sociales. En este terreno no se pueden satisfacer las necesidades populares.
La experiencia tanto de los partidos que luchan en los Estados-miembros de la Unión Europea como en los Estados que no pertenecen en la alianza de lobos imperialista, lleva a una conclusión: el ataque del capital es fuerte, unificado y su objetivo es abaratar aun más la fuerza de trabajo, abaratar aun más a la clase obrera, para que los monopolios aumenten sus ganancias, para descargar el peso de la crisis capitalista sobre los pueblos.
Este objetivo se sirve consecuentemente por las fuerzas que gestionan el capitalismo y su crisis, cualquiera que sea la forma de gestión que se sigue. Independientemente de si se aplica una política restrictiva que profundiza la recesión de la economía capitalista o una política expansiva que infla el déficit y la deuda.
En todo caso, los pueblos son los que pagan las consecuencias a través de la reducción de los sueldos y de las pensiones, las altas tasas de desempleo, la abolición de los derechos laborales y de seguridad social, la comercialización de los servicios sociales, las privatizaciones, las duras medidas fiscales.
A menudo escuchamos que el deterioro de la situación de la clase obrera, del campesinado, de las capas medias urbanas, y el socavamiento del futuro de la juventud se deben al capitalismo “desenfrenado”, al neoliberalismo, al capitalismo casino. Esto es lo que afirma el Partido de la Izquierda Europea (PIE), SYRIZA en Grecia y las demás fuerzas que desean gestionar el sistema.
Esto requiere atención. Se trata de un esfuerzo organizado y planificado para engañar a los pueblos. Estas caracterizaciones tratan de ocultar la esencia, es decir que el desempleo y la pobreza, los problemas populares en general, las crisis y las guerras imperialistas se deben al modo de producción capitalista y no sólo a una forma de gestión. El responsable es el sistema que respira y vive de la explotación de la clase obrera, de la extracción de la plusvalía, la búsqueda de la ganancia, el antagonismo por la expansión α nuevos mercados. El responsable es el sistema que se basa en el poder de los monopolios y en la propiedad capitalista de los medios de producción.
La verdadera causa de la crisis
Lo mismo se puede decir de la crisis. El personal de la burguesía y todas las formaciones oportunistas, sobre todo el Partido de la Izquierda Europea, están hablando de una “crisis financiera”, de una “crisis de deuda” e insisten en ello a pesar de que la realidad, la profundidad y la duración de la crisis capitalista les han refutado. Además, les han refutado los acontecimientos en Grecia, en Portugal, en Italia, en España y en otros estados en la eurozona y en la Unión Europea en su conjunto.
Insisten a pesar de que los sucesos señalan que se trata de una crisis del modo de producción capitalista, una crisis de sobreacumulación de capital que expresa la agudización de la contradicción principal del sistema. Insisten porque quieren esconder que la enfermedad del capitalismo es incurable. En la crisis, y en las crisis en general, se manifiesta la decadencia del sistema, la superación de sus límites históricos.
Insisten con el fin de fomentar a los pueblos la ilusión que el poder, los instrumentos económicos y la riqueza pueden estar en manos del capital y que al mismo tiempo es posible seguir una política en favor de los trabajadores. Se trata de una trampa bien montada que tenemos que revelarla, confrontarla y explicar abierta y decisivamente la verdad a los pueblos.
Incluso en el caso de que el motor capitalista se reinicia, el crecimiento estará marcado por la explotación más dura, se efectuará sobre las ruinas de los derechos de los trabajadores y del pueblo, la rivalidad capitalista se intensificará, el sistema se volverá más agresivo, las posibilidades de concesiones del capital se reducirán aún más posteriormente.
En las condiciones del desarrollo capitalista se crearán las condiciones para una nueva crisis.
Por lo tanto es de gran y decisiva importancia la lucha de los comunistas que tienen la tarea histórica de fortalecer la lucha por el derrocamiento del sistema podrido, para que la clase obrera y el pueblo tomen en sus manos la lucha por la construcción de la nueva sociedad, el socialismo, que es más vigente y necesario que antes. Este poder obrero y popular expresa los intereses de la mayoría.
Los medios de producción, la riqueza, se convertirán en propiedad de quienes los producen, de quienes los crean, la economía se organizará de acuerdo a la satisfacción de las necesidades populares, se desarrollará de una forma planificada y será capaz de asegurar el derecho a trabajo para todos, así como servicios sociales gratuitos.
Este camino de desarrollo cancelará las causas de las crisis capitalistas. El poder obrero y popular procederá al desencadenamiento de las uniones imperialistas, de la OTAN y de la UE; de la OTAN de las guerras, de las intervenciones, de las amenazas contra los pueblos; de la UE de los 30 millones de desempleados y de los 127 millones que viven debajo del umbral de la pobreza; de la UE que fue construida para servir a los intereses del capital y de las multinacionales contra los pueblos y se volverá más reaccionaria.
En cuanto a la cuestión de la “ocupación” y las “colonias”
La Unión Europea no es una organización supranacional sino una unión imperialista interestatal, es decir una unión de estados capitalistas en que la burguesía y sus partidos unen sus fuerzas contra los pueblos.
La base de los monopolios sigue siendo el Estado burgués. El Estado burgués como aparato de opresión de la burguesía sobre la clase obrera no desaparece dentro de la unión imperialista sino que ajusta sus funciones. Esto lo vemos diariamente. Se mantiene el conflicto de intereses, la rivalidad sobre los nuevos mercados, por mayores beneficios, se agudizan las contradicciones interimperialistas.
En la unión interestatal y dentro del sistema imperialista en general, se manifiestan relaciones desiguales entre los estados capitalistas debido a las diferencias que existen en su punto de partida histórico, en el potencial de desarrollo, en las ventajas geográficas, en la fuerza económica, militar y política.
Este es un elemento básaico que refleja la realidad y responde a los análisis equivocados con respecto a la “ocupación”, las “colonias”, el “centro”-“periferia” o “Norte”-“Sur”.
La burguesía es hostil hacia los pueblos, independientemente de la posición geográfica, independientemente de la posición del estado capitalista en el sistema imperialista. Por ejemplo, en Alemania y en Irlanda, en Francia y en Grecia.
La concesión de los derechos soberanos por la burguesía dentro de una organización imperialista como es la UE o la OTAN se hace conscientemente y su criterio es el interés clasista unificado contra los pueblos, para la perpetuación del sistema capitalista, para el funcionamiento más eficaz de las uniones imperialistas.
Consideramos que estas cuestiones serias que determinan la estrategia de los partidos comunistas deben seguir examinándose en el curso de nuestra lucha. Además, se debe discutir más el asunto siguiente:
El imperialismo no es solamente una política agresiva exterior sino la última fase, la fase superior del capitalismo en los monopolios que predominan en todos los sectores.
Es decir, el imperialismo es un sistema en que participan los estados capitalistas según su capacidad económica, militar y política. Grecia tiene una posición intermedia en este sistema y desempeña su propio papel en el cumplimiento de los planes imperialistas. Despliega por ejemplo fuerzas y bases militares en las guerras imperialistas de la OTAN contra Afganistán, Irak y Libia. Si no hubiera sido utilizada la base militar griega de Suda en Creta, las dificultades para las operaciones militares habrían sido serias.
Los problemas que provocó la asimilación en las organizaciones imperialistas se pueden erradicar si se eliminan las causas que las provocan, si se derroca la organización capitalista de la economía y de la sociedad, si se resuelven los problemas del poder y de la propiedad de los medios de producción.
La importancia de la lucha a nivel nacional
Tanto en la teoría como en la práctica se ha demostrado que la ley del desarrollo desigual es una ley absoluta del capitalismo. El desarrollo económico desigual crea condiciones diferentes en el desarrollo de la lucha de clases, la desigualdad se manifestará también en la maduración de las condiciones previas para la revolución socialista.
El desarrollo de los acontecimientos, una crisis económica y política profunda, una guerra imperialista pueden provocar una situación revolucionaria y plantear la cuestión del derrocamiento del sistema. Sería mejor que esto no tenga lugar sólo en un país, sino en un grupo de países; esto nos ayudaría librar la lucha en mejores condiciones.
Pero mientras la historia afecta uno u otro país, no podemos decir que esperamos hasta que se produzca un derrocamiento en todos los países en Europa. Esta posición subestima la lucha de clases a nivel nacional y tiene un impacto muy negativo en la preparación de los partidos comunistas, de la clase obrera y de los pueblos en las confrontaciones clasistas duras.
Por supuesto es necesario intensificar nuestros esfuerzos para la coordinación europea e internacional de la lucha, pero es importante que los partidos comunistas y la clase obrera estén fuertes, bien preparados, dar la lucha para resolver la contradicción capital y trabajo. Podemos, por ejemplo, fortalecer la lucha internacional coordinada y dar pasos en el reagrupamiento del movimiento obrero a nivel nacional y en esta base dar un impulso a la acción de la FSM. Se trata de un objetivo importante, lo hemos decidido además en los Encuentros Internacionales de Partidos Comunistas y hay que hacer algún progreso en este sentido.
Desde este punto de vista quisiéramos saludar la decisión de los sindicatos de Sudáfrica, los sindicatos de COSATU que en su congreso reciente decidieron unirse a la FSM.
En cuanto a la política de alianzas de los Partidos Comunistas
El KKE lucha diariamente por objetivos de lucha que corresponden a los intereses del pueblo. Lucha por el aumento de la tributación del capital y al mismo tiempo por el aumento de los salarios y de las pensiones, por servicios sociales gratuitos, por la reducción de los impuestos sobre las familias populares.
La combinación de los objetivos de lucha es necesaria, pero lo básico es en qué dirección se libra esta lucha. Lo básico es que la lucha por uno u otro problema se incorpore en el esfuerzo por la mejora de la organización de la clase obrera, por el cambio de la correlación de fuerzas, que se incorpore en la lucha por el derrocamiento del sistema, por la abolición del régimen de la explotación del hombre por el hombre.
La violación de esta línea de lucha, la sustitución de la estrategia por iniciativas actuales sobre uno u otro tema, lleva a los partidos comunistas a caminos de gestión del sistema.
Incluso si se logra el objetivo del aumento de la tributación del capital, no se cancela no tendencia básica que está conectada con la política del estado burgués para el fortalecimiento de la actividad empresarial, por el aumento de la competitividad del capital, la financiación de las empresas por el presupuesto estatal.
La lucha por el socialismo, no es una declaración, una proclamación. Es la dirección básica que determina la actividad diaria de los comunistas en todos los campos. En este sentido, hay que fortalecer la lucha de clases y los comunistas deben jugar un papel principal para crear bases sólidas en las fábricas, en los centros de trabajo, para fortalecer la unidad clasista de la clase obrera, para derrotar a las fuerzas de la colaboración clasista en el movimiento sindical, para derrotar el oportunismo y las políticas de gestión.
Hay que avanzar la alianza social de la clase obrera, con los campesinos pequeños y medianos y los sectores pequeñoburgueses de la ciudad, con la participación de los jóvenes y de las mujeres, de los estratos populares, para que se convierta realmente en una fuerza para el derrocamiento del sistema.
La política de alianzas de los comunistas es determinada por el objetivo de derrocar el régimen de explotación y no mantenerlo. Todas las fuerzas políticas no se juzgan por la etiqueta que ponen en sí, sino por su postura en cuanto a la explotación del trabajo por el capital, la postura en cuanto a las uniones imperialistas.
El ejemplo de SYRIZA en Grecia, del Bloque de Izquierda en Portugal, de Die Linke en Alemania y de otras formaciones es característico. Debe quedar claro que las fuerzas políticas que defienden el capitalismo y la Unión Europea no pueden convertirse en fuerzas consecuentes de resistencia y defensa de los intereses del pueblo, aliados de los comunistas, por muchas etiquetas de izquierdas que utilicen.
El partido de la “Izquierda Democrática” en Grecia recibió una parte de los votos del pueblo en las elecciones y en la actualidad–como la izquierda gobernante- coopera con el partido liberal de la ND y con el partido socialdemócrata del PASOK, gobierna y participa en la imposición de medidas duras contra el pueblo.
Debemos construir partidos revolucionarios fuertes
Tenemos el deber histórico de confrontar y superar nuestras debilidades, de contribuir ala construcción de partidos revolucionarios, con bases sólidas y lazos fuertes con la clase obrera, la juventud y los sectores populares.
Hay que luchar diariamente contra la barbarie capitalista, el capital y sus partidos, las monstruosidades fascistas que explotan la ansiedad del pueblo, como hace el partido nazi del Amanecer Dorado en Grecia.
Saludamos calurosamente las luchas de los trabajadores, de los parados en Portugal, España, Italia, Grecia, organizamos mejor nuestras fuerzas contra la represión patronal y estatal que expone el carácter clasista y antipopular de la democracia parlamentaria burguesa, fortalecemos la solidaridad clasista.
Condenamos la intervención imperialista en Siria, las amenazas contra Irán y esto se debe expresar de una manera concreta en cada país.”
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