Ante las cifras de la pandemia el primer objetivo es la salud y la vida del pueblo
Declaración del III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de los Pueblos de España.
Los datos más recientes del desarrollo de la pandemia expresan, de forma incuestionable, el absoluto fracaso del Gobierno de PSOE-UP. Su sometimiento político a los intereses del capital llevará a la muerte a decenas de miles de personas. Las fiestas han venido marcadas por una relajación en las medidas relativas a la actual pandemia de la Covid-19. Esta rebaja no se ha sustentado en criterios sanitarios, sino en criterios económicos, dentro de la falsa dicotomía entre economía y salud impuesta por la patronal. Esto supondrá graves dificultades para los maltrechos servicios sanitarios y directamente la muerte de decenas de miles de personas.
Es así de duro y por eso lo expresamos sin rodeos, pero es que la naturalización y resignada aceptación de esta tragedia, no solo sume al conjunto de la sociedad en el horror de la realidad de un sistema absolutamente individualista e insolidario, que sitúa por encima de todo y como absoluta prioridad las ganancias del capital, sino que la incapacita para regir el futuro de nuestro país si no es transformándola de raíz. Es un modelo social fracasado que, además de hundido en la más profunda e irreversible crisis estructural, ahora es el responsable directo de la muerte evitable de decenas de miles de personas en nuestro país y de millones en el mundo, demostrando en la práctica que no es reformable.
El virus sí sabe de clases, ante el virus las clases sociales no disponen de las mismas defensas y son los sectores más explotados del pueblo los más golpeados. Pero como ha quedado sobradamente demostrado, también sabe de gestión y retrocede ante las medidas que se ocupan de combatirlo con una eficaz intervención social y poniendo a disposición del pueblo la totalidad de recursos humanos, científicos y tecnológicos de los que se disponen. Cuba, Vietnam o China, cada país con su peculiaridad, son ejemplo de ello; España no, las cifras lo demuestran: España: 1.074 muertos/millón habitantes; Cuba: 13 muertos/millón hab.; China: 3 muertos/millón hab. datosmacro.com, 30/12/20.
La razón es que en nuestro país son otros los condicionantes que determinan las decisiones en relación a las medidas de intervención ante una crisis sanitaria, y en vez de definirse con criterios propios de la defensa de la salud pública, se hacen mirando la pantalla del Ibex35 y la reacción de la burguesía Incluso en términos económicos, las medidas que se toman están imbuidas del más estrecho cortoplacismo, que retrasa más y más la superación de la crisis sanitaria y lo confía todo al éxito de la vacunación (de la que también se hace negocio y se privatiza en todos sus estadios). La clase dominante impone medidas centradas en salvaguardar los intereses de sectores concretos sacrificando otros, y aprovecha la coyuntura para reestructurar el capital, concentrar la riqueza, modernizar y tecnificar el trabajo y destruir empleo sobrante para sus intereses. Las políticas de asistencia sanitaria en nuestro país se aplican a partir de las directrices impuestas por la CEOE y otras organizaciones patronales. Son los intereses económicos de las patronales los que están decidiendo qué se hace y qué no. Y el Gobierno de PSOE-UP acepta estas imposiciones con una resistencia testimonial e inútil.
Las personas fallecidas, y también las enfermas que padecen un largo proceso hospitalario, son una consecuencia directa de este sometimiento político a la dictadura del capital
Los/as políticos/as a su servicio ejecutan este plan a la perfección, sin demasiados miramientos. Esa irresponsabilidad propia de gestores al servicio del Capital tiene consecuencias y son personas con nombres y apellidos que fallecerán o padecerán un largo proceso hospitalario y de sufrimiento, porque no se tomaron las medidas que correspondían.
Lo dejamos por escrito para la Historia.
El discurso ideológico en torno a la responsabilidad individual, trata de tapar la forma en que se está llevando el problema sanitario, y oculta, entre otras cuestiones, el grave riesgo de contagio que supone tanto el desplazamiento al centro de trabajo la actividad laboral en sí para millones de trabajadoras/es. Reivindicamos las conductas socialmente responsables y disciplinadas que se corresponden con el comportamiento social de la clase obrera, como ejemplo de la responsabilidad social de los trabajadores y trabajadoras frente al individualismo burgués que nada sabe de ello. La única libertad por la que luchan los ricos es la defensa de sus privilegios.
Por todo ello, el Comité Central del PCPE exige la aplicación de las siguientes medidas::
- Intervención gubernamental inmediata de todos los recursos públicos y privados existentes y su puesta a disposición de las necesidades sociales y de la gestión sanitaria planificada contra la pandemia, con la consecuente nacionalización inmediata de toda la sanidad privada, incluidas las residencias privadas o concertadas de personas mayores. No es posible que se colapsen hospitales y mientras mueran personas sin disponer de UCIs, recursos y atención necesaria y que la sanidad privada las tenga sin utilizar, a la espera de pacientes que paguen por ellas. Poner fin a cualquier convenio de colaboración de la sanidad pública con las empresas privadas y derogación inmediata de la Ley 15/1997. Nuestra salud no es un negocio al servicio de capitalistas carroñeros. No más subcontratación de servicios sanitarios privados. Todos los recursos a la sanidad pública bajo una única dirección política.
- Contratación inmediata sin más excusa de los 1.244 médicos/as y 5.246 enfermeras/os que en enero de 2021 siguen en paro. Estabilización de las plantillas sanitarias poniendo fin a los contratos en precario. No es posible que la Atención Primaria siga sin profesionales suficientes, desorganizada, sin atención presencial en muchos casos y sin una labor activa de intervención comunitaria para atajar preventivamente la pandemia, mientras hay miles de vacunas guardadas en almacenes y sin administrar a la población. Tras esta medida, si fuese necesario por la gravedad de la situación, aceptar la ayuda internacionalista de las brigadas médicas cubanas.
- Confinamiento de la población a partir de determinado nivel de incidencia y cese de la actividad no esencial para la reproducción de la vida, hasta lograr reducir el porcentaje de incidencia.
- Adopción de las medidas económicas y sociales necesarias que garanticen la puesta en marcha de un Plan Urgente de Emergencia Social:
- Más allá de los ERTE activados por el gobierno y de la puesta en marcha real del Ingreso Mínimo Vital, exigimos una prestación indefinida de desempleo para todos los trabajadores/as en paro. Refuerzo de plantillas en los organismos encargados de la gestión de recursos y prestaciones, especialmente el SEPE, recuperando la atención presencial en todos ellos con plazos razonables de espera. Aperturas de oficinas de atención ciudadana en los barrios obreros, y refuerzo a los servicios sociales para garantizar el pleno acceso a estos recursos y ayudas
- Es necesario acabar con los desahucios de todas las personas imposibilitadas de hacer frente a sus obligaciones hipotecarias y/o de alquiler frente a grandes propietarios.
- Ningún corte de suministros a las viviendas de las familias obreras con sus miembros en paro. Regulación de precios, reversión de todas las privatizaciones en la gestión de aguas y nacionalización de las empresas energéticas.
- Exigimos comedores sociales públicos en todos los barrios obreros con mayores índices de paro, con especial atención a la población infantil. La gestión de la pobreza no puede convertirse en una oportunidad de negocio para las empresas privadas.
- Expropiación de todo el parque de viviendas vacías propiedad de bancos, fondos, inmobiliarias o grandes propietarios para constituir con ellas una bolsa de vivienda social en alquiler.
- Reversión de las privatizaciones en el ámbito de las prestaciones y ayudas sociales, garantizando una gestión pública de calidad en toda su extensión y evitando que las empresas puedan hacer negocio con nuestras dificultades.
Hacemos un llamamiento al pueblo trabajador a organizarse y pelear por el pan y la salud, para construir un futuro donde no se sacrifiquen nuestros derechos y hasta nuestras vidas para que una minoría siga acumulando más y más beneficios.
SOLO EL PUEBLO ORGANIZADO SALVA AL PUEBLO
10 de enero de 2020
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