El 8 de febrero de 2021, tras 97 años de una intensa y ejemplar vida, nos dejó la camarada Isabel. Acompañada de su “célula familiar,” como tanto les gustaba decir a ella y a su compañero Francisco Rey “Moncho”. Isabel Argentina Álvarez Morán se ha ido con el cariño de todas las personas que tuvimos la fortuna de cruzar nuestras vidas con ella.
Militando con Isabel, hablando con ella y leyendo su autobiografía, conocimos a una comunista que durante toda su vida fue, ante todo, un ejemplo de honesto compromiso con la causa revolucionaria. Una comunista representativa de esa generación forjada en los más altos valores de la lucha internacional de la clase obrera y para la que jamás hubo límites que condicionaron su decisión de Victoria y su compromiso inquebrantable con el Partido.
Vinculada desde un principio al PCE (VIII y IX Congreso) rompió muy pronto con el eurocomunismo y, desde la lejana Cuba revolucionaria, tuvo un papel fundamental en la construcción del PCPE y en el desarrollo organizativo y político del Partido, siendo nuestra representante en Cuba mientras la salud se lo permitió.
Nacida en Asturias emigró con sus padres a Argentina. Después marchó con su hermana pequeña a la URSS como una niña más de la guerra y sobrevivió al cerco de Leningrado resistiendo heroicamente los 900 días de asedio de la máquina de guerra nazi. Hambre, frío y bombas no doblegaron al pueblo de Leningrado; tampoco a Isabel. Por segunda vez el horror del fascismo marcaba su vida; la primera fue en su querida España obrera y republicana.
De su vida en la URSS y del ejemplo de esa sociedad de hombres y mujeres libres que tanto hizo por el exilio español, naturalizó, para siempre, los mejores valores de la tradición bolchevique y el compromiso consecuente con los principios del marxismo-leninismo. Su militancia en el Partido Comunista fue expresión práctica y coherente de su compromiso insobornable con la concepción científica revolucionaria.
La vida le llevó como traductora con las brigadas soviéticas a la Cuba revolucionaria y a unir su vida con Moncho, el guerrillero incansable que de su Galicia natal, cruzó a Francia y después por orden del Partido y llevando a su pequeña Lina, marchó a Cuba a ayudar a combatir a los bandidos contrarrevolucionarios que en el Escambray golpeaban a la Patria de Maceo, Martí, Pablo de la Torriente, Haydee, Vilma, Fidel, Raúl y el Che.
Cuba, su tercera Patria, le permitió vivir plenamente la Revolución. Su honestidad, su firmeza, y su capacidad para sumar sus propios esfuerzos y capacidades a un proyecto colectivo común, fueron expresión de la más firme cultura revolucionaria, de la confianza en la clase obrera internacional, y en el pueblo, como sujetos de la construcción de la nueva sociedad que liberará a la Humanidad de la barbarie capitalista.
Su condición revolucionaria se expresó siempre en el compromiso con la Nueva Sociedad, el hombre y la mujer nueva; primero en la Unión Soviética y luego en la Cuba revolucionaria que tanto amó.
Isabel Álvarez Morán deja muy alto el listón de la lucha por la sociedad socialista y el comunismo. Es un ejemplo que será una guía para la lucha diaria del PCPE.
Julio Díaz
Secretario General del PCPE, en nombre del CC y de toda la militancia del PCPE y la JCPE.
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