4000 personas abarrotaron ayer sábado la logroñesa Plaza del Espolón bajo la consigna: «ALTADIS NO SE CIERRA».
Una importante respuesta del pueblo trabajador riojano, que entiende que, en el caso de ejecutarse el cierre, ahondaría gravemente en el desmantelamiento del ya de por sí menguado tejido industrial de la región, dejando sin futuro a La Rioja.
Paradójicamente, la concentración de ayer contó con la presencia de representantes institucionales de partidos que, mientras ahora se rasgan las vestiduras y corren a mostrar su «solidaridad» con las plantillas afectadas, a la vez en las instituciones, tanto ellos y ellas como sus partidos, votan privatizaciones como la de la antigua Tabacalera, contrarreformas laborales que dejan en la calle a los trabajadores de forma más fácil y barata…
Los y las comunistas del PCPE hicimos llegar a las plantillas afectadas nuestra posición sobre el conflicto que ha estallado, y que recogemos a continuación.
SIN INDUSTRIA NO HAY FUTURO:¡ALTADIS NO SE CIERRA!
Compañeras y compañeros:
La amenaza del cierre de la histórica Tabacalera, con 126 años de historia, ha supuesto un mazazo para el conjunto del pueblo trabajador riojano.
471 trabajadores y trabajadoras de Altadis, más los empleos de las subcontratas e indirectos, que corren el riesgo de quedarse sin empleo. Sin futuro. Sin nada.
Ahora todo el mundo dice lamentarlo, y hay quien rápidamente responde acerca de si el cierre “le afecta” o no. Grave error: este tipo de cierres nos afectan a todos y todas, pues agravan el progresivo desmantelamiento de nuestro tejido industrial. Un golpe así debe ser sentido, y debe obtener respuesta, por parte del conjunto de la clase trabajadora, porque nuestros intereses son los mismos. A esto se le llama tener conciencia (y orgullo) de clase, y se encuentra en las antípodas de cualquier planteamiento de mirar exclusivamente por nuestros propios intereses.
Las lecciones de esta amenaza de cierre patronal son tan duras como clarificadoras.
Aprendemos que bajo el actual sistema, la clase trabajadora somos exclusivamente un número y mano de obra, que se usa o desecha en función de que sirva para engordar los beneficios de una minoría.
Aprendemos que en cuando la antigua Tabacalera era una empresa pública, los beneficios revertían de una u otra forma en el conjunto de la sociedad, y que cuando se privatiza, dichos beneficios terminan en una minoría que vive de lucrarse de nuestro esfuerzo, y termina desmantelándola cuando considera.
Aprendemos que el capital sólo entiende de rentabilidad para sus poseedores, y que si para ellos resulta más beneficioso trasladar la producción a otro lugar para así explotar más fácilmente a otros trabajadores, lo hará sin dudarlo. Por encima de vuestras vidas y las de vuestras familias.
Aprendemos que las intenciones de la dirección de Imperial Tobacco son respaldadas por las leyes que aprueban en las instituciones partidos políticos que ahora, cínicamente, dicen lamentar lo que está sucediendo.
¿Debemos aceptar todo esto como algo “normal” e inevitable? Los y las comunistas del PCPE decimos que no. Debemos denunciarlo, y debemos organizarnos para evitarlo.
Trabajadores y trabajadoras:
El capitalismo, que permite todo esto y mucho más, no tiene “rostro humano”. No puede reformarse, puesto que su esencia es obtener el mayor beneficio posible para una minoría explotadora y ociosa. Por lo tanto, para evitar rebajas de salarios, horas extras no pagadas, contratos abusivos, aumentos de los ritmos de trabajo o de la edad de jubilación… o cierres patronales, debe ser destruido.
Si somos capaces de aprender esto, de tomar conciencia de nuestra fuerza como clase social, si comprendemos que sin nosotros y nosotras no se mueve ni un engranaje del sistema, porque somos los trabajadores y las trabajadoras quienes generamos la riqueza que se produce a diario en todo el mundo, estaremos en mejores condiciones para defender nuestro trabajo, y para defender que, si realmente queremos, Altadis no se cierra.
¡SI TODO LO PRODUCIMOS, TODO LO DECIDIMOS!
¡TODO PARA LA CLASE OBRERA!
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