El Secretariado Político del Comité Central hará pública una declaración este próximo sábado sobre los acontecimientos en Catalunya.
Para el PCPE esta situación es una expresión más de la vieja España, fracasada siempre en la historia en su intento de construir un proyecto nacional para el actual ámbito del Estado. La España de Franco, con un nuevo barniz, sigue siendo la España que defienden hoy los llamados partidos constitucionalistas.
Una vez más se expresa la vieja confrontación entre, por una parte, la rancia oligarquía españolista, expoliadora, católica, conservadora y profundamente reaccionaria, incapaz ni tan siquiera de una mínima modernización con el paso del tiempo. Y, por otra parte, una burguesía periférica que se apoya torticeramente en los legítimos sentimientos nacionales del pueblo catalán para tratar de recolocar en una mejor posición sus intereses de clase, para seguir explotando a ese pueblo con una mayor ventaja en la cadena imperialista.
Obviamente a los/las comunistas ni nos vale esa España vieja y rancia, ni tampoco esa burguesía periférica, por mucho que históricamente haya representado postulados más modernizadores como fracción más temprana del capitalismo español.
La disyuntiva es entre la clase obrera y la clase dominante, en una u otra versión de ésta.
Un proceso de construcción nacional de España solo se puede dar bajo el impulso radicalmente transformador de la revolución proletaria. Pero también hay que decir que esa histórica pelea entre grupos burgueses puede hacer imposible esa misma unidad de cara al futuro. Unidad que solo saben imponer por la violencia de los aparatos del Estado burgués, viejo y caduco.
La posición del PCPE es con la clase obrera. Repudiamos las medidas represoras del Estado burgués que se apoya en la antidemocrática, e ilegítima, Constitución del 78 para defender un proyecto de España que no es el nuestro, y que, en esa situación, trata de enfrentar a la clase obrera del Estado con la clase obrera de Catalunya. Y tampoco es posible estar con las estrategias de la burguesía catalana, que trata de recolocarse en una nueva posición en la cadena imperialista, que consideran mejor para sus intereses clasistas.
El libre ejercicio del derecho de autodeterminación es parte imprescindible de la solución para la cuestión nacional en el Estado Español, pero esa no es la cuestión que se dirime en este momento, desgraciadamente.
Carmelo Suárez
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