NO HAY PACTO SOCIAL POSIBLE PARA LA CLASE OBRERA.
Las direcciones de CCOO y UGT han suscrito un nuevo acuerdo con la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) y el Gobierno Asturiano bajo el título de Acuerdo por el Empleo y el Progreso de Asturias (AEPA), que extenderá su vigencia en el periodo 2013 – 2015.
La clase obrera asturiana no debe generarse falsas ilusiones con la firma del acuerdo. Vivimos una situación crítica a la que los trabajadores y trabajadoras debemos responder intensificando la lucha de clases. No hay nada que pactar con quienes nos explotan y oprimen.
NO A LA LÓGICA DEL PACTO SOCIAL.
A lo largo de la historia la lógica de la conciliación de clases, del pacto social, ha llevado a sectores importantes del movimiento obrero y sindical a creer que es posible conciliar sus intereses con los de los explotadores influyendo en la gestión del capitalismo. Esas posiciones, defendidas en lo político por la socialdemocracia y el oportunismo, han conducido a un callejón sin salida. Basta repasar la llamada concertación social en Asturias para percibir que nada tiene que ganar el movimiento obrero con este tipo de prácticas:
* Pacto Institucional por el Empleo (PIE), 2000 – 2003.
* Acuerdo para el Desarrollo Económico, la Competitividad y el Empleo (ADECE), 2004 – 2007.
* Acuerdo para la Competitividad, el Empleo y el Bienestar de Asturias (ACEBA), 2008 – 2011.
¿En qué han beneficiado estos pactos sociales a la clase obrera asturiana? Basta mirar a nuestro alrededor. Despidos masivos, recortes salariales, precariedad laboral, desahucios, encarecimiento del coste de la vida, exclusión social, emigración. La tasa de paro ha crecido el último año por encima de la media estatal (un 11,39 %) y se superan los 114.000 parados según la última Encuesta de Población Activa. Más de un 55 % de la juventud trabajadora no tiene empleo, mientras que los hijos e hijas de clase obrera son expulsados del sistema educativo, los trabajadores asturianos sin ningún tipo de prestación por desempleo superan los 43.000. La destrucción de fuerzas productivas afecta al conjunto de la industria. Está prevista la liquidación de la minería, arruinando con ello a comarcas enteras, la patronal del metal aplica una constante extorsión para aumentar la explotación; del campo y de la pesca ni siquiera se malvive y hablar en términos de futuro del sector turístico en Asturias sin duda es una broma de mal gusto. Los intereses de la clase obrera no son conciliables con los intereses de los capitalistas.
EL ALCANCE DE LA CRISIS CAPITALISTA.
El movimiento obrero y sindical debe abrir un amplio debate sobre el alcance de la crisis capitalista. No se trata de una crisis de la gestión neoliberal del sistema, se trata de una crisis estructural, de la base económica capitalista. El capitalismo que conocimos hace años bajo el calificativo de “Estado del Bienestar” se ha ido para no volver, por tanto, llamar al pacto social en defensa de ese modelo es, simplemente, mirar hacia atrás y no hacia adelante. No habrá salida social a la crisis en el marco del capitalismo. Si el sistema logra remontar la crisis será a costa de un endurecimiento brutal de la explotación soportada por la clase obrera, aniquilando los pocos derechos que nos quedan e imponiendo asfixiantes niveles de represión y autoritarismo.
Seguir creyendo en la conciliación de clases en el capitalismo, en la lógica del pacto social, lleva a la asimilación del movimiento obrero y a asumir la ideología capitalista. De hecho el ADECE está salpicado de nociones ideológicas ajenas al movimiento obrero: “competitividad”, “dinamismo empresarial”, “espíritu emprendedor”, etc.
LA ESTRATEGIA ACTUAL CONDUCE A UN CALLEJÓN SIN SALIDA.
Hoy, los monopolios que dirigen la economía capitalista no están en condiciones de ceder parte de sus beneficios, como podía suceder en el pasado. Por tanto, la estrategia sindical basada en la búsqueda de “concesiones”, en el reparto de una mayor porción del pastel con la clase obrera, no tiene el menor futuro. Así lo demuestran las dos últimas huelgas generales y, muy claramente en el plano asturiano, la huelga de la minería. Los monopolios y sus gobiernos (independientemente de que sean del PP, del PSOE o del PSOE con IU) ni pueden ni quieren ceder, no hay margen de negociación. Las reivindicaciones orientadas a mejorar el capitalismo, del estilo de exigir un referéndum sobre las políticas del gobierno, solo contribuyen a generar en la clase obrera la ficción de que otro capitalismo es posible.
El propio sindicalismo está en el punto de mira de los monopolios y de sus representantes políticos. No hay derechos inmutables. A la ofensiva contra la negociación colectiva le seguirá la ofensiva contra el derecho de huelga y, finalmente, contra toda forma de organización sindical y política de la clase obrera.
EL MOVIMIENTO OBRERO Y SINDICAL ASTURIANO DEBE REARMARSE.
Nuestra clase obrera está librando luchas importantes, pero de carácter meramente defensivo y la mayoría de las veces de forma aislada. Es urgente revertir esa tendencia. El movimiento sindical debe abrir un debate que permita adoptar medidas para pasar al contraataque. Las reivindicaciones deben apuntar a la superación del capitalismo, hay que fortalecer la organización, la capacidad de combate y la unidad de la clase obrera, hay que abrazar una decidida posición internacionalista.
Todas las organizaciones sindicales que se reivindican de clase tienen entre sus objetivos la conquista de una sociedad socialista. Esas proclamaciones deben dejar de ser papel mojado para convertirse en el eje central de lucha del movimiento obrero y sindical. La estrategia sindical será débil mientras se base en la lógica del pacto social en el marco capitalista.
El PCPE plantea a la clase obrera y al conjunto de sus organizaciones una propuesta para la contraofensiva:
* Nacionalización de la siderurgia, de la minería y de todos los sectores estratégicos de la economía.
* Desobediencia a las órdenes de cierre de la minería procedentes de la Unión Europea y sus políticas de masacre de nuestra agricultura, nuestra ganadería y nuestra pesca. La UE es una estructura imperialista, es la alianza europea del capital para aplastar a los trabajadores, por tanto debe ser combatida exigiendo la ruptura de nuestro país.
* Unificación de todas las luchas, movilización constante y general. Ningún ERE debe ser aceptado, ningún despido sin lucha.
* Solidaridad contra la represión. Levantemos un amplio frente obrero y popular contra la represión.
* Unidad de la clase obrera. Organización de Comités para la Unidad Obrera en cada centro de trabajo y sector, agrupando al mayor número de trabajadores y trabajadoras posible con independencia de su afiliación sindical.
* Internacionalismo. El capitalismo en crisis se vuelve más peligroso y conduce a la absoluta barbarie. El movimiento obrero debe luchar activamente contra la guerra imperialista y practicar una solidaridad efectiva con la clase obrera en lucha de todos los países. OTAN NO.
Solo la sociedad socialista – comunista, en el que el poder es ejercido por la clase obrera y la economía se organiza para satisfacer las necesidades populares garantiza nuestro futuro. Destruyamos la barbarie capitalista, construyamos el futuro.
¡NO AL PACTO SOCIAL!
¡VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!
Comité de Asturies del PCPE
9 febrero 2013
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