Querida compañera, camarada y amiga.
Aún no nos hemos hecho a la idea de no tenerte a nuestro lado en las luchas que tendremos en el futuro. Pensábamos que como los grandes, que nacen una vez cada mucho tiempo, te tendríamos con nosotros más tiempo, y te puedo asegurar que no hay nada que hubiésemos deseado más.
Tu lucha incansable, con tesón, siempre acertada a la que dedicaste tu vida; con esa visión que sólo puede tener quien conoce bien al enemigo, tu dignidad y principios, nos queda como un legado a toda la juventud combativa, y te sentirás muy orgullosa de nosotros, de nuestro trabajo.
Como dice la canción, nos dejas como naciste, pura, sencilla y optimista, de pie sobre la tierra como un árbol, y orgullosa de ser comunista.
Compañera Esther, presente. Tu ejemplo perdurará siempre entre los comunistas.
Un abrazo camarada. Venceremos.
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