1978/2018, 40 años de Constitución Monárquica

Abr 7, 2018 | Comité Central

 

SECRETARIADO POLÍTICO

Frente a la que sin duda será una importante campaña institucional de loas y celebraciones por el 40 Aniversario de la Constitución del 78, el PCPE trabajará por generar el más amplio marco político y organizativo de rechazo a esos fastos. El Estado y todo su aparato de propaganda activarán una campaña que nada tendrá que envidiar a los “25 años de paz” del franquismo situando un imaginario de ensueño en torno al que unir a todos los españoles “de bien” y nos corresponde a nosotros/as, los revolucionarios y revolucionarias, evidenciar la mentira de su discurso en la realidad de nuestra clase y del pueblo.

40 años de modernización del estado español para dar continuidad a la dominación oligárquica forjada durante 40 años de franquismo. 40 años que, para las clases dominantes, tienen la virtud de reproducir el aparato económico y político franquista insertándolo de pleno derecho en las más modernas y pujantes estructuras económicas, políticas y militares del capitalismo mundial. UE, € y OTAN son el resultado de un cambio que al estilo del Gatopardo, modificó únicamente algunos aspectos accesorios para consolidar lo importante: El PODER COMO DICTADURA DEL CAPITAL

Como marxistas podemos y debemos hablar de la actual forma de la dictadura del capital porque sabemos que todo estado representa los intereses de una clase; pero incluso en un simple y sencillo ejercicio de revisión de apellidos de las grandes fortunas, tribunales y políticos de este país, nadie medianamente honrado podrá negar la continuidad clasista del constitucionalismo borbónico con los fueros del nacional-catolicismo franquista.

40 años de poder oligárquico y de dominación monopolística que para nada se da sin contradicciones y sin una fuerte confrontación de clases.

El 6 de Diciembre de 1978, se institucionalizó una segunda victoria de la burguesía sobre la clase obrera, después de la de 1939. El triunfo del proceso de control de la lucha de clases iniciado en los Pactos de la Moncloa en Octubre de 1977, un año y dos meses después conseguía dotarse de un marco legal supremo para frenar la lucha obrera y popular y dar inicio a un proceso en el que progresivamente se abandona la prioridad de la lucha obrera y popular y se entra en un periodo de sucesivos pactos sociales (AMI 1980, ANE, 1981, AI 1983, AES 1984) y desmovilización de la lucha vecinal que también lo fue posteriormente del movimiento contra la guerra imperialista y la OTAN.

Se iba poniendo fin a la llamada Transición y se entraba en un periodo de continuos y progresivos avances en las condiciones del ejercicio de la nueva forma de la dominación de clase por parte de la burguesía.

De los avances en la negociación colectiva ganados a base de huelgas y las conquistas vecinales logradas mediante movilizaciones masivas de una clase obrera y un pueblo fuertemente estructurado en torno a sus organizaciones políticas y sindicales -muy especialmente el PCE y CC.OO- pasamos a un progresivo retroceso sobre la base de aceptar el mal menor y cambiar la legitimación de las masas por la de las instituciones.

En el olvido quedó nuestra memoria de lucha y en el silencio de los archivos policiales y las cunetas la vida de los cientos de miles de compañeros y compañeras que a lo largo de 40 años de la más bárbara dictadura sufrieron cárcel, exilio y tortura o, simplemente, fueron asesinados. Cientos de ellos tras la muerte del dictador y siendo ya Jefe del Estado su delfín Juan Carlos de Borbón y Borbón. El PCE eurocomunista rindió nuestra lucha y se entregó sin más recompensa que el ser reconocidos por su traición.

La lucha por los derechos nacionales y por la autodeterminación de los pueblos, fue también traicionada con un sucedáneo llamado “Estado de las autonomías” que no es otra cosa que una descentralización administrativa en la que se reprimen, como siempre anteriormente, los derechos de los pueblos y naciones.

40 años después la dictadura de clase se expresa con la mayor de las crueldades; la de saber con certeza que si todo sigue como en la actualidad, la única seguridad con la que podemos contar es que las generaciones venideras vivirán peor que las actuales. Sí, cualquier cota de pobreza y explotación es superable en lo concreto; su único límite son las cadenas. Precariedad, paro, pobreza, represión y miedo son la realidad que viven todos los días amplios sectores de la población española. De puertas adentro de los centros de trabajo y también hacia afuera. No hay derechos para un pueblo que solo está para trasvasar cada día más rentas del trabajo a las del capital.

Libertad? La de constitucionalizar el pago de la deuda, salvar bancos, desahuciar familias y gastarse decenas de miles de millones de € en armamento y guerras imperialistas. Ese es el resultado de estos 40 años en los que, efectivamente, algo sí cambió para que nada cambiase. Hoy, en claro ataque la libertad de expresión, se van llenando las prisiones e interviene el sistema judicial para armar todo tipo de condenas contras las distintas manifestaciones culturales e intelectuales que se le oponen. Frente a la disidencia política se encierra en prisión a quienes consiguen un apoyo de masas e incluso electoral. Cientos de presos y presas vascas siguen en las cárceles como rehenes del Estado burgués. La tortura es una práctica presente cada día en las comisarías y prisiones.

Un ejercicio tan evidente de la dictadura de clase que ejerce la burguesía que, pese a todos los consensos sociales generados durante estos años, no es capaz de tapar la totalidad de las grietas que se le han ido generando: Deslegitimación de la monarquía, crisis territorial, desafecció n institucional impulsada por la corrupción generalizada… son las más importantes quiebras superestructurales que se producen en un momento de profunda crisis estructural del sistema.

NUNCA SE DEJÓ DE LUCHAR.

7 huelgas generales desde 1978, la lucha por la salida de la OTAN, las movilizaciones contra la Guerra Imperialista o en Solidaridad con los pueblos que luchan; también en contra de la Ley de Extranjería o por la defensa del trabajo en Altos Hornos de Sagunto, Euskalduna, la minería, Sintel o Coca-Cola, más las miles de huelgas convocadas durante todos estos años por obreros/as y estudiantes son, junto a los cientos de miles de hombres y mujeres que, tras la abdicación del rey salimos a la calle en 2014 clamando por la República, la memoria viva de la que hoy, en 2018, beben las mujeres que luchando contra el patriarcado y el capital llenan las calles el 8 de Marzo y los y las jubiladas que exigen sus derechos. Existe un patrimonio de lucha acumulado que, aun debilitado, está vivo y es nuestro deber levantarlo en 2018.

El PCPE, el Partido que nació como la fuerza que debía mantener vivo el hilo rojo de la lucha, la organización que se forjó en la lucha obrera diciendo no a la Constitución, no al Pacto Social, no a la OTAN y no a la entonces Comunidad Económica Europea; en 2018 recoge el testigo de lucha que se enraíza en las organizaciones obreras y populares que en 1936 defendieron la República y llama a levantar la más amplia movilización contra la Constitució,

No la queremos por burguesa y por monárquica; porque en ella y sus tribunales se sustenta toda nuestra progresiva pérdida de derechos y libertades. No la queremos reformar, nada nos vale de ella y trabajamos por superarla.

Luchamos por la República y el Socialismo porque es lo que corresponde a la actualidad del momento histórico; nada esperamos en positivo del capitalismo en su actual fase de desarrollo imperialista. Solo decadencia, violencia y corrupción nos puede ofrecer un sistema parasitario que vive inmerso en proceso acelerado de descomposición.

Unamos a quienes compartan lo esencial de este análisis y no se queden solo en denuncias huecas y artificiales que acuden permanentemente al recurso de exigir el cumplimiento del articulado “social” de la Constitución. Levantemos ese marco de denuncia teórico y práctico orientado a generar la más amplia movilización. Trabajemos desde la realidad concreta de cada territorio en hacerlo avanzar. Organicemos un 14 de Abril a la ofensiva y, posteriormente, a nivel territorial, pero también a nivel central, esforcémonos en darle continuidad y estabilidad a marcos de trabajo que enfrenten con creciente apoyo popular la campaña del estado

Marzo de 2018