8 de Marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Nada debe verse como natural. Nada debe verse como imposible de cambiar.

Mar 4, 2016 | Comité Central

Nuestra salida o abandono del mercado de trabajo guarda relación directa con  la imposible conciliación de vida familiar y laboral,   tiene rostro de mujer el 97,2% de quienes permanecen fuera del mercado laboral por razón de cuidados. Así,  la naturalizada división sexual del trabajo  hace que la participación  de las mujeres en el mercado laboral  esté  estructuralmente por debajo de la de los hombres.
La precariedad femenina se sustenta en peores condiciones de trabajo, peores  salarios, mayoría de contratos a tiempo parcial e invisibilización y desvalorización de nuestra fuerza de trabajo, en la producción y en la reproducción y así  pese a la incorporación a   la actividad  económica remunerada  las trabajadoras   difícilmente  podemos  obtener los recursos económicos suficientes que  garanticen   nuestra  independencia económica.

Con la crisis se refuerza  la división sexual del trabajo,  cuando  se recortan guarderías, hospitales de día o atención a la dependencia, será sobre las  espaldas de las mujeres  trabajadoras sobre las que recaigan esas tareas y  se profundiza  nuestra doble dependencia familiar en cuanto cuidadoras  y en cuanto marginadas del trabajo asalariado. Asumiremos  esas tareas de cuidado de familiares en exclusiva,   en un constante y casi  imposible equilibrio  con el mundo laboral.

No queremos una igualdad formal de oportunidades en la esclavitud salarial. El modo más cabal de ser mujer y trabajadora en un sistema de explotación que no hemos elegido es  adquirir conciencia de nuestra condición de doblemente oprimidas  y  pasar  a la organización de nuestra fuerza revolucionaria para  cambiar la sociedad.