Resolución del PCPE y los CJC ante la conmemoración del 14 de abril.
El Partido Comunista de los Pueblos de España y los Colectivos de Jóvenes Comunistas conmemoramos este aniversario de la proclamación de la II República en clave de movilización obrera y popular contra los brutales ataques de la burguesía y sus gobiernos.
El 14 de abril de 1931 la lucha de la clase obrera y de los sectores progresistas de la sociedad española trajo consigo la proclamación de la II República que, frente a las tendencias reaccionarias articuladas en torno a la monarquía borbónica, suponía un esfuerzo modernizador que aspiraba a superar los restos de feudalismo que perduraban en el país y a llevar hasta sus últimas consecuencias la revolución burguesa, en gran parte pendiente.
Los derechos conquistados por las clases populares durante la II República y, muy especialmente, la fuerza creciente que adquiría el movimiento obrero revolucionario, se convirtieron en intolerables para las clases dominantes, que buscaron su salvación en el fascismo. Con el criminal golpe del 18 de julio de 1936, se abrió uno de los capítulos más trágicos para la clase obrera de este país, miles de cuyos hijos fueron masacrados y desaparecidos.
Reivindicamos la figura de nuestros héroes y heroínas, de los miles de trabajadores y trabajadoras, de campesinos pobres, de estudiantes, de jóvenes que cayeron combatiendo a la bestia fascista y que sufrieron la represión más descarnada del franquismo. Nuestro mejor homenaje a todos ellos es organizar hoy la lucha por la República Socialista en España.
En nuestros días, aquella gran mascarada que fue la denominada Transición está siendo puesta en cuestión por cada vez más amplios sectores. El PCPE y los CJC siempre hemos denunciado que aquello fue una operación para lograr que la dictadura del capital se adaptase a una situación en la que la escasa legitimidad social del franquismo se había roto. La democracia burguesa sustituyó a la dictadura fascista porque servía mejor a los intereses del capital monopolista. El fascismo había cumplido su papel y ya no era necesario. Se recuperó la Monarquía y se trabajó durante años para legitimarla ante la clase obrera y el pueblo.
La crisis general del capitalismo está poniendo nuevamente de manifiesto que en el capitalismo no es posible satisfacer ni siquiera las necesidades más básicas de la clase obrera y los sectores populares. Los capitalistas tratan de hacer crecer sus beneficios por medio del incremento de la explotación generalizada: se rebajan salarios, se abarata el despido, se recortan o eliminan derechos sociales, se abren al capital privado la sanidad y la educación, se instauran medidas de discriminación salarial contra jóvenes y mujeres al tiempo que, al nivel de la superestructura, la fracción más reaccionaria trata de legitimar todo ello a través de la moral o la religión.
La legitimidad de la Monarquía está en entredicho al igual que la forma de dominación capitalista que representa, pero las clases dominantes tienen gran experiencia en el ejercicio del poder. Igual que prepararon la “Transición” se preparan hoy de nuevo ante las grandes luchas obreras y populares que están por venir y que se gestan en cada huelga y en cada manifestación de resistencia popular ante las bárbaras medidas que adopta el capitalismo. Al igual que ayer prescindieron de las formas franquistas de dominación, pueden mañana prescindir de la monarquía y levantar la bandera capitalista de una nueva forma de democracia burguesa, esta vez republicana. Todo con tal de mantener la dictadura del capital.
Ante esta situación, el PCPE y los CJC planteamos la lucha por la República Socialista, la lucha por el poder obrero y popular, la lucha por el derrocamiento del poder capitalista. La bandera republicana debe ser levantada por la clase obrera en su lucha contra el poder capitalista y no para modernizar la dictadura del capital.
Para ello, llamamos a la clase obrera y a los sectores populares:
-A resistir las agresiones capitalistas empresa a empresa, barrio a barrio, sector a sector, unificando todas las luchas.
-A levantar un potente movimiento sindical clasista, fortaleciendo la lucha sindical combativa, desenmascarando a los dirigentes sindicales defensores del capitalismo y uniendo por la base al movimiento obrero y sindical en Comités para la Unidad Obrera (CUO) por encima de toda división de sigla, articulando programas de lucha concretos contra el poder de los monopolios y con la participación protagónica de los trabajadores y trabajadoras en asambleas de centro de trabajo.
-A organizar a pueblo trabajador en Comités de Unidad Popular para la defensa de los derechos conquistados: vivienda, educación, sanidad, etc. A organizar un fuerte movimiento combativo de la mujer trabajadora y un fuerte movimiento combativo de la juventud y el estudiantado de extracción obrera y popular.
-A articular una amplia alianza popular en torno a la clase obrera en forma de Frente Obrero y Popular por el Socialismo, capaz de resistir la embestida capitalista y de desencadenar una contraofensiva que conduzca a la crisis revolucionaria y a la toma del poder, a la construcción del socialismo – comunismo, a la República Socialista.
¡POR LA REPÚBLICA SOCIALISTA DE CARÁCTER CONFEDERAL!
¡FRENTE OBRERO Y POPULAR POR EL SOCIALISMO!
¡TODO PARA LA CLASE OBRERA!
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