Ante la sentencia del Tribunal Supremo de ratificar la condena a prisión del joven compañero Alfon, el PCPE y los CJC declaramos nuestra más rotunda oposición y nos sumamos con todas nuestras fuerzas al movimiento de solidaridad por la libertad del compañero.
El comunicado que el Comité Ejecutivo del PCPE publicaba el pasado mes de enero, después de hacerse pública la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, se mantiene de plena vigencia:
Alfon ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Madrid tras un montaje policial perpetrado en el transcurso de la huelga general del 14 de noviembre de 2012. Se le acusó de tenencia de explosivos y fue encarcelado, aplicándosele el régimen FIES, durante 56 días en la prisión de Soto del Real. Un proceso judicial que culmina y que está afectado de múltiples irregularidades, como lo han sido la ruptura en la cadena de custodia de los supuestos explosivos o el no haber encontrado ninguna huella dactilar del acusado en la mochila que presuntamente portaba.
Este dictamen se enmarca en plena ofensiva del capitalismo español contra el movimiento obrero y popular. Un montaje policial y un juicio farsa que se convierten en paradigma de la nueva fase represiva que el capital está determinado a desatar. El capital en España necesita hoy recrudecer el ejercicio dictatorial de su poder, ante la agudización de las contradicciones de clase que la sociedad experimenta. Al capitalismo no hay quien lo salve y la lucha e influencia de los sectores más organizados de la clase obrera sobre el conjunto del pueblo trabajador es la linea de flotación que la burguesía pretende bombardear. Todo trabajador y trabajadora que luche siquiera por sus intereses más inmediatos, como conservar el puesto de trabajo o impedir que los bancos le roben su casa, está expuesto a la calculada represión del Estado.
En este contexto es necesario entender que la situación es de agudización extrema de la lucha de clases y no tiene marcha atrás. El capitalismo solo puede ofrecer diversas formas de opresión y explotación cotidianas a los trabajadores, lanzando contra cualquier protesta una respuesta cada vez más represiva y violenta. La clase obrera ha de organizarse y reforzar todos los mecanismos de unidad y solidaridad de clase. Cualquier ataque a un trabajador es un ataque al conjunto de la clase obrera y del pueblo. En el momento presente, es necesario unificar las luchas, convertir cada centro de trabajo, cada centro de estudios y cada barrio en fortalezas de solidaridad inexpugnables.
Decíamos también que “el caso de Alfon no puede ser el primero en que se materialice una pena de prisión, sino la primera de muchas victorias que revoquen esta situación”. Para ello llamamos a levantar la más grande ola de solidaridad en todo el Estado, y especialmente en Madrid. Que cada manifestación por la libertad de Alfon sea multitudinaria. Que no quede una pared donde no se lea: ¡Alfon libertad!
Este es el momento y estas son las causas por las que Madrid tiene que movilizarse masivamente. No serán las instituciones, por muy cambiadas que se presenten, las que saquen a Alfon de la cárcel. Será el pueblo trabajador, organizado y en la calle, el único capaz de conseguirlo. Y allí será donde estaremos el PCPE y los CJC de Madrid.
¡Alfon libertad!
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