Tras hacerse pública la corrupción en la jefatura del estado, el próximo 18 de marzo será elegido Joachim Gauck como nuevo presidente de Alemania.
Este pastor luterano es reconocido por la prensa burguesa y gobiernos liberales como un “destacado luchador por los derechos humanos en la RDA”. Se evidencia una vez más el carácter de clase que tenían estos “disidentes”.
Por derechos humanos entendían el restablecimiento de la explotación capitalista, eran defensores de los intereses de la burguesía y lucharon por sentar las bases del nuevo imperialismo alemán en la actulidad.
Con la anexión de la RDA por parte de la RFA, Gauck fue el encargado de dirigir la represión contra antiguos miembros del gobierno obrero alemán y de forjar parte de la memoria oficial anticomunista en torno a la Stasi.
Un ejemplo más del carácter de la “disidencia” en los países socialistas.
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