Comunicado ante la situación municipal en Albatera

May 13, 2016 | País Valencià

En cuestión de un mes aproximadamente, la actual alcaldesa de Albatera, Rosa Guillén (PSOE), cederá su cargo a la número 1 de UPyD, Rosario Ballester, cumpliendo así el acuerdo que llevó a estos dos partidos, junto con el apoyo directo de C’s, a formar gobierno en Albatera para la próxima legislatura.
Ya desde una perspectiva analítico-teórica se puede apreciar claramente el momento de crisis sistémica y general que sufre el Estado Español, reflejado de forma muy visible en esta pequeña localidad. Dos partidos del ala derecha y reaccionaria del panorama político en alianza con un PSOE que se agarra a un clavo ardiendo para no perder el poder institucional de otros tiempos y que, se encuentra también bastante a la derecha del pensamiento político, refleja el carácter de clase que tienen las confluencias que surgen últimamente con el “cambio” (en abstracto) por bandera, un cambio que significa una sustitución de unas siglas por otras, pero que para nada representa un avance en la conquista por los derechos y la vida digna que la clase obrera y los sectores populares merecen y han obtenido de tantas y tantas luchas.

Con todo esto, en la práctica la situación solo hace que agravarse, lo que tiene consecuencia que, en el primer año de mandato de esta  coalición, las condiciones de los vecinos y vecinas de Albatera no solo no mejoren, sino que sigan empeorando. Tales ejemplos de esto pueden ser la reciente imposición de una cuota económica para el uso del rocódromo municipal (que hasta principios de 2016 era de acceso universal y gratuito y que, a pesar del mal estado en que se encontraba, los vecinos y vecinas usaban con frecuencia), la falta de implicación total  hacia las asociaciones vecinales que reclaman unos mínimos para poder desarrollar su trabajo con mayor eficacia, incumpliendo así con la piedra angular del programa que presentó el PSOE para los últimos comicios municipales o, la adjudicación de varias reformas de espacios municipales para la empresa de reformas de uno de los concejales del PSOE, aprovechándose de esta forma de su posición para incrementar los beneficios de su empresa particular.

Y es que, partiendo de la idea de que esta coalición no nace en ningún momento con intereses progresistas y populares, sino que más bien representa la suma de intereses personales de los representantes de los tres partidos por ocupar un puesto en el equipo de gobierno, más allá de buscar una mejora para los vecinos y vecinas de Albatera, el resultado es el esperado por los y las comunistas, es decir, un tripartito que va a demostrar que las teorías actuales del “cambio” mediante confluencias de todo tipo y sin ningún criterio político capaz de sostenerse solo atienden a los intereses de la burguesía y tienen como consecuencia de la desmovilización obrera y popular que esto genera al crear falsas ilusiones entre los trabajadores y trabajadoras.

Y claro, como muestra a corto plazo de este desastroso intento de gestión del capitalismo a nivel local, el equipo de gobierno se encuentra en una situación complicada debido a disputas internas que han fraccionado las fuerzas iniciales, y que dejan a la actual alcaldesa de Albatera y la continuación de esta coalición al mando del Ayuntamiento de Albatera a merced de una concejal que ha abandonado las filas del PSOE para ingresar en el grupo de no adscritos y que parece decidida a boicotear el proyecto del cual ella formó parte en su origen.

Todo esto demuestra principalmente dos cosas, a  saber: en primer lugar, deja al descubierto la capacidad de movimiento (reducido) que ofrece esta gestión del capitalismo, donde partidos con objetivos políticos muy distantes entre ellos se unen sin ningún tipo de rigor ni principios políticos definidos y convencidos de ellos; y, en segundo lugar, muestra a pequeña escala como el cambio no llega a base de sumar más y más siglas para intentar gestionar de una u otra forma el sistema capitalista, sino en base a un proyecto político claro, consciente de las condiciones de vida de la clase obrera y los sectores populares y dispuesto a dar un revés no en el modelo de gestión, sino en el modelo de producción, que es la base que configura todo lo demás.

Por eso el PCPE y su juventud, los CJC en la Vega Baja quieren hacer eco de esta situación que se vive en un contexto local pero que, tendrá iguales resultados en el ámbito nacional y, por ellos, defendemos la intervención directa de la clase obrera y los sectores populares en los ámbitos locales mediante comités populares para enterrar el modelo de producción capitalista y construir sobre sus cenizas el modelo socialista, un modelo mucho más ligado a conseguir una vida digna en todos los aspectos (sanidad, educación, pensiones, cultura, condiciones laborales,etc,).