Miles de trabajadoras y de trabajadores extranjeros se encuentran secuestrados por el sistema, retenidos por las fuerzas represoras en cárceles ilegales, en condiciones inhumanas y a la espera de ser deportados a sus países de origen. En el Estado español existen ocho Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), concretamente en el barrio obrero de Aluche, Madrid, se encuentra uno de los que acumula mayor número de denuncias por malos tratos, torturas, vejaciones e irregularidades. Este Centro, que se sitúa en los terrenos de las instalaciones de la desaparecida cárcel de Carabanchel (donde se encontraba el hospital penitenciario), no sólo encarcela injustificada e indiscriminadamente en connivencia con el sistema judicial, sino que, además, no dispone tan siquiera de servicios ni condiciones fundamentales: habitaciones dispuestas a modo de celdas con planchas metálicas en sus ventanas, impidiendo casi cualquier visualización del exterior y la entrada de luz natural; inexistencia de asistencia sanitaria permanente, no hay espacios específicos para enfermería; no se garantiza el derecho a la intimidad durante los reconocimientos médicos; grandes dificultades para contactar y comunicarse con los abogados; ausencia de material lúdico y deportivo; etc.
El enorme grado de opresión que el capitalismo llega a ejercer sobre la clase obrera se materializa en buena medida en los CIE, Trabajadoras y trabajadores que, huyendo de la miseria en la que el imperialismo ha dejado a sus pueblos y con la esperanza de poder sobrevivir, muy lejos de encontrar la ilusoria prosperidad que venían buscando, se dan de frente con esta realidad en la que la clase obrera, extranjera o nativa, jamás podrá aspirar a nada más que a ser reprimida y explotada por el sistema del capital si no se libera de su yugo. La UE con el Estado español como uno de sus máximos exponentes, sólo es capaz de responder a los flujos migratorios con un modelo represor que mantenga los privilegios de la clase dominante; la migración masiva de trabajadores no es compatible con las pretensiones del imperialismo de seguir esquilmando a los pueblos del mundo y explotando a la clase obrera. En ese sentido se ponen en marcha campañas de criminalización, racismo y xenofobia hacia las y los extranjeros, con las que pretenden justificar sus políticas de deportaciones indiscriminadas y de centros de internamiento. Aunque intentan controlar los medios de comunicación masivos y saben bien cómo manipular la información, no es menos cierto que nunca conseguirán callar a quienes, cada vez con mayor fuerza, luchamos contra esta barbarie.
El pasado mes de octubre un grupo de cerca de 50 personas encarceladas en Aluche se organizaron y protagonizaron una protesta que puso en evidencia, una vez más, las condiciones del lugar y la inviabilidad de estos centros represivos; no es la primera vez que se emprende una lucha dentro de un CIE, ni será la última, pues los trabajadores y las trabajadoras somos conscientes de que sólo desde la organización colectiva podremos avanzar en la recuperación de nuestra dignidad y en la conquista de la hegemonía, reivindicaciones universales de nuestra clase que no entienden de fronteras, de idiomas ni de razas.
Desde el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) exigimos el cierre inmediato de los CIE, denunciamos que estas cárceles no son otra cosa que una herramienta más del sistema en su afán por oprimir a la clase trabajadora; nos solidarizamos con quienes han sido reprimidos por luchar, así como apoyamos toda movilización popular que reclame la desaparición de estos Centros de represión y racismo que atentan contra la dignidad y los derechos del conjunto de la clase obrera.
¡Nativa o extranjera, la misma clase obrera!
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