El Partido no descansa, la lucha no termina y la actividad no cesa. Estas son máximas con las que siempre vamos a contar en todos los frentes y en todos los momentos. El pasado día 15 de diciembre inauguramos en Madrid nuestra nueva sede central, con toda seguridad, más pronto que tarde llegará el día en el que la inauguración de un nuevo espacio, como una sede del partido, corresponderá más al quehacer cotidiano, a una dinámica orgánica que reflejará el desarrollo hegemónico y natural progreso de la clase obrera y sus posiciones revolucionarias. Huelga decir que una sede no es sencillamente un centro administrativo de las tareas y actividades de una organización, por lo menos no en el caso de una sede comunista. Una sede comunista es el centro neurálgico de la vanguardia desde la cual el partido, como expresión de la organización política de la clase obrera, estructura el avance y dirige la funciones que sirven para la consecución de la tarea histórica del proletariado, es también, el lugar donde el proletariado se encuentra reconocido como tal, como sujeto histórico y por tanto una sede es además un centro de cultura proletaria desde el que se definen fruto de la vivencia cotidiana las categorías con las que transformar la historia en todas sus dimensiones.
Sin embargo la inauguración del pasado día 15 de diciembre fue un acto que va más allá de la natural tarea comunista por hacer avanzar y fortalecer la unidad y la organización de la clase obrera y el proyecto revolucionario que encarna nuestro partido. El acto del pasado día 15 fue un acto trascendental por todo cuanto implica. En primer lugar, porque supone no solo la acción sino la condición de posibilidad de la misma, el paso decidido y decisivo hacia una nueva etapa de mayor envergadura acorde con las exigencias del presente momento histórico de crisis general del capitalismo.
En segundo lugar, porque supone el cumplimiento de la superación, que aunque nuestra férrea voluntad sabía invitale, era necesario realizar en un espacio destinado a perdurar y hacer posible el necesario propósito revolucionario de nuestro partido. Tras la fracción liquidacionista, hemos demostrado la fuerza de nuestra organización en no pocas ocasiones, como en la conmemoración de la revolución de octubre el pasado año, en la que congregamos en el centro de Madrid a cientos de personas, delegaciones internacionales y colectivos obreros que manifestaron el firme y convencido apoyo a todo lo que nuestras siglas representan; o más recientemente, en a las elecciones andaluzas, en las que además de vencer los no pocos escollos legales que el sistema nos pone, de tener además, la capacidad para presentar candidaturas en todas las provincias, hemos doblado nuestros resultados. Silenciamos así todas las presuntuosas sentencias que de un lado y de otro nos daban por muertos, pero con la adquisición de nuestra nueva sede central no solo demostramos toda nuestra fuerza, con la que, sin lugar a dudas, la clase obrera de cada uno de los pueblos que conforman el estado español podrá emanciparse y realizar la tarea histórica de la revolución, también materializamos cada una de esas demostraciones. El acto de inauguración es por tanto el acto de una potencia, la actualización de cada una de las potencialidades que en cada uno de los aspectos de la lucha del presente desarrollamos los y las comunista del PCPE.
Y en tercer lugar, porque además, esta adquisición ha sido el reflejo fiel de lo que la organización comunista es capaz de hacer, la constatación de que no hay objetivo grande para un destacamento revolucionario, no hay metas imposibles para un pueblo que tiene confianza en su propia fuerza. Esta sede no nos ha caído del cielo, ha sido fruto de un vigoroso esfuerzo y trabajo por parte de toda la militancia, que comprometiéndose, como solo los y las comunistas sabemos, ha sacado adelante su compra, sus obras y su arreglo, un quehacer que durante meses nos ha ocupado, fatigado, y en algunos casos, hasta extenuado y que solo por la entereza y la entrega disciplinada de todos militantes y organizaciones, como la organización territorial de Madrid, es hoy una plena realidad.
Como es lógico una realización de tal magnitud debe tener una correlativa apertura, y qué mejor que homenajeando los 55 años de dedicación constante, consciente y firme de un camarada como el camarada Melquiades, al que se le rindieron justos y merecidos honores y se le hizo entrega de una placa conmemorativa a toda una vida dedicada a la causa más noble que cualquier persona pueda acometer, la emancipación del ser humano.
En la inauguración también contamos con la presencias y sentidos saludos de partidos hermanos como el Parido Comunista de Venezuela, y de los cuerpos diplomáticos de la República de Cuba, de la República Popular Democrática de Corea y de la República Bolivariana de Venezuela, cuyo embajador recordó como en los momentos difíciles, como en la actual guerra económica que sufre el pueblo venezolano por parte del imperialismo, es el internacionalismo que despliega nuestro partido el que nunca falla.
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