Tras la puesta en marcha del la ordenanza municipal reguladora de la limpieza urbana, el Partido Comunista de los Pueblos de España y los Colectivos de Jóvenes Comunistas declaramos:
En primer lugar debe diferenciarse la propaganda de una empresa privada, que ensucia la ciudad indiscriminadamente con el único fin de lucrarse, de las formas que tiene un colectivo, un movimiento social o un partido político de nuestras características para expresarse. Somos plenamente conscientes de la falta de higiene en las calles, nuestro fin no es ensuciar sino aprovechar los escasos métodos de difusión a nuestro alcance.
Quienes llevamos a cabo estas formas de agitación no tenemos la posibilidad ni los medios para salir en la radio, participar en las televisiones o ser publicados en los principales medios de comunicación. Nuestra libertad de expresión se limita al corto alcance de las redes sociales, repartir octavillas, colgar pancartas o pegar carteles, en definitiva, solo nos podemos ceñir a lo que cada uno pueda pagar, que es como se rige esta sociedad.
Los partidos “progresistas” del equipo de gobierno disponen esta ordenanza que, aun siendo inconscientes de ello, perjudican a los quienes luchan cada día en sus centros de estudio, parando desahucios, o denunciando los recortes que se imponen a cada derecho de la clase trabajadora, condenada a cargar con el peso de la actual crisis de ganancias para las grandes empresas.
Estas trabas legales colaboran con las consecuencias que tendrá la Ley Mordaza, queriendo silenciar la protesta para que parezca, a los ojos del turista y a los ojos del propio pueblo de Orihuela, que no hay oposición a las violentas políticas contra la clase obrera y el pueblo trabajador en su conjunto en todo el estado. Además darán lugar a que se repitan episodios como el ocurrido hace un año al colectivo juvenil NERO, cuando la policía local inventó haber visto a varios miembros pegando carteles y les trató de imponer una multa. Finalmente no se pagó tras recurrir en varias ocasiones y conseguir demostrar la incoherencia de la acusación.
El bipartito, de manera impropia para quienes hablan de promover la participación en la toma de decisiones, primero sanciona estas acciones y luego dice abrirse a propuestas que signifiquen pasar siempre bajo su supervisión para cualquier iniciativa. En Orihuela no hay, prácticamente, zonas habilitadas para la pegada de carteles, solo en época electoral, el único momento que se interesan el resto de partidos por la atención y la realidad de quienes luego les pueden votar.
Esperar ver las paredes impolutas en los tiempos que corren es bastante inocente teniendo en cuenta que es donde se expresa la joven sin oportunidades, el parado desesperado, los que están cansados de la corrupción o los que defienden la sanidad pública, en definitiva todas y todos los que no encuentran soluciones a sus problemas en ninguna de las medidas de aquellos que pretenden gestionar el capitalismo. Quienes refuercen reglas que criminalicen la libertad de expresión, están censurando la voz de los trabajadores, trabajadoras y parados hartos de la situación actual.
Por ello llamamos a levantar una fuerte oposición que defienda cada una de las libertades que hoy nos intentan eliminar, ya sea mediante ordenanzas municipales o leyes como la de Seguridad Ciudadana.
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