El PCPE participa en Milán en el homenaje a 70 aniversario de la liberación italiana del nazi-fascismo

Abr 27, 2015 | Internacional

Intervención del camarada Víctor Lucas, del Área Internacional del Comité Central, en el acto organizado por el PC de Italia el pasado sábado 25 de abril en Milán.

Estimados camaradas del Partido Comunista de Italia.

Estimados camaradas de las demás delegaciones internacionales presentes.

En primer lugar quiero agradecer la invitación a vuestro Partido para estar presente en este acto. La conmemoración de la liberación de Italia de las fueras nazi-fascistas en 1945 es un momento importante que estamos orgullosos de compartir con vosotros hoy aquí.
Pensamos que es un acierto que, aprovechando esta fecha tan señalada, el Partido Comunista de Italia haya organizado este acto para hablar de un asunto de gran importancia para el movimiento comunista y obrero internacional. El fascismo, su caracterización y las formas que debe adoptar la lucha contra el mismo son importantes en la lucha comunista hoy.

La experiencia histórica de la clase obrera de cada uno de los países representados aquí hoy por sus Partidos Comunistas nos permite afrontar este tema desde la práctica, apegados a la realidad de la lucha de clases.

En el caso español, la experiencia de la guerra contra el fascismo entre 1936 y 1939, lo que denominamos nuestra Guerra Nacional Revolucionaria, así como los acontecimientos que se produjeron en el período anterior y posterior a la misma, nos permiten extraer una serie de importantes lecciones que intentamos aplicar a nuestros análisis ya nuestra práctica política actual.

En España, el levantamiento fascista de julio de 1936 y la posterior guerra fueron fruto no sólo del contexto internacional, sino también del desarrollo de la lucha de clases en el país a partir de 1931, cuando se proclamó la III República Española. Esta República, burguesa, que durante dos años fue gobernada por elementos reaccionarios y que reprimió muy duramente la Revolución obrera de 1934, avanzaba a partir de febrero de 1936 hacia un escenario de desarrollo de las fuerzas obreras y populares, gracias a la aplicación por el Partido Comunista de la táctica de los Frentes Populares de la Internacional Comunista.

El temor de las clases dominantes al avance de las fuerzas socialistas y comunistas desencadenó el intento de golpe fascista el 18 de julio y, tras su fracaso, el inicio de la Guerra Nacional Revolucionaria, que adquirió una dimensión internacional debido a la colaboración de fascistas alemanes e italianos con las tropas sublevadas y a la presencia heroica de las Brigadas Internacionales que el Movimiento Comunista Internacional puso en marcha para defender y apoyar al pueblo español.

Tras la victoria fascista, vinieron casi 40 años de dictadura abierta y violenta en los que el sometimiento de la clase obrera permitió una acumulación capitalista relativamente pacífica que fue esencial para el desarrollo del capitalismo español y su paso definitivo de una economía fuertemente agraria a una economía industrial homologable con otros países capitalistas del entorno.

La España obrera y popular que hubiese surgido de la victoria de las fuerzas del Frente Popular y, en última instancia, del Partido Comunista en la guerra era un peligro para las clases dominantes de la época, no sólo en España.

La experiencia nos muestra que el fascismo fue alentado y promocionado por las clases dirigentes para detener el avance de las fuerzas obreras y populares, de la misma manera que el nazismo alemán o el fascismo italiano surgieron como respuesta al avance de la lucha de clases a nivel internacional gracias a la existencia de la Unión Soviética y al avance de las distintas secciones de la Komintern.

El recurso al fascismo siempre es una posibilidad en manos de la burguesía y los capitalistas quienes, en determinados momentos, no tienen problema en desatar el nacionalismo y la xenofobia más extremos, o el anticomunismo más salvaje, con el objetivo de mantener su situación de privilegio en el sistema de explotación capitalista.

El fascismo no es un fenómeno independiente de la reacción propia de la fase imperialista del capitalismo, pero sí es su expresión más violenta y más cruda, aplicable cuando las demás formas de dictadura burguesa se ven insuficientes para contener a un movimiento obrero fuerte y consciente de sus intereses como clase y de su misión histórica como sepulturero del capitalismo.

Por ello es importante que los partidos comunistas y obreros evitemos ciertos errores y seamos conscientes de que la burguesía, mientras exista como clase dominante, siempre tendrá este recurso a su disposición y se servirá de organizaciones que no necesariamente tienen que portar esvásticas o denominarse directamente “fascistas”.

Los ejemplos del Frente Nacional en Francia o de Amanecer Dorado en Grecia son paradigmáticos y expresan abiertamente los intereses de sectores capitalistas muy concretos. Su intento de poner a sectores obreros y populares directamente tras los intereses de la burguesía es producto de las dificultades que los partidos burgueses tradicionales tienen para legitimar el poder de los monopolios, pero el objetivo final es el mismo.

Por tanto, los partidos comunistas y obreros debemos vincular necesariamente la lucha contra el fascismo de la lucha contra el capitalismo. Uno y otro no son fenómenos separados, sino que el fascismo surge cuando los capitalistas lo necesitan, como bien señalaba Dimitrov en sus trabajos.

Terminaré señalando nuevamente que nos parecen muy necesarios actos de este tipo para seguir profundizando en este tema y que el PCPE está muy interesado en las aportaciones del resto de Partidos Comunistas y Obreros al respecto.

¡Viva la lucha antifascista!
¡Viva el 70 aniversario de la Liberación!

Muchas gracias.