El 9 de Febrero de 1990 un joven diputado foral nacionalista, jefe del departamento de cultura y juventud en Vizcaya, llamado Iñigo Urkullu, cerraba el Parque de Atracciones de Archanda dejando a 130 trabajadores en la calle. Veintiséis años después aquel mismo tecnócrata, hoy lehendakari, vuelve a estar en la palestra de la prensa burguesa al anunciar el adelanto de las elecciones en el País Vasco para el próximo 25 de Septiembre de 2016.
Si hay algo que caracteriza a nuestros JOBUBI, Jóvenes Burukides Bizkaínos, al igual que a sus homólogos catalanes conocidos como los Jóvenes Turcos (En torno al grupo de Artur Mas, y Puigdemont) es su impronta neoliberal y anticomunista. Sus continuos llamamientos a la tradición y a sus antepasados nos hace recordar su anti obrerismo y colaboracionismo de éstos con los tecnócratas del sistema franquista a través de la Compañía de Jesús de la Universidad de Deusto. El crecimiento de esta burguesía vasca en la mal llamadaTransición tiene uno orígenes pro estadounidenses que comienzan en aquellos mítines, de otro lehendakari llamado José Antonio Aguirre en la Cuba de Fulgencio Batista ;así como su colaboración con el FBI y la CIA desde la Universidad de Columbia con Rockefeller y su agente Galindez. Continúan desde su apoyo proOTANista al regalar la makila de mando por parte de José Antonio Ardanza al que fuera el mayor antisoviético de la historia mundial, Ronald Reagan, en 1988 en plena Guerra Fría. Y llegamos hasta nuestros días en los que todos los años la dirección del PNV se pasea por Idaho o Washington vendiendo la marca “Basque Country” en pro de sus empresas y a la contra de la clase obrera.
Resaltamos estos pequeños detalles históricos del País Vasco; ya que muchas veces desde los medios de comunicación y desde ciertas organizaciones políticas “han querido vender una visión de un territorio donde parecía ser que la burguesía nacional periférica era como una especie de kwomintang chino al que llevar por el buen camino…donde todos los males provenían de “Madrid” .”
Y la realidad no tiene nada que ver con ciertos idealismos o posturas místicas que se han planteado, lo cual se puede precisamente observar en la actualidad con el próximo panorama de corte electoralista para este Otoño, donde están jugando todas las organizaciones vascas a una especie de “Juego de Tronos”, donde el sillón y la moqueta es lo que vale más, en función de los metros cuadrados de despacho que se negocien entre las bambalinas como le ocurriera en su momento a Euskadiko Ezkerra (EE).
La cruda realidad social, económica y política del País Vasco no se diferencia de muchos territorios y barrios obreros de los pueblos de España, como han sido las zonas industriales de Gijón, Avilés, Valencia, Barcelona, Cádiz o Vigo. El paro y la precariedad laboral, producto de las famosas Reconversiones Industriales de los años ochenta y noventa del pasado siglo XX promovidas por el bipartidismo del PSOE y del PP y el pacto de éstos con el PNV, CIU y CC, son los verdaderos problemas que afectan a la clase obrera del territorio.
El escenario político vasco resulta dantesco, por no decir que irrisorio, al poder observar que los planteamientos de clase no existen en ninguno de los programas políticos de las diferentes organizaciones que aparecen en la foto mediática, en cuanto a los que se dicen denominar como “izquierda”. Hace años que el PCPE viene denunciando esa situación desde los tiempos del “Nuevo Rumbo” y “Propuesta Comunista”, cuando decíamos que la deriva nacionalista de ciertas organizaciones y su defensa incluso de los postulados de la UE les iban a traer las consecuencias nefastas a las que están llegando, donde se parecen más al anuncio de rebajas de El Corte Inglés, tras la vuelta de las Vacaciones…
El discurso de los grandes partidos sigue siendo el mismo que en el resto del Estado. Tanto en el PP como en el PSOE se observa que su máxima preocupación es el poder jubilar en el Senado o en el Congreso al mayor número de “elefantes o dinosaurios” de sus organizaciones, tipo Patxi López , ex lehenadakari y ex secretario general del PSE; para poder seguir con sus beneficios económicos en los territorios periféricos.
Años de pactos entre unos y otros, donde las grandes multinacionales como Iberdrola y constructoras tipo FCC liberan a sus diversos representantes, o consejeros de periódicos como El Mundo, en el caso de Nicolás Redondo Terreros… Sólo hay que recordar a los Josu Jon Imaz o las Idoia Zenarruzabeitia en Repsol o Petronor, de los tiempos del señor Juan José Ibarretxe, conocido en muchos ámbitos como el “mesías de Llodio”…
No sorprende la actitud de acercamiento del PP hacia el PNV, cuando les viene ya por tradición tanto familiar como de estrategia económica desde los tiempos de los pactos de Xabier Arzallus con José María Aznar en el primer gobierno de éste en 1996, cuando todos ellos formaban parte del “Partido Demócrata Cristiano Europeo” y apostaban ya entonces por la privatización del sector naval en 1997; aunque años después lo negasen. Norma habitual de los lehendakaris como un tal Carlos Garaikoetxea, que en 1980 no daba un duro por el futuro de Nervacero, cuando los trabajadores decidieron ocupar el primer Parlamento Vasco, y cuya familia por parte de su mujer era la dueña de las empresas de cárnicas Mina en Navarra.
Tras ese disfraz postmodernista del Bilbao del siglo XXI, y del País Vasco postindustrial; más allá del Festival Internacional de Cine de Donosti, o del Guggenheim, nos encontramos con otra realidad social que es la que no se cuenta en ningún lado. La historia de la mayoría, la de los anónimos: la de la clase obrera vasca.
La explotación laboral, los retrocesos sociales en materia sanitaria y educativa, así como el cierre de empresas, donde la privatización es el modelo establecido por el mundo del PNV, son rasgos que no les diferencian como clase social dominante tanto aquí como en cualquier parte de los pueblos de España.
Siete de cada diez trabajadores no tienen firmado ningún convenio colectivo, por no hablar de los accidentes laborales que son puro terrorismo patronal, como los casos de varios operarios que han fallecido estos meses en Erandio o en Vitoria como ha ocurrido recientemente en la Michelín. En ese sentido el acuerdo alcanzado por parte de UGT y CC.OO con la patronal vasca dice mucho de la venta de dichas cúpulas sindicales y sus reales intereses antiobreros y proempresariales.
El mito de “Madrid” lo cierra todo, o es el culpable, se va cayendo por más que lo traten de carnavalizar el panorama, incluso recurriendo a hechos históricos que para nada son como los interpretan… obviando que la capital del estado español, también fue la referencia internacional del “No pasarán” además de bombardeada…Sólo hay que observar en estos últimos meses la situación de los trabajadores de la ACB de Sestao o de Zumárraga en Guipúzcoa, por no hablar de la sobre explotación de los operarios del Museo de Bellas Artes de Bilbao o del propio Museo Internacional Guggenheim…Aún suenan las proclamas de los trabajadores de La Naval de Sestao y de Laminaciones Arregi en Vitoria – Gasteiz.
Otro de los capítulos interesantes de estas elecciones es la situación de los partidos que se dicen llamar de “izquierdas”:
Por un lado tenemos la destrucción de lo poco que les quedaba a los eurocomunistas del PCE-EPK, mendigando algún que otro puesto en un Podemos,cuya coalición de IU llamada Ezker Anitza perderá su identidad por un puñado de liberados, donde los apellidos de los dirigentes de la organización morada dice mucho de su “casta anticasta” : Eduardo Maura, de la familia de los Maura, responsables de la “Semana Trágica” de 1909 o Nagua Alba, nieta de Lolo Rico y sobrina de Santiago Alba Rico….Recordando que muchos de sus dirigentes destruyeron nuestro partido en los años noventa, como fue en el caso de nuestro EAK/PCV o EHAK-PCPE.
Un discurso meramente territorial, donde las concepciones de clase ni aparecen; además del fuerte componente troskysta y socialdemócrata y el oportunismo de las diversas familias que se asemejan más a la parodia de La vida de Brian…Sólo hay que recordar las últimas citas de la señora Pilar Zabala, candidata por Podemos, donde recuerda que “no son ni derechas ni izquierdas…” Curiosamente la casta anticasta toda ella en su dirección son cuadros liberados de puestos en diversas Universidades, sin existir ningún representante obrero.
Algo similar le está ocurriendo a la izquierda abertzale, donde su deriva nacionalista en perjuicio de la parte social desde hace años les está llevando a su raíz más conservadora, dominando los sectores más burgueses de la coalición en la dirección, en detrimento de los sectores populares y obreros. Coaliciones con miembros del mundo empresarial del PNV-EA y del Opus como Rafa Larreina, o anticomunistas como Oskar Matute, provenientes del mundo del madrazismo y llamazarismo de la antigua EB-IU de Javier Madrazo y Gaspar Llamazares; nos hace recordar otros tiempos en los que en ese mismo mundo se apartaba a los sectores obreristas que existían en el interior de HB.
En este momento la competición por los sillones en Vitoria por parte de la lucha entre Podemos y Bildu, nos hace recordar finales tristes como lo que ocurrió en algún momento con organizaciones como la OLP de Yassir Arafat…abandonando una vez más la cuestión social por el objetivo presidencial en Lakua, o una coalición a la catalana con el PNV…
Aquellos guiños anticomunistas en los que se han basado ciertas cadenas humanas, emulando a los tiempos de la caída de la URSS ensalzando a Letonia, Estonia y Lituania: o en su momento como hace 25 años, vanagloriarse de la caída de los Países del Este mediante exposiciones chovinistas, llevan a este desconcierto en muchos campos de la sociedad vasca, que es tan heterogénea y con una gran clase obrera que en este momento está abandonada a su suerte.
Desde el PCPE en Euskal Herria planteamos que una vez más, como en nuestros comienzos en aquel mes de Enero de 1984, y recordando que fuimos una organización con fuerte implantación en tierras vascas, donde la militancia y la constancia en organizarse es nuestra clave del crecimiento para el futuro. Somos la única fuerza política que representa realmente a la clase obrera para el próximo proceso electoral del 25 de Septiembre.
Nuestros principios revolucionarios, basados en el marxismo-leninismo y el Internacionalismo Proletario, vuelven a ser la opción real para los obreros y obreras vascas que creen en el cambio de la Revolución Socialista y la Autodeterminación de los Pueblos, dentro de una República Obrera y Socialista. Sólo hoy el PCPE es la única organización de clase, que puede ser la respuesta al futuro del cambio y transformación social en el País Vasco, junto a sus juventudes de los CJC-GKK.
Una vez más nuestros carteles estarán en los muros de nuestras calles de las tres provincias, en las zonas industriales y en los barrios obreros; y allí la hoz y el martillo con la estrella de cinco puntas volverá a recordarnos que la roja bandera que hondea es la del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE).
¡¡Resistir es Vencer!!
¡¡Hasta la Victoria Siempre!!
PCPE Euskal Herria.
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