Año tras año nos preguntamos ¿Qué está fallando en las políticas públicas frente a las violencias machistas? ¿Sirve el pacto de estado contra la violencia? ¿Es solo cuestión de dinero, como nos quiere hacer creer el gobierno?
La situación sigue siendo la misma, la violencia forma parte de la vida cotidiana de las mujeres después de muchos años de un conjunto de leyes y políticas que no están siendo efectivas, que se dirigen a las consecuencias, al asistencialismo a las víctimas y ni siquiera a este nivel consiguen buenos resultados, y al punitivismo como soluciones, ¿dónde están las medidas que realmente vayan a las bases del problema?, ¿dónde las campañas integrales de formación y concienciación sobre la desigualdad, la discriminación y los estereotipos de género? ¿para cuándo un plan estatal de educación afectivo sexual que eduque a la infancia y a la juventud?.
Ante la violencia de género el recurso de las instituciones de contabilizar agresiones, de lamentar pero no prevenir con sus concentraciones silenciosas, de poco nos sirve tener una ministra de igualdad, en el autodenominado gobierno feminista y “más progresista de la historia” que nos ha traído la desmovilización de los movimientos sociales, en particular, como suele ser habitual, de parte del feminismo burgués que con sus profundas alianzas con el PSOE Y PODEMOS confunde el papel de las instituciones con el de la movilización social y popular.
Es evidente que las medidas no se están dirigiendo hacia procesos transformadores, dado que la naturaleza reformista y socialdemócrata del gobierno no puede confrontar la esencia del patriarcado en su alianza con el capitalismo, no afronta la violencia radical, intrínseca, la explotación y la opresión de este sistema y sus medidas formales y estéticas ( reformas parciales) no atienden la diversidad, las realidades de las mujeres, condicionadas por su clase y oprimidas por su género ya sean mayores o jóvenes, migrantes, trans o con diversidad funcional…etc), más allá de “nombrarlas” en leyes y discursos o realizar alguna acción en efemérides.
Desde el feminismo de clase, proponemos retomar ampliamente la movilización, la presión social y política necesaria para que se hagan planes efectivos, continuados en el tiempo, con recursos estables y equipos profesionalizados, que actúen con profundidad en todos los ámbitos sociales, dejando atrás las acciones puntuales, deslavazadas y descoordinadas, con campañas mediáticas a mejor gloria de la institución de turno para gastar los presupuestos de cualquier manera.
Confrontar los cantos de sirena del gobierno, con la lucha en las calles, con las mujeres trabajadoras y de sectores populares a la cabeza y con organización en barrios, centros de trabajo o estudio y asociaciones para exigir el fin de la violencia en todos los ámbitos, en definitiva luchar por el fin del capitalismo y el patriarcado.
¡NUESTRA LUCHA DECIDE¡
¡ ORGANÍZATE EN TU PUESTO DE TRABAJO, EN EL BARRIO, EN EL SINDICATO, EN EL PARTIDO COMUNISTA!
¡ POR EL FIN DE LA VIOLENCIA CAPITALISTA Y PATRIARCAL!
POR UNA SOCIEDAD SIN EXPLOTACIÓN NI OPRESIÓN
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