Comunicado de los CJC ante el asesinato de un militante de la JUCO colombiana.
El pasado 16 de Agosto fue asesinado el camarada Rafael Andrés González Guernica, militante de la Juventud Comunista Colombiana (JUCO) en un local del municipio de Cartagena de Chairá, tiroteado por dos sicarios.
En el tiroteo fue asesinado el camarada Rafael. Otro camarada que se encontraba con él Franklin Medina logro escapar aunque su paradero actual se desconoce.
Este crimen es el trágico final de un largo camino de amenazas y represión contra la organización en esa zona por parte de los fuerzas del estado colombiano, los cuales ya habían intentado en numerosas ocasiones atentar contra los dos camaradas acusándoles de realizar labores de propaganda para las FARC-EP desde el copistería que regentaban.
Esta acción repulsiva, no es un hecho aislado ni casual, sino que responde a una estrategia criminal desarrollada por el estado colombiano para eliminar cualquier vestigio de oposición interna y de organización del pueblo, en una región (Cartagena de Chairá) donde las operaciones del ejercito esta provocando numerosos desplazamientos forzosos e incontables violaciones de los derechos humanos, y en un momento de crisis general del capitalismo donde el estado colombiano cada vez acentúa mas sus contradicciones de clase.
Por ello desde los Colectivos de Jóvenes Comunistas, queremos manifestar nuestro más firme apoyo y solidaridad con los camaradas colombianos, que tan valientemente luchan contra el capitalismo en su país, así como nuestro mas sentido pésame a los familiares y amigos de Rafael.
Condenamos los crímenes de estado que, como este, lleva muchos años orquestando la burguesía colombiana, contra el pueblo y sus organizaciones, a través de sicarios, paramilitares o el propio ejército.
El capitalismo ya no tiene nada más que ofrecer salvo miseria y barbarie, estos actos no pueden quedar impunes, ni podemos dejar que queden silenciados por los grandes medios de comunicación al servicio de la oligarquía. La solidaridad internacional es nuestra mejor arma para plantar cara a los asesinos del capital, en todo el mundo.
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