A 70 años de la violenta expulsión del pueblo palestino de su Tierra, su realidad es el símbolo que resume la actualidad de la Humanidad.
Para el Imperialismo la guerra sigue siendo una herramienta cotidiana de dominación y los pueblos víctimas de su agresividad continúan resistiendo y defendiendo su soberanía.
El permanente escenario de guerra que se sucede a lo largo y ancho del Planeta nos sitúa en la antesala de una situación de guerra generalizada de consecuencias trágicas e incalculables ante el que no podemos permanecer impasibles y desmovilizados. El silencio cómplice y alienante en el que nos quieren situar los poderosos y explotadores que, día a día, pelean por hacernos perder uno a uno la totalidad de derechos laborales, sociales y civiles que ganamos a lo largo de muchas décadas de lucha, nos convertiría en parte activa de la más peligrosa y trágica situación que ha vivido la Humanidad desde el final de la II Guerra Mundial.
La guerra ya no es una posibilidad, es una realidad que está en la puerta de nuestra casa y que se activa con fragatas atracadas en la base de Rota y con aviones que despegan de Morón con órdenes emitidas desde el Cuartel de la OTAN en Bétera. Es la misma guerra que consume 30.000 millones de € en nuevo armamento que se ha comprometido a comprarle a los EE.UU el Gobierno de Mariano Rajoy y la que asesina o condena al exilio, al hambre y la enfermedad a millones de personas cada año en Palestina, Siria, Mali, RD del Congo, Niammar, Sahara, Yemen, Iraq o el Kurdistan por nombrar solo algunos de los lugares donde la violencia del Imperialismo se hace más evidente.
Palestina es el ejemplo de los pueblos que resisten y pelean por hacer de su dignidad colectiva el referente vital de cada uno de sus mujeres y hombres. Pueblos soberanos que saben que para seguir existiendo solo pueden vencer; pueblos que ven en Libia el ejemplo de lo que el Imperialismo quiere hacer con ellos. Destruirlos para saquearlos.
70 años después de la Naqba, del inicio del más largo genocidio conocido en la Humanidad, cada vez que nos solidarizamos con la Cuba Socialista, con Venezuela y su Revolución Bolivariana, con el heroico pueblo de Siria, con la RDP de Corea o con resistencia yemení o de Hizbolá, mantenemos viva la resistencia palestina.
70 años después de la Naqba, la lucha contra la OTAN y todas las bases militares es un factor imprescindible para la libertad de Palestina.
Nadie puede situarse al margen de esta guerra de la que también somos víctimas. La barbarie imperialista no conoce límites. Sumido en una más que profunda crisis estructural, las diversas potencias imperialistas están dispuestas a cualquier cosa por mantener su tasa de ganancia. Explotación y expoliación; violencia, represión y guerra son las dos caras de la única moneda que nos puede ofrecer el Imperialismo.
Nosotros, decimos ALTO Y CLARO que no seremos sus cómplices y por ello hacemos un llamado URGENTE a mantenernos vigilantes y organizados frente a la guerra que trágicamente hoy llama a la puerta de la HUMANIDAD.
PALESTINA VENCERÁ
SIRIA VENCERÁ
VIVA LA LUCHA DE LOS PUEBLOS
POR LA PAZ Y LA AMISTAD ENTRE LOS PUEBLOS
NO A LA GUERRA IMPERIALISTA
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