La Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en francés) es un acuerdo económico que actualmente se encuentra en proceso de negociación entre el Departamento de Comercio estadounidense y la Comisión Europea, cuya finalidad última es la creación de una gran zona económica de libre circulación de inversiones y mercancías entre Estados Unidos y los Estados Miembros de la Unión Europea.
En definitiva, mediante el TTIP se trata de armonizar y uniformizar la reglamentación que rige el funcionamiento de buena parte de los sectores económicos de EEUU y la UE, pues esta diferencias suponen el principal obstáculo para la actividad de los monopolios a escala global.
La legislación estadounidense en materia de seguridad en el trabajo y de libertades sindicales es fuertemente restrictiva. Tanto es así, que los EEUU ni tan siquiera han ratificado algunas de los mas fundamentales convenios de la Organización Internacional del Trabajo a este respecto, entre los que destaca el “Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación” de 1948, el “Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva” de 1949, el “Convenio sobre la igualdad de remuneración” de 1951 o el “Convenio sobre la discriminación (empleo y ocupación)” de 1958.
En consecuencia, todo procedimiento dirigido a uniformizar la legislación entre ambas economías solo puede resultar en un empeoramiento sustancial de las condiciones de trabajo de la clase obrera de los Estados Miembros de la UE, ya se encuentre empleada por los monopolios estadounidenses o europeos, pues ambos se aprovecharan de las nuevas condiciones de explotación para aumentar sus ganancias. La fuerte competitividad de los monopolios estadounidenses y europeos en unas condiciones laborales de mayor explotación y precariedad en el trabajo desembocará irremediablemente en la desaparición de una parte importante del maltrecho tejido productivo español y europeo, especialmente las Pequeñas y Medianas Empresas (PYME’s), lo que conllevaría la consiguiente destrucción de un gran número de puestos de trabajo en nuestro país.
El Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) rechaza frontalmente la implantación de esta zona de libre comercio e inversión, con la que nada tienen que ganar la clase obrera y el pueblo trabajador. El PCPE llama al conjunto de los trabajadores y trabajadoras a organizarse y luchar contra esta nueva ofensiva de los grandes monopolios transnacionales, y por extensión, a reivindicar la salida de España de la Unión Europea como proyecto que solo responde a los intereses de una minoría oligárquica de nuestro país.
SIN INDUSTRIA Y EMPLEO NO HAY FUTURO PARA EL PUEBLO TRABAJADOR
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