Telemarketing: Otro sector que se enriquece a costa de la clase obrera.

Ene 31, 2014 | Madrid

En el último año 2013, las principales empresas del sector han incrementado sus beneficios una media de un 2% más que en el 2012, eso supone muchos millones de euros, una tasa de ganancia que no se debe a que sea un sector en auge, ni a que haya incrementado el número de clientes que usan los servicios del telemarketing, los motivos son más obvios: el crecimiento económico del sector se debe al incremento brutal de la explotación a través de precarizar y abaratar las condiciones laborales.

El sector del telemarketing incrementa año tras año sus beneficios pese a que el nivel de miseria es cada vez mayor y es que, bajo el capitalismo, la miseria del trabajador es la ganancia del patrón, gracias a la psicosis con la que se atemoriza a los trabajadores y las trabajadoras la patronal del telemarketing arranca sus ganancias.
 
En el último año 2013, las principales empresas del sector han incrementado sus beneficios una media de un 2% más que en el 2012, eso supone muchos millones de euros, una tasa de ganancia que no se debe a que sea un sector en auge, ni a que haya incrementado el número de clientes que usan los servicios del telemarketing, los motivos son más obvios: el crecimiento económico del sector se debe al incremento brutal de la explotación a través de precarizar y abaratar las condiciones laborales. A la presión abusiva y casi acosadora en la necesidad de vender como sea los productos que ofertan o en resolver de la misma manera las consultas que se demandan, se añaden nuevas agresiones laborales, como la posibilidad del despido casi gratuito permitido en el convenio colectivo por el art. 17, la Reforma Laboral, cuando no, el, cada vez más utilizado, método ilegal del despido disciplinario, por el que te vas a la calle sin indemnización alguna. En telemarketing contamos con un pésimo Convenio Colectivo, firmado por la aristocracia obrera de CCOO y UGT, con pérdidas económicas año tras año, violación sistemática de derechos laborales conquistados y, reducciones de jornada y de salario impuestas bajo amenazas.
 
Este año hemos presenciado agresiones lamentables a los y las trabajadoras que, poco a poco, están siendo cada vez más comunes:
 
    El caso de Amaya en la empresa Konecta es el más mediático; fue despedida tras faltar al trabajo el día que la desahuciaron de    su casa, un caso que ha supuesto una campaña de lucha y solidaridad que no tenía precedentes en este sector y que ha    comenzado a destapar la violencia con la que el capitalismo golpea a la clase obrera.
 
   En Sevilla, la empresa Sitel, que llevaba una campaña de atención a la mujer, despidieó a una trabajadora tras tener      conocimiento de que ésta estaba embarazada.
 
   En Transcom worldwide spain, una de las más grandes en Madrid, en menos de tres meses han realizado más de 65 despidos   disciplinarios a trabajadores/as con una antigüedad, en algunos casos, superior a los 10 años, ahorrándose así cuantiosas antidades en indemnizaciones.
 
   Marktel, con una facturación anual superior a los 25 millones de euros, es una de las empresas del sector más significadas por sus demoras en los pagos, despido de delegados sindicales incómodos y congelaciones salariales.
 
Aunque no siempre la patronal consigue sus objetivos. Los trabajadores de la empresa GSS lograron tumbar el ERE notoriamente irregular que planteaba la patronal, en esta ocasión la firmeza y cohesión de los representantes de los trabajadores demostró que allí donde hay objetivos de clase se obtienen victorias.
 
El capitalismo es violencia, violencia que provoca miseria, explotación laboral, precariedad, ruindad…, esta violencia hay que combatirla y hay que hacerlo mediante la organización de los y las trabajadoras, independientemente de la afiliación sindical, superando siglas, prejuicios y divisiones en el seno de la clase obrera. Hay que luchar como trabajadores y trabajadoras onscientes, tomando la iniciativa, desde el propio centro de trabajo, desde la asamblea de trabajadores/as, tomando el control en la lucha contra el abuso, la explotación y la precariedad. Sin pervertir, con soflamas conciliadoras propias de la aristocracia obrera, el principal objetivo de la clase obrera que es acabar con el sistema capitalista. Es la hora de luchar desde el puesto de trabajo organizando Comités de Unidad Obrera, donde lo importante no es la filiación sindical sino el objetivo a combatir.
 
Organicemos y luchemos, cread asambleas y comités de trabajadores/as y anteponed todas las diferencias a la unidad de la lucha. La patronal se alimenta de la cobardía que provoca con la amenaza, la extorsión, la corruptela empresarial, pero sin osotros y nosotras NO SON NADA.
 
SIN LA CLASE OBRERA NO SE MUEVE NI UN ENGRANAJE. ESTE ES NUESTRO MOMENTO: ORGANÍZATE Y LUCHA.