El Gobierno de Pedro Sánchez, y la monarquía de los Borbones, arrodillan a España ante el imperialismo yanki, y actúan como sumisos lacayos de la sanguinaria y corrupta monarquía marroquí. Los poderes del Estado se demuestran incapaces de defender la soberanía nacional, y someten al país a los que consideran los poderes superiores en la política internacional actual.
Es un episodio más en la larga historia de traiciones y crímenes del colonialismo español. Un ciclo histórico que se cierra con esta decisión del Gobierno de Pedro Sánchez, que pretende entregar al pueblo saharaui al dominio absoluto de una dictadura criminal, vulnerando los más elementales principios del derecho internacional, así como las responsabilidades de España como potencia administradora de ese territorio, como así se constata en la resolución de la ONU respecto al referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui.
Esta actuación política de Pedro Sánchez tiene dramáticos antecedentes históricos, que ahora se reviven. España, en los tiempos de la colonia, sometió al pueblo cubano a una brutal política de exterminio. Entonces fueron Valeriano Weyler y la monarquía. Hoy, esa misma España, aplica una política de traición y exterminio contra el pueblo saharaui, que lucha heroicamente por su autodeterminación e independencia. A Weyler los sustituye hoy el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la Regencia, la monarquía de Felipe VI. Pero la responsabilidad criminal es la misma.
El Gobierno PSOE-UP, y la monarquía de Felipe VI, han mantenido, durante años, un silencio total ante los crímenes, desapariciones y torturas que Marruecos ha cometido contra el pueblo saharaui; silencio que los hace cómplices y también responsables de esas acciones criminales. Hoy los tibios pronunciamientos de UP en relación con esta última decisión de Pedro Sánchez no son suficientes, y con su continuidad como parte de ese Gobierno son igualmente responsables de esta acción.
El Gobierno y la Monarquía, humillan a los pueblos de España, rindiéndose ante las exigencias de Mohamed VI, al aceptar la “normalización” de las relaciones, y la próxima recepción del “Ministro de colonias Albares” en su anunciado viaje a Marruecos. España, que ha estado sometida a un chantaje continuado por la parte marroquí, desde la retirada de su embajadora en Madrid a mitad de 2019, pretende en estos momentos presentar su decisión como algo voluntario por parte del Gobierno.
El pueblo saharaui se siente traicionado por España. Todas las promesas han sido incumplidas, todos los representantes del Gobierno los han engañado. Empezando por Juan Carlos I en 1975, siguiendo por Felipe González en su visita a los campamentos de refugiados en 1976, pasando por todos los gobiernos en estos años, y terminando hoy con Pedro Sánchez y Felipe VI, solo hay mentira, cobardía y traición. Eso es lo que España ha dado al pueblo saharaui.
La explicación última que ha llevado a Pedro Sánchez a tomar esta decisión es su miserable sometimiento a las estrategias del imperialismo yanki, y también del sionismo. El continente africano está en disputa entre las grandes potencias mundiales, EE UU llegó tarde a este pulso internacional y tiene una posición en desventaja, por eso hoy trata de mover a sus peones para fortalecer sus posiciones, recuperar tiempo, y avanzar en su control imperialista de las economías y los recursos naturales del continente.
La formación de un “gran Marruecos” tiene por finalidad controlar el litoral noroccidental del continente, así como también el tránsito por el Estrecho de Gibraltar. Por ello es previsible que esa estrategia expansionista marroquí no termine en el Sáhara Occidental, sino que se extienda también a Mauritania, para conseguir el control, mediante un solo país, de todo el litoral continental desde Gibraltar hasta el mismo Golfo de Guinea, lugar donde ya la marina de guerra española participa en tareas de control y vigilancia, utilizando su base logística en las Islas Canarias.
La participación de España en la invasión de Mali forma parte de esta misma lógica de expansión y saqueo imperialista, que en su día fue precedida por la guerra de destrucción de Libia (también con participación española), y que, en última instancia, avanza sombras de amenaza sobre una Argelia con un alto sentido de defensa de su soberanía y rica en recursos energéticos estratégicos, de especial interés para la UE.
Las Islas Canarias, en este juego de equilibrios geopolíticos, por su carácter de plataforma estratégica para las comunicaciones civiles y militares, y por los valiosos recursos minerales recientemente descubiertos en su fondo marino, se ven sometidas a un cerco amenazante. Ya España, desde enero de 2020, ha demostrado su incapacidad para defender la misma integridad territorial de Canarias ante las dos leyes de delimitación de aguas marinas aprobadas por Marruecos, que invaden las aguas archipielágicas canarias.
Hoy como ayer, el movimiento obrero y popular de todo el Estado, enfrenta la alta responsabilidad de no someterse a la criminal política de sus gobernantes, y levantar la más amplia movilización en defensa de los altos principios de la soberanía y de la solidaridad internacional entre los pueblos.
La exigencia del cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas sobre la agenda de descolonización del Sáhara Occidental, así como las responsabilidades de España como potencia administradora de la antigua colonia, se han de convertir en banderas de lucha de todo el pueblo como compromiso solidario con el Sáhara traicionado.
El gobierno de Pedro Sánchez, con esta declaración, pretende adoptar una posición de primera línea en la confrontación geopolítica y por la hegemonía mundial. La convocatoria de la próxima cumbre de la OTAN en Madrid a finales de junio, el envío de navíos de la armada española al Mar Negro, la renovación en mayo de los acuerdos con EEUU de la utilización de las bases yanquis en España, junto con este posicionamiento sobre el Sahara, convierten, seguramente, a este gobierno en el más bellaco de la Historia contemporánea española.
El PCPE llama a que las acciones del pueblo en la calle hagan la más fuerte denuncia del Gobierno y de la monarquía, pero también del PSOE como Partido político impulsor de esta traición, así como de todos los demás Partidos que se posicionen en esa misma línea.
Los tiempos exigen que desde el movimiento obrero y popular se organice una fuerte y combativa línea de contraataque frente a las políticas del imperialismo, que hoy representan Pedro Sánchez y la monarquía de Felipe VI, levantando un programa de defensa de la soberanía, de la solidaridad internacional, del desarme y de la paz, que en este caso incluye también la aprobación de un Estatuto de Neutralidad para Canarias. Estos principios son fundamentales para que el continente africano pueda avanzar por su propio camino, defender su soberanía y construir un proyecto político que les haga dueños de sus propios recursos, acabando con el saqueo de las potencias imperialistas
Una estrategia que forma parte de la construcción de un gran Frente Mundial Antiimperialista, que sea un avance táctico como acumulación de fuerzas hacia el desenlace socialista revolucionario de la actual fase histórica de dominación.
Con el pueblo saharaui, por la autodeterminación y la independencia, por la soberanía y la amistad entre los pueblos, por el desarme y por la paz. Fuera Marruecos del Sáhara Occidental, fuera el sionismo del Sáhara Occidental. Juicio internacionalista de todos los crímenes de la dictadura marroquí contra el pueblo saharaui.
Por la autodeterminación y la independencia.
¡VIVA SÁHARA LIBRE!
¡VIVA EL FRENTE POLISARIO!
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